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El Mundo por Delante: los JJ. OO. y los grandes conflictos de cada época

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Imagen de BLazarus en Pixabay
POR Andres Sepúlveda |

“Hace décadas que el deporte y la política se entrecruzan en el contexto internacional, ya sea en los Juegos Olímpicos tradicionales o de invierno”, dice Alberto Rojas.

Gran polémica ha generado el boicot diplomático impulsado por Washington en contra de los próximos Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing, que se desarrollarán entre el 4 y el 20 de febrero. Y que han tensionado aún más la relación entre Estados Unidos y China.

El gobierno del presidente Joe Biden tomó esta decisión argumentando que la potencia asiática viola los derechos humanos en Xinjiang y el Tíbet, además de reprimir a los disidentes en Hong Kong. Y tras este anuncio, aliados como Australia, Canadá, Reino Unido y Francia se sumarán al boicot al enviar solo delegaciones deportivas, sin presencia de representantes diplomáticos.

Sin embargo, es un hecho que hace décadas que el deporte y la política se entrecruzan en el contexto internacional, ya sea en los Juegos Olímpicos tradicionales (correspondientes al verano) o los JJ.OO. de Invierno. Y ejemplos de eso hay muchos.

En 1936, Adolf Hitler intentó utilizar los Juegos Olímpicos de Berlín con fines propagandísticos, para mostrar el poder del régimen nazi. Entonces, Estados Unidos propició un boicot en su contra, pero no tuvo éxito. Pero las cuatro medallas de oro que obtuvo el atleta afroamericano Jesse Owens, se transformaron en una verdadera humillación para los atletas alemanes y para el propio Hitler.

En ese contexto, vale la pena recordar que, tras la Segunda Guerra Mundial, los primeros JJ.OO. fueron los de Londres, en 1948, a los que no fueron invitados Alemania ni Japón, que tuvieron que esperar hasta los de Helsinki, en 1952, para regresar a la llamada “cita de los cinco anillos”.

Tragedias olímpicas

Décadas más tarde, el 2 de octubre de 1968, apenas diez días antes de que se iniciaran los Juegos Olímpicos de Ciudad de México, el gobierno ordenó dispersar el movimiento estudiantil que se había tomado la Plaza de Tlatelolco, y al que se habían sumado otros sectores sociales. La acción estuvo a cargo del Ejército y el llamado Batallón Olimpia, los que abrieron fuego contra los manifestantes y la prensa. De hecho, la destacada periodista Oriana Fallaci resultó herida a bala en ese episodio.

Hasta la fecha, no existe una cifra oficial de muertos en lo que se conoce como la “Matanza de Tlatelolco”.

A esto se sumó que, una vez iniciados los Juegos Olímpicos, numerosos deportistas afroamericanos renunciaron a formar parte de la delegación olímpica de su país, debido al racismo que se vivía en esa época en Estados Unidos. Y por eso, durante la premiación de la carrera de 200 metros, los atletas Tommie Smith (oro) y John Carlos (bronce) levantaron sus puños envueltos en guantes negros y bajaron sus cabezas en señal de protesta.

Otro episodio olímpico marcado por la violencia fue el ocurrido el 5 de septiembre de 1972, en Múnich, cuando un comando de terroristas palestinos llamado “Septiembre Negro” ingresó a la Villa Olímpica y tomó como rehenes a once de los veinte integrantes del equipo israelí. El grupo exigía la liberación de 234 palestinos presos en cárceles israelíes y de dos más en Alemania, además de su traslado a Egipto.

Las autoridades alemanas rechazaron negociar con los terroristas, pero intentaron engañarlos, al llevarlos hasta una base aérea desde donde supuestamente viajarían a Egipto. Pero la emboscada fracasó y los once atletas israelíes fueron asesinados. Además, murieron cinco de los ocho terroristas y un oficial de la policía alemana. Un trágico capítulo en la historia de los JJ.OO., que obligó a modificar las medidas de seguridad vigentes.

Política vs. deportes

La Guerra Fría también marcó los Juegos Olímpicos de Moscú, en 1980, transformándose en otra instancia de confrontación entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Esto, debido a la invasión soviética de Afganistán a fines de 1979.

Washington decidió no participar de los JJ.OO., una medida que más de 50 de sus aliados —entre ellos Japón, Israel, Corea del Sur y Chile— imitaron. Cuatro años después, cuando se realizaron los Juegos Olímpicos en Los Angeles (California), Moscú y sus aliados boicotearon la cita deportiva al negarse a participar.

Ya en la primera década de este siglo, China enfrentó numerosas presiones sobre los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 (los primeros que organizaba), debido a la crisis humanitaria que en ese momento se vivía en la región de Darfur, en Sudán (antes de su división), producto de la represión ejercida por el gobierno sudanés.

¿El motivo? En esos años, Beijing compraba cerca del 40% de las exportaciones de petróleo de Sudán, le vendía armas y defendía al gobierno de Jartum en el Consejo de Seguridad de la ONU. Por eso, diferentes organizaciones humanitarias amenazaron con interrumpir el recorrido de la antorcha olímpica si China no ejercía su influencia sobre el gobierno sudanés para detener las masacres. De esta forma, la llama tuvo que viajar acompañada de guardias.

Ahora habrá que esperar a ver qué consecuencias tendrá el boicot impulsado por EE.UU., tomando en cuenta que los próximos Juegos serán en París (2024) y cuatro años más tarde en Los Angeles (2028). Beijing ya ha dicho que EE.UU. “pagará un precio”, aunque aún no está claro cuál será. En todo caso, si China impulsa su propio boicot en contra de los próximos JJ.OO., no está claro qué otros países estarían dispuestos a acompañar al gigante asiático en esa decisión.

Revise el comentario de Alberto Rojas, director del Observatorio de Asuntos Internacionales de la Universidad Finis Terrae.