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El populismo del presidente de México hace sufrir a los inversionistas

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Bloomberg
POR Maria del |

La economía crecería este año apenas un 0,2%; la estatal Pemex está al borde de una rebaja en su clasificación y las aperturas en bolsa brillan por su ausencia.

Un año después de la elección del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, los inversionistas ven pocas razones para ser optimistas.

Si bien el líder izquierdista no ha resultado ser la pesadilla que algunos temían, los activos locales están bajo el promedio y las perspectivas no mejoran. Analistas redujeron sus proyecciones de crecimiento para este año a un 0,2%, la estatal Petróleos Mexicanos está al borde de una rebaja de su calificación más allá del nivel basura y aún falta sellar definitivamente el nuevo acuerdo comercial del país con Estados Unidos.

La confianza de los inversionistas, afectada por las promesas de López Obrador de priorizar la justicia social, no repunta en medio de una serie de cuestionables medidas de gobierno vinculadas a la economía. Como ejemplo del pesimismo dominante, no hay ofertas públicas iniciales en el país desde 2017, la peor sequía en casi una década.

“Hemos visto mucha incertidumbre en los últimos 12 meses y esto no ayuda a las potenciales OPI”, comentó José Oriol Bosch, director general de la Bolsa Mexicana de Valores. “Tenemos una cartera. No es la mejor cartera que hemos tenido, eso es seguro”.

Bajos retornos

Los bonos de México en el extranjero registran una rentabilidad cercana al 9% en los últimos 12 meses, inferior al avance promedio de 11% de los títulos latinoamericanos. En el mercado de swaps de incumplimiento crediticio México ya está en un nivel de riesgo similar al de Brasil, que aparece varios niveles por debajo de su vecino del norte. El índice bursátil de referencia del país ha bajado un 19% en el último año, uno de los peores desempeños en las 94 bolsas mundiales que sigue Bloomberg.

La moneda ha sido el único activo libre de turbulencias. El peso, que se desplomó antes de las elecciones cuando las encuestas mostraban cifras muy favorables a López Obrador e hizo lo propio al cancelarse la construcción de un nuevo aeropuerto y luego de que el presidente de EE.UU., Donald Trump, amenazara con aranceles, volvió a los niveles observados cerca de mayo de 2018. Las altas tasas de interés de México han mantenido a la moneda aislada de los problemas.

Aun así, los extranjeros se están desprendiendo de activos mexicanos. En lo que va del año, el mayor fondo cotizado en bolsa que sigue al país, el iShares MSCI México ETF, anota US$ 381 millones en flujos de salida. Mientras tanto, el mayor fondo cotizado en bolsa de acciones de mercados emergentes, Vanguard FTSE Emerging Markets ETF, registró flujos de entrada por US$ 2.400 millones.

El problema clave para López Obrador es que el destino de los mercados mexicanos probablemente está en manos extranjeras, según Luis Gonzali, gerente de cartera de Franklin Templeton en Ciudad de México. Gonzali señaló que el gobierno ha elevado constantemente la cantidad de deuda local emitida en la última década y que la mayor parte de ella ha sido absorbida por extranjeros. Si los inversionistas extranjeros abandonan México el mercado local no podría cerrar esa brecha, advirtió.