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¿Qué tan diferentes son Rusia y Ucrania?

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PAUTA
POR Fernanda Valiente |

Tras el anuncio del reconocimiento de independencia del Donbás por parte de Vladimir Putin, en PAUTA exploramos las raíces del conflicto de la zona y cómo los países se distinguen en aspectos sociales.

“He tomado una decisión que debería haberse tomado hace mucho tiempo, de inmediatamente reconocer la independencia y soberanía de la República Popular del Donetsk y de la República Popular de Luhansk. Le pido a la Asamblea Federal apoyar esta decisión y que ratifique el tratado de amistad y asistencia mutua con ambas repúblicas”, fueron las palabras del presidente ruso Vladimir Putin en el discurso televisado el 21 de febrero.

Dijo que Ucrania no tiene la historia de ser una verdadera nación. En la madrugada del jueves 24 de febrero, el líder autoritario resolvió la invasión de las fuerzas rusas sobre el territorio ucraniano.

Comenzaré con el hecho de que la Ucrania moderna fue creada enteramente por Rusia o, para ser más precisos, por la Rusia bolchevique, comunista”, dijo el mandatario ruso el 21 de febrero. Vinculó el actual Estado con la antigua república socialista soviética de Ucrania. “La Ucrania soviética es el resultado de la política de los bolcheviques y puede llamarse legítimamente ‘la Ucrania de Vladimir Lenin‘. Él fue su creador y arquitecto. Esto está completa y exhaustivamente corroborado por documentos de archivo, incluidas las duras instrucciones de Lenin con respecto a Donbás, que en realidad fue empujado a Ucrania. Y hoy la ‘descendencia agradecida’ ha volcado monumentos a Lenin en Ucrania”, dijo.

Aunque efectivamente los eslavos son la raíz común, derivaron en ucranianos, rusos y bielorrusos. O como recordó en una serie de imágenes propagandísticas la embajada de Estados Unidos en Kiev, los “Rus de Kiev” ya existían y fundaban esa ciudad a inicios del milenio pasado, mientras Moscú no eran más de parajes boscosos.

Los ucranianos serían con los siglos absorbidos por otros poderes, como el polaco y el lituano, pero también por el Imperio Ruso. En eso no fue distinto de otras poblaciones, como la que vivía en los territorios bálticos. El imperialismo ruso intentó imponer su lengua a los distintos rincones de su dominio, en medio de un control religioso (cristiano ortodoxo) más asentado.

Poco después de la Primera Guerra Mundial, Ucrania gozó de un período independiente. La expansión bolchevique terminó nuevamente con esa población bajo control de Moscú, delineados del modo en que Putin recordó a Lenin y también en cómo después lo diseñó Josef Stalin.

Pero el régimen soviético se desmoronó y en 1991 el 90% de los ucranianos votaron en un referéndum por la escisión de la Unión Soviética.

El origen del conflicto 

Las tensiones entre las modernas Rusia y Ucrania pueden tener varios inicios. Una clara se remonta a 2004. El entonces opositor Viktor Yushchenko acusó al ganador prorruso de las elecciones presidenciales Viktor Yanukovych de haber modificado los votos. Así nació la Revolución Naranja. Cuando fue el turno de Yushchenko en la presidencia, pese a sus intentos por acercarse a la Unión Europea, la presión de Rusia fue mayor, por lo tanto, al final la cooperación creció con este país.

En 2008 hubo un primer intento de Kiev por unirse a la OTAN. Fueron acercamientos que realizó al mismo tiempo con Georgia, otra exrepública socialista soviética. En abril sus respectivos gobiernos firmaron el la Declaración de Bucarest, una cumbre a la que asistieron para buscar la adhesión a la OTAN. La respuesta de Putin señaló el precedente de lo que sucedió ahora: poco después de la cumbre de Bucarest, reconoció como independientes también a dos repúblicas separatistas dentro de Georgia, las cuales “solicitaron” asistencia militar y Moscú se las entregó atacando Georgia. Aunque hubo condenas internacionales, la lejanía de ese territorio cáucaso más próximo a Asia Central. (Otro precedente lo exhibe Moldavia, que también tiene una región autónoma pro-Moscú llamada Transnistria).

Pero ¿Cómo comenzó la actual guerra con Ucrania? Todo inició con una protesta estudiantil en Kiev, para forzar a que el presidente Víktor Yanukovich y el primer ministro Mikola Azarov firmasen un acuerdo de asociación con la Unión Europea. El 2013 la tensión entre la policía y los manifestantes fue escalando hasta que el 29 de noviembre de tal año las fuerzas especiales de la policía (Berkut) utilizó la violencia como forma de controlar a las masas, lo que gatilló protestas masivas que el presidente no logró detener. La escena era brutal, pues se trataban de francotiradores en contra de los civiles en Kiev, quienes se dieron cuenta de que Yanukovick no se rendiría, por lo que comenzó como una protesta contra la corrupción continúo como una lucha en contra de la violación de los derechos humanos.

El conflicto escaló cuando en febrero de 2014 Yanukovich fue destituido tras un golpe de Estado y fue esta la gran oportunidad de Putin. Tras el mensaje del mandatario de que Rusia debía recuperar Crimea, surgieron una serie de celebraciones pro-rusas en Sebastopol, y a fines de mes se detectaron tanques rusos movilizándose hacia la península ucraniana de Crimea, lo que marcó el inició de la anexión de la zona. Luego se instaló el gobierno pro-ruso de Serguéi Aksiónov, seguido del referéndum que obtuvo una aprobación de más del 96%, lo que eventualmente llevó a que Rusia anexara Crimea el 16 de marzo en dos partes: la República de Crimea y la ciudad federal de Sebastopol.

Tras la anexión, los enfrentamientos que ya habían comenzado cuando los grupos nacionalistas ucranianos realizaron una serie de protestas y disturbios que comenzaron en Kiev, de corte europeísta, las cuales finalmente se englobaron en ‘Euromaidán’, escalaron a tal punto que surgió la guerra de Donbás. Este fue un conflicto armado que inició en abril de 2014 entre las fuerzas independentistas de Luhansk y Donetsk y el gobierno de Ucrania.

Desde esta fecha que las fuerzas rusas han mantenido un pie afuera y otro adentro de Ucrania, generando roces entre los pro-rusos y los separatistas hasta hoy, sobre todo en la zona de Kiev, donde la violencia escaló enormemente. Luego, el 12 de noviembre del 2014 —año en el que Rusia anexó Crimea—, el comandante de la OTAN Philip Breedlove detectó el retorno de la movilización de tropas de combate rusas a Ucrania. El presidente ucraniano, Petro Poroschenko acusó a los rebeldes de poner en peligro el proceso de paz, y declaró que las fuerzas ucranianas debían estar atentas a los impulsos separatistas.

Luego de varios intentos fallidos de detener el conflicto en septiembre de ese año, tras una larga discusión en Minsk la capital de Bielorrusia, se creó una hoja de ruta para finalizar los enfrentamientos en el Donbás bajo la supervisión de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE). Sin embargo, los puntos del diálogo no se respetaron y alto al fuego no duró por mucho. Esto llevó a que en febrero de 2015 se intentara un segundo acuerdo bajo las tutelas de la canciller alemana Angela Merