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La revolución de Irán llega a la crisis de la mediana edad

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Bloomberg
POR Periodista Practicante |

A 40 años del triunfo de la Revolución Iraní, la actual república islámica presenta una economía desmejorada desde entonces, a pesar de los progresos en alfabetización, esperanza de vida y acceso a servicios básicos.

Los constructores del reluciente Iran Mall, un shopping de vidrio y piedra que está a punto de terminarse en el extremo noroeste de Teherán, dicen que será el más grande de Medio Oriente, que exigió la aplicación constante de cemento más extensa del mundo y que “revolucionará la vida minorista en Irán”.

Las compras no eran el tipo de revolución que tenía en mente el ayatolá Ruhollah Khomeini cuando regresó del exilio para derrocar al sha Mohammad Reza Pahlavi hace 40 años. Sin embargo, el enorme centro comercial sin terminar de Teherán ilustra las fragilidades que terminaron desafiando a un sistema sostenido en igual medida por las promesas de prosperidad y justicia y por la ortodoxia religiosa.

El gobierno planea cerrar el lunes 10 días de festejos por la revolución de 1979 organizando actos públicos en todo el país que le habrían resultado más familiares al clérigo solemne que un pomposo emporio de comercio minorista. Sin embargo, la ostentación organizada no hará más que disimular las sanciones, el nepotismo, la desigualdad y el derrumbe del sistema bancario que pesan sobre la República Islámica.

En algunos aspectos, la revolución cumplió. Hoy los iraníes tienen más acceso a la salud y la educación, particularmente en las provincias y regiones rurales del país. También pueden esperar vivir tanto como en algunos países europeos. Las tasas de alfabetización se dispararon y crecieron más del triple para las mujeres. Sin embargo, la economía quedó rezagada en relación a los pares de Irán.

Hace cuatro décadas, Irán y Turquía tenían economías del mismo tamaño aproximado en dólares. Hoy la de Irán tiene poco más de la mitad del tamaño de la de su vecina pese a que ambos países tienen poblaciones similares.

Economía arruinada

Poco después de la revolución llegaron una larga guerra con Irak y embargos comerciales, y la industria iraní del petróleo y el gas nunca volvió a los picos de producción de los tiempos del sha. Por su parte, a los bancos y al sector de servicios les falta capital.

“Arruinada por la turbulencia revolucionaria y devastada por años de guerra, sanciones y mala administración, la economía iraní no desarrolló su enorme potencial y desperdició la prosperidad de toda una generación de iraníes”, dijo Ali Vaez, director del Iran Project del International Crisis Group, con sede en Bruselas.

Los religiosos que dirigen el país desde 1979 todavía ejercen un control total sobre el poder que no da señales de disminuir. Sin embargo, el año pasado, cuando la inflación destruyó salarios míseros y nuevas sanciones de Estados Unidos redujeron los ingresos obtenidos con el petróleo, una serie de protestas en ásperas ciudades provinciales insinuó que podría estar decayendo la fe en la capacidad de la República Islámica para recuperar la economía.

Probablemente se vuelva más difícil promocionar las virtudes de la revolución. El 70% de la población de Irán nació después de la caída del sha y no tiene recuerdos directos de las injusticias del monarca.