La carta de Harper's: la discusión por la censura entre los intelectuales
Una carta firmada, entre otros, por J. K. Rowling y Noam Chomsky, abrió el debate sobre el surgimiento de actitudes censoras en sectores radicales. Y tuvo respuesta.
Una carta firmada, entre otros, por J. K. Rowling y Noam Chomsky, abrió el debate sobre el surgimiento de actitudes censoras en sectores radicales. Y tuvo respuesta.
Una carta publicada por la revista estadounidense Harper's ha relevado el debate sobre el surgimiento de censura entre grupos radicalizados en la izquierda, en el contexto del debate político y social de los últimos años. Aquella "cultura de la cancelación" se ha exacerbado tras la muerte de George Floyd y las protestas contra el racismo. La misiva abierta fue firmada por más de 150 intelectuales (escritores, académicos, periodistas, artistas), entre quienes se cuenta a Gloria Steinem, Margaret Atwood, J. K. Rowling, Noam Chomsky, Fareed Zakaria, Salman Rushdie, Steven Pinker, Hussein Ibish, David Bromwich y Thomas Chatterton Williams (el artífice del grupo).
En Pauta Final, el editor general de PAUTA, Eduardo Olivares, comentó las reacciones que ha generado este artículo y la discusión sobre la libertad de expresión, en especial en sectores de izquierda.
"Censurar es evitar que tú puedas decir tu opinión. La censura —y eso es lo que a veces se confunde— no es que tú digas una opinión, alguien esté en contra tuya y se debata", sostuvo. "El reclamo de esta carta es que se está llegando a un punto en que no se les deja hablar".
"No debería extrañar que esto empiece a ser algo más común y habitual", dijo el decano de Comunicaciones de la U. de Los Andes sobre el pago por publicar sus contenidos.
El exmandatario argentino y senador estuvo varias semanas internado y falleció en el Sanatario Los Arcos en Buenos Aires. El gobierno de Alberto Fernández decretó tres días de duelo nacional.
En dos minutos, Alberto Rojas describe los escenarios que se abren en la relación entre Xi Jinping y Joe Biden.
Cada estado debe enviar, a lo menos, 750 muestras por semana para ser secuenciadas y determinar qué mutaciones se están propagando,