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Biden declara su camino a la victoria y Trump acusa fraude

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Bloomberg
POR Eduardo Olivares |

El candidato demócrata dijo que esperarán los resultados pendientes para establecer su triunfo. El presidente, sin aportar evidencia, expresó: “Están tratando de robar la elección”. Mike Pence fue más ponderado.

Antes del cierre de las urnas este martes 3 de noviembre, la mayoría de las encuestas y predictores anunciaban mayores probabilidades de un triunfo de Joe Biden por sobre Donald Trump en las elecciones presidenciales. 

La larga noche de conteo solo ha añadido incertidumbre, pero las probabilidades se mantienen dado que además se había anticipado que tres de los estados clave en esta contienda –Michigan, Wisconsin y especialmente Pensilvaniademorarán días o incluso semanas en informar sus resultados.

Por ahora, se sabe que Biden consiguió el triunfo en lugares donde Trump venció en 2016, como Arizona y el segundo distrito de Nebraska. Hasta el cierre de esta edición, Georgia -un usual reducto republicano- arrojaba una intensa competencia. El presidente conservó, por otro lado, los estados clave de Florida y Ohio, donde las encuestas arrojaban un empate, y parecía contar con altas chances de quedarse con Carolina del Norte, otro de los estados disputados que también había ganado en 2016. No hubo sorpresa alguna tampoco en Texas, que se quedó con el republicano. Trump no pudo conquistar estados ganados por Hillary Clinton hace cuatro años donde los republicanos vieron una oportunidad, como Nevada y Minnesota.

En otras carreras relevantes, los demócratas conseguían un triunfo mayoritario en la Cámara de Representantes, pero se estaban quedando cortos en su objetivo de obtener la mayoría del Senado.

El mensaje de Biden

En medio de la noche norteamericana, sin embargo, hubo dos mensajes distintos de los candidatos. Por un lado, Joe Biden se presentó ante sus seguidores y les dijo: “Estamos en camino a la victoria”. Los conminó no obstante a “ser pacientes” para esperar el fin del conteo de sufragios. Agregó: “No me corresponde a mí ni a Donald Trump declarar al ganador de esta elección. Eso corresponde a los votantes”.

El mensaje de Biden… y Pence

Trump no estaba paciente. El actual presidente de Estados Unidos tuiteó que “ellos están tratando de robar la elección”. Tal afirmación, sin base, fue rápidamente ocultada por Twitter debido a que fue objetado dado que podía ser “engañoso”.

Poco más de una hora después de que Biden emitiera su mensaje, Trump apareció en escena con su familia, en la East Room de la Casa Blanca. E hizo lo que estaba tan anticipado que haría: declaró su triunfo, insistió en que hubo fraude (sin prueba alguna al respecto) y adelantó que solicitaría a la Corte Suprema detener el conteo de votos.

Antes, eso sí, aseguró estar ganando en Pensilvania, Michigan y Wisconsin, que a esas alturas arrojaban una ventaja a su favor pero que aún no completaban el conteo de los sufragios que habían llegado antes en persona y por correo postal. Se estima que la mayor cantidad de los votos emitidos por anticipado favorecerán a Biden y eso explica, por pura conveniencia aritmética, por qué Trump busca exhibir una victoria total cuando apenas llevaba una ventaja parcial.

Interesantemente, el vicepresidente Mike Pence habló justo a continuación de Trump y lo hizo con un mensaje mucho más institucional. Planteó que vigilarán el conteo de votos para proteger su integridad: “Realmente creo que estamos en el camino hacia la victoria y haremos que Estados Unidos vuelva a ser grande de nuevo”.

Así, a diferencia de Trump, Pence no declaró el triunfo y se alineó más al discurso de Biden que al del presidente.

Lo que viene

Se abren dos grandes escenarios a partir de ahora.

Por un lado, los estados del llamado cinturón del óxido como Pensilvania, Michigan y Wisconsin honrarán las expectativas de un conteo extenso. Si se confirma el triunfo de Biden en Arizona y el segundo distrito de Nebraska, y su derrota en Georgia, el exvicepresidente solo necesitaría ganar Michigan y Wisconsin sin tener que esperar Pensilvania. Combinaciones de ese orden decidirán la elección.

La otra avenida es la litigación. Abogados republicanos ya han presentado demandas durante el martes para cuestionar resultados en Pensilvania.

El equipo legal de Trump se ha preparado para esa opción, la cual solo podía activarse en caso de que la elección fuese lo suficientemente ajustada como para que Pensilvania, Michigan y Wisconsin -cuyos resultados siempre se ha sabido se entregarían en forma tardía- se convirtieran en los grandes electores. Ese camino, legítimo desde el punto de vista legal y que recuerda en algún sentido cómo George W. Bush terminó imponiéndose a Al Gore en 2000, tiene riesgos sobre el papel de la Corte Suprema en una materia que debería quedar sujeta a la soberanía popular. Trump ha nominado a tres de los nueve miembros del máximo tribunal –Neil Gorsuch, Brett Kavanaugh y hace menos de un mes a Amy Coney Barrett-, lo que ha inclinado la balanza a una mayoría conservadora de 6 a 3 en esa entidad.

De pronto, además, todos los ojos apuntarán a una antigua legislación de 1887: la Ley de Conteo Electoral. Ese documento, pensado para resolver un embrollo de hace 133 años, se levantará de los archivos para jugar un incómodo papel protagónico en una nación dividida.