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Dispares reacciones genera la decisión de Japón sobre las aguas de Fukushima

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POR Ignacia Irarrazaval |

Japón aprobó la idea de verter las aguas tratadas de la planta nuclear de Fukushima al mar, lo que ha generado polémica a nivel mundial.

Luego de siete años de debate, Japón aprobó la medida de lanzar al mar el agua contaminada de la planta nuclear de Fukushima, que quedó destruida el año 2011 por el tsunami de quince metros que afectó al país.

Actualmente, se almacena en grandes tanques que acumulan 1,3 millones de toneladas de agua, que previamente es tratada y diluida para disminuir los niveles de radiación y lograr estar dentro de los niveles aceptables del agua potable.

El problema es que dichos tanques se estarían quedando sin espacio, por lo que se espera que el lanzamiento del agua al mar comience en dos años más y que tarde décadas en finalizar.

La medida de Japón cuenta con el apoyo del Organismo Internacional de Energía (OIEA) que aseguró que esta liberación de agua al mar es similar a las que se hacen en otras partes del mundo, por lo que “no es algo nuevo”. Además, argumentó que los elementos que quedan en el agua solo son dañinos cuando están presentes en grandes dosis y que con la dilución, no habría ningún riesgo detectable.

Una medida controversial

La industria pesquera de Fukushima aseguró que la decisión los afectara económicamente, ya que los consumidores no querrán comprar los productos de la región. Por su parte, la organización ecologista Greenpeace insistió en que se siga almacenando el agua hasta que la tecnología permita descontaminarla por completo, ya que con las técnicas actuales el tritio no se elimina.

Desde el país vecino, el ministro de Relaciones Exteriores de China, Zhao Lijan, aseguró que la decisión “es extremadamente irresponsable y dañará mucho la salud y la seguridad pública en el mundo, así como los intereses vitales de los países vecinos”. Además, agregó que “el océano es propiedad común de la humanidad”, por lo que el verter las aguas “no es un tema de asuntos internos  de los japoneses”. Asimismo, Corea del Sur expresó su “profunda preocupación” por la decisión japonesa.

Sin embargo, Estados Unidos apoya la medida asegurando que Japón “fue transparente en su decisión y parece haber adoptado un enfoque acorde con las normas de seguridad nuclear reconocidas  internacionalmente”.