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Bruce Cumings: “Hasta ahora los norcoreanos han vencido a Trump”

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POR Eduardo Olivares |

“Debemos darle el crédito a Kim Jong-Un por organizar una maniobra diplomática asombrosamente exitosa”, dice uno de los especialistas en Corea más influyentes del mundo.

Bruce Cumings, historiador, profesor titular de la Universidad de Chicago, fue el primer catedrático en el mundo en recibir el Premio Académico Kim Dae-Jong por los logros en su carrera sobre el estudio de la península coreana. Es el autor de Korea’s Place in the Sun (hay una traducción disponible llamada El lugar de Corea del Sur en el sol), uno de los textos sobre historia y política coreanas más influyentes del mercado.

En Corea del Sur, de hecho, Cumings es toda una institución. Entre los políticos surcoreanos su nombre es muy respetado, en especial en los círculos más progresistas como el que hoy lidera el Presidente Moon Jae-In. Ha sido justamente Moon quien ha propiciado buena parte de la cumbre entre el Líder Supremo de Corea del Norte, Kim Jong-Un, y el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

En esta entrevista exclusiva con PAUTA.cl, Cumings plantea que la planificación diplomática de la cumbre corre a favor del régimen norcoreano.

-¿Cree usted que la diplomacia norcoreana improvisó o somos testigos de un diseño bien calculado para guiar a todos los poderes hacia una solución?

“Corea del Norte ha sido siempre muy diligente en la preparación de sus reuniones diplomáticas de alto nivel. Kim lleva consigo a Singapur una delegación de altísimo nivel. Esto es lo opuesto a una improvisación, lo que hace muy interesante esta cumbre, porque Trump es el paradigma de la improvisación”.

-Si en el pasado Pyongyang trató de maximizar su margen de maniobra con la Unión Soviética y China, ¿está haciendo lo mismo ahora con China y Estados Unidos? ¿De qué otra forma podríamos interpretar la visita de Kim a Beijing y la visita de Lavrov (ministro de Relaciones Exteriores de Rusia) a Pyongyang?

“Tienes razón. Creo que, durante 25 años, Pyongyang ha tratado de atraer a Estados Unidos para que le ayude a resolver la terrible vulnerabilidad y aislamiento en el que quedó después de la caída de la Unión Soviética. Su principal objetivo es conseguir que Washington y Beijing se enfrenten, tal como lo hicieron con Moscú y Beijing durante la Guerra Fría. De cierta forma ya triunfaron, porque consiguieron orquestar una cumbre no solo con Trump, sino también con [el Presidente de China] Xi Jinping (dos veces) y próximamente una con [el Presidente de Rusia, Vladimir] Putin. Y estoy seguro de que también están muy felices de ver que el Primer Ministro [de Japón, Shinzo] Abe se quede observando desde fuera. En definitiva, debemos darle el crédito a Kim Jong-Un por organizar una maniobra diplomática asombrosamente exitosa”.

En su opinión, ¿qué es lo que Kim Jong-Un está haciendo en forma distinta a su padre y su abuelo? Para bien o para mal.

“Simplemente ha sido mucho más agresivo en desarrollar un arsenal nuclear con capacidad de ser disparado. Creo que su abuelo estaba mucho menos comprometido con su programa nuclear, que lo veía casi exclusivamente como una moneda de cambio con Estados Unidos. Hasta su muerte en 1994, debe haber pensado que resultaba imposible para Corea del Norte construir armas nucleares con capacidad y sus sistemas de despliegue. Kim Jong-Il enfrentó numerosos desastres durante la mayor parte de los 17 años que estuvo en el poder y mostró mucha mayor disposición a negociar con Estados Unidos que su padre o su hijo. Esto se notó en la cumbre de 2000 con Kim Dae-Jung, en su reunión en Pyongyang con Madeleine Albright en octubre de 2000, en el Diálogo de los Seis que se desarrolló por años; de hecho, estuvo a punto de alcanzar acuerdos de desnuclearización durante el segundo término del gobierno de George W. Bush”.

