Tendencias

Un moderado que reiniciará las centrales nucleares: Fumio Kishida será el nuevo premier de Japón

Imagen principal
POR Eduardo Olivares |

El vencedor de las elecciones se convertirá en el tercer jefe de Gobierno del país en menos de un año. El ex ministro de Asuntos Exteriores es considerado un diplomático conciliador y moderado.

En la tercera economía más grande del planeta, un conjunto de parlamentarios y de militantes del principal partido político se reunió en el lobby de un hotel en Tokio para resolver quién guiará los destinos de Japón a partir de octubre. Y tras un proceso de rápidas decisiones, escogieron a un hombre con trayectoria pública y de perfil moderado: Fumio Kishida será el nuevo primer ministro nipón.

En rigor, lo que sucedió este miércoles 29 de septiembre fue determinar quién será el presidente del Partido Liberal Democrático (PLD). Es la colectividad que ha gobernando casi sin interrupciones en Japón desde 1955. Dado que se trata de un régimen parlamentario, y que ahora mismo el PLD cuenta con la mayoría en la Cámara de Representantes, quien sea su líder asume en forma casi automática como primer ministro. Ese puesto está en manos de Yoshihide Suga, quien tras un año en ese cargo anunció su dimisión tras no resistir al desgaste político ni tener respaldo poopular. Suga, a su vez, había sucedido a Shinzo Abe, quien abandonó el cargo -cuya duración fue la más extensa en la historia democrática del país- por una enfermedad.

Para conseguir el liderazgo del partido, Kishida debió enfrentarse a otros tres candidatos. La novedad estaba en dos mujeres: por un lado, la conservadora Sanae Takaichi (apoyada por Abe) y, por el otro, la feminista Seiko Noda. Pese a la cobertura periodística que ambas recibieron, dada la rara oportunidad de que Japón pudiese contar con una primera ministra, ninguna obtuvo los votos suficientes en el partido para pasar a la segunda ronda.

Así, todo se definió entre Kishida y Taro Kono, el popular ministro encargado de la exitosa campaña de vacunación contra el covid. Ambos coincidían en otro elemento: fueron ministros de Relaciones Exteriores. Aunque según las encuestas Kono tenía apoyo ciudadano, no tuvo similar desempeño en su propia tienda política. Al final, Kishida recibió 257 votos en la segunda vuelta de esta elección interna, frente a Taro Kono que se quedó con 170.

El reactivador nuclear

Entre los elementos de campaña más relevantes, Kishida prometió la inyección de un paquete billonario para estimular la economía. Ha hablado de un “nuevo capitalismo” que, en su lenguaje, iría contra el “neoliberalismo”, en el sentido de que destinaría esfuerzos en restar poder a los grandes grupos económicos para traspasarlo a las clases medias y bajas. Para ello promovería las capacidades productivas regionales y turísticas. Esas intenciones de campaña, sin embargo, no tienen un plan de medidas detallado para conseguirlas.

Entre los elementos que causaron mayor atención está su objetivo de reiniciar las centrales nucleares del país, con fines civiles. Se enfocaría en reactores modulares pequeños y de fusión atómica. Esos planes buscan, por un lado, dejar lentamente atrás el trauma del accidente nuclear de Fukushima y, por el lado, convertir la matriz energética nipona para que quede libre de emisiones netas de carbono hacia 2050.

Otro de los tópicos debatidos en campaña fue el valórico, donde hubo visiones contrapuestas entre Kono y la candidata Takaichi, por ejemplo. En ese caso, el futuro primer ministro nunca manifestó una opción en cuanto a legalizar los matrionios igualitarios, pero sí está en contra de la sucesión imperial femenina y a favor de una ley que permita a las mujeres mantener su apellido luego de casarse.

En política exterior, su gran agenda apunta a consolidar una posición clara de Japón en la región que ha surgido como la más prioritaria en los discursos del realismo diplomático: el Indo-Pacífico. Se trata de la misma zona de influencia que mira Estados Unidos con mayor ahínco. El interés de Kishida por el Indo-Pacífico no es nuevo: ya en su labor como ministro de Relaciones Exteriores, por ejemplo en 2015, había trazado ese mismo mapa mental en la zona.

En la campaña, el pronto premier habló de un “Indo-Pacífico libre y abierto”. En ese esquema, la apuesta de política exterior es que Japón proyecte su imagen de paz y estabilidad, que promueva los valores democráticos y que sea un contrabalance a China. De hecho, buscará fortalecer el “Quad” (Diálogo de Seguridad Cuadrilateral) al que pertenece con Estados Unidos, India y Australia.

Queda por ver qué pasos dará con otro polémica permanente en las relaciones entre Japón y varios de sus vecinos que fueron víctimas del imperialismo agresivo de la Segunda Guerra Mundial. Ha dicho que “considerará” si visita el Santuario Yasukuni, donde descansan los restos de combatientes japoneses de la época y que incluye a criminales de guerra. Pasadas visitas de primeros ministros a ese lugar ha desatado graves problemas diplomáticos antes con Corea del Sur y China.

Fumio Kishida será confirmado como primer ministro en una votación en el Parlamento el 4 de octubre, y posteriormente dirigirá a su partido en las elecciones generales, que podrían celebrarse en noviembre.