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Juegos Olímpicos: ¿es un buen negocio ser anfitrión del mega evento?

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Fernanda Monasterio/PAUTA
POR Matias Bobadilla |

El Contestadog se adentra en comprobar si la inversión se puede recuperar con los auspicios, la televisión y la participación del público. ¿O no?

La final de los 400 metros con vallas dejó con la boca abierta a los especialistas del atletismo al rebajar la marca mundial en casi un segundo. Pero también la infraestructura y las instalaciones de Tokio 2020 han maravillado al mundo entero. El esfuerzo millonario de Japón para llevar a cabo este evento con el más alto estándar significó desembolsar una cifra que superó las más altas proyecciones.

El Contestadog de WatchDog PAUTA de esta semana se aventura en la respuesta que llegó a nuestro buzón: ¿es buen negocio ser sede de los Juegos Olímpicos? Así nuestro perro salió corriendo en busca de los datos para poder entregarles la respuesta que en ¡tres!, ¡dos!, ¡uno!… le empezamos a develar.

Fueron 15.900 millones de dólares los fondos invertidos por Japón para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Para hacerse una idea más clara, es 32 veces más de lo que se invertirá en los Juegos Panamericanos en Chile el 2023.  

Considerando estas cifras es imposible ignorar la amplia diferencia que existe entre los Juegos Olímpicos de hoy y sus más humildes inicios en la Antigua Grecia. Sin embargo, hay que tener en cuenta algunos datos. Si hace 2.800 años el evento se realizaba en la región específica de Olimpia, ahora las sedes son rotativas, por lo que se hace necesario una inversión muy alta en la construcción de la infraestructura y tecnología necesaria. Es por eso que llegar a ser anfitrión se ha convertido en algunas ocasiones en quién tiene “el bolsillo más grande”.

¿Quién fue el responsable de este cambio? El barón Pierre de Coubertin. Este francés logró la aprobación de restablecer los Juegos Olímpicos en 1894, con el fin de unir a los países del mundo retomando la celebración atlética que se había suspendido el año 393 D.C. debido a los conflictos que inundaban a Grecia. El regreso se propuso con algunos cambios. Atenas sería la primera ciudad en 1896 en organizar los JJ. OO. de la era moderna y posteriormente sería el turno de París. Así se irían rotando las ciudades que postularan a la organización cada 4 años. 

Millonarias inversiones

Atenas 2004 quedará en el recuerdo de los chilenos para siempre gracias al notable desempeño de Nicolás Massú y Fernando González que lograron dos medallas de oro y una de bronce en el tenis olímpico. Los que también los recuerdan, pero no por las medallas ganadas, son los griegos que muchos años después siguen pagando la inversión realizada.

A pesar de que los números difieren en algunos millones, la revista Forbes estimó que el presupuesto superó los 18.200 millones de dólares. Este gasto aún le pesa a sus habitantes, y también se les hace difícil de olvidar considerando los “cementerios” que dejó atrás. 

Las múltiples pistas, estadios y centros que construyó el gobierno de ese país no pudieron cumplir con la promesa con la que se hicieron, la cual era darles una vida útil luego del evento. El abandono total de los establecimientos ha sido documentado por diferentes fotógrafos y curiosos provocando un intenso debate respecto de qué hacer con ellos. 

Atenas no ha sido la única en sufrir con el abandono de las instalaciones deportivas. Para los Juegos Olímpicos de Río 2016 se invirtieron 15 mil millones de dólares y quienes hayan podido visitar esa ciudad se encontrarán con gran infraestructura cerrada y abandonada, sin cumplir la promesa de reutilización de lo usado para la competencia según declaro Christophe Dubi, Director Ejecutivo de Juegos Olímpicos del COI dos años después de la cita deportiva.

Sin embargo, no hay que ignorar que hay países que han superado el problema de los “centros fantasmas” e incluso han podido cumplir su promesa de aumento del turismo. Londres 2012 es ejemplo de esto. Además de ofrecerles una ceremonia de apertura con la reina Isabel II y James Bond (Daniel Craig), invirtieron en una infraestructura con estadios y pabellones desmontables. Además, según representantes de la International Passenger Survey (IPS) lograron aumentar la cantidad de visitas y el gasto realizado por los turistas “olímpicos” fue mayor al de un visitante en época normal.

Reino Unido tuvo una ganancia de casi 31 mil millones de dólares con un gasto de 19 mil millones, pero estas cifras no la hacen ganar la corona. Barcelona 1992 está en lo más alto de la lista. Su coste fue de 7.985 millones de dólares y su utilidad fue de 22 mil millones. Si bien la infraestructura no fue desmontable como la de Londres, se utilizó para remodelar la ciudad. Esto les permitió desarrollar una renovación urbana que contribuyó al crecimiento turístico, que prácticamente se multiplicó por cuatro hasta llegar a los 8 millones 15 años después de los Juegos, según datos del gobierno local.

La inversión que se realiza para los Juegos Olímpicos también va asociada con la imagen de los países y la reputación de ellos. La directora del Comité Olímpico de Chile, Leslie Cooper, comentó que el gasto y esfuerzo que le ponen los países a este tipo de eventos no son realizados con el único fin de mostrar las competencias. “Es una oportunidad para mostrar el país, para mostrar la cultura, pero también para unir al país, y para generar mayor cultura deportiva”, explicó.

Varios países lograron ser sedes de los Juegos Olímpicos por ganarse la aprobación de sus habitantes, y esto lo hicieron utilizando el argumento de que el evento les permitiría hacerse conocidos. Pero el aumento de turismo no ha pagado la inversión realizada en varios de los últimos países anfitriones. 

Propuestas para el futuro

Tras desafortunadas experiencias, cada vez menos países están presentando sus candidaturas al Comité Olímpico Internacional (COI) para ser sede. De hecho, para el evento de 2024 sólo hubo dos postulantes, París -que se quedó con la cita- y Los Ángeles, que los organizarán el 2028.

Diferentes propuestas se han planteado para resolver esta problemática. En una de ellas se espera que el COI cambie su forma de organización de los gastos, con la finalidad de volver atraer a los gobiernos. Según Business Insider, el COI se llevó hasta un 70% de las ganancias en Brasil 2016, lo que explicaría sus mínimas ganancias. 

Otra propuesta consiste en la descentralización de los Juegos Olímpicos, es decir, que estos se puedan realizar en varias ciudades, regiones o países. Además, se deberá privilegiar aquellas postulaciones en las que ya se cuente con infraestructura deportiva ya construida.

De acuerdo a una entrevista realizada por The New York Times a Andrew Zimbalist, docente en Smith College y autor de tres libros acerca de la economía de los Juegos Olímpicos, los mayores beneficiados en un país organizador no son los gobiernos, sino que los actores relacionados y muchas veces secundarios. Con el aumento de las telecomunicaciones y los viajes internacionales, el académico establece que ya no existe necesidad de que los Juegos se acerquen al país para que sus ciudadanos puedan participar. De este modo podrían realizarse incluso cada dos años y dejar de ser tan dañinos para el cambio climático.

Luego de todo esta investigación en Contestadog nos toca preguntarnos: ¿Será entonces un buen negocio para Chile ser sede de un mega evento como los Panamericanos 2023?

WatchDog PAUTA es un proyecto de fact-checking conjunto entre la Facultad de Comunicación de la Universidad de los Andes y PAUTA. Busca tomar temas en la agenda y rastrear su veracidad desde una perspectiva positiva, no inquisitoria.

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