“Kim Jong-Un se ha manejado justamente al revés: construyó su arsenal nuclear y sus sistemas de despliegue antes de cualquier negociación seria. También se ha enfocado en mejorar la economía y en desarrollar un clase media, al menos en Pyongyang, lo que es ahora una base importante de su poder, pero es una base que también anhela una apertura al resto del mundo”.

-Las relaciones con Corea del Sur solo han mejorado cuando el Partido Democrático (Minjoo-dang) ha estado en el poder, aun cuando los buenos acuerdos fracasan más tarde. ¿Cómo evalúa el papel que ha desempeñado Corea del Sur esta vez? ¿Existe la posibilidad de hacer renacer la Política del Sol con Moon Jae-In?

“Pienso que el presidente Moon Jae-In es la mano que guía la diplomacia entre Estados Unidos y Corea del Norte. Ha sido muy diestro al lidiar tanto con Kim como con Trump. Sin nombrarla, ha resucitado totalmente la Política del Sol. Es casi como si los nueve años que separan su mandato del de Roh Moo-Hyun se hubiesen evaporado”.

-¿Con cuánta fuerza se opondría el Partido Libertad de Corea a esta nueva reconciliación? Pero en cualquier caso, ¿qué tan fuerte es el actual Partido Libertad de Corea, un partido conservador, para “morder” este acuerdo?

“Tienes razón en que cualquier avance en entablar un diálogo con el Norte es tomado como rehén por la posibilidad de que el ala conservadora retome el poder en Seúl y revierta a la hostilidad del estilo Guerra Fría. Sin embargo, Corea del Norte solo le dio problemas a la derecha durante esos nueve años y ahora la ciudadanía coreana apoya totalmente la política del diálogo de Moon. Tiene un 88% de apoyo, según encuestas recientes”.

Luego de exponer de varias maneras el sistema político y la tradición de Corea del Norte en su libro Korea’s Place in the Sun (“El lugar de Corea en el sol”), usted dice que el problema de Corea del Norte es la ausencia de “grandes líderes” en el sentido de “reyes-filósofos”. No obstante, tienen “humanos” como gobernantes -incluso si el pueblo (el “círculo externo”) está condenado a idolatrarlos. 

“Lo que quería decir es que el sistema norcoreano funcionaría solo si fuese guiado por un rey-filósofo. O, en términos de la tradición coreana, un oficial-erudito de gran rectitud e intelecto. Resulta innecesario mencionar que los Kim han sido humanos; demasiado humanos. Creo que Platón presentó el mundo con un gran acertijo político: o la democracia es el mejor sistema, con todas las fragilidades de los individuos comunes entrando al juego, o es mejor tener líderes cultos y profundamente preparados que pongan el ejemplo y guíen a las masas en la dirección correcta. El sistema de Corea del Norte ha estado siempre basado en el último supuesto: es una mezcla de dictadura moderna, monarquía y pensamiento neoconfuciano”.

-Usted agrega que, “en el pasado, los observadores extranjeros se han equivocado, desde mi punto de vista, al subestimar Corea del Norte en prácticamente cada forma posible”. ¿Están la academia y políticos subestimando demasiado la estrategia de Kim Jong-Un al punto que Kim podría acabar derrotando la estrategia de Trump (sea cual sea ésta)?

“Los extranjeros -y particularmente los estadounidenses, para su propio riesgo- siempre han subestimado a Corea del Norte. Al principio de la Guerra de Corea, MacArthur dijo que podía derrotar a esta gente con una mano amarrada en la espalda, pero después de unos pocos meses lo quebraron y lo mandaron de regreso a casa. Eso fue solo el inicio. Supongo que una de sus grandes fortalezas es que los subestimamos tanto. Mira cómo Kim ha cambiado su imagen de forma tan dramática en los últimos meses. Pasó de ser un ‘niño loco’, un ‘pequeño hombre cohete’ a ser un estadista. Y creo que hasta ahora los norcoreanos han vencido a Trump: el solo hecho de realizar la cumbre es un gran logro”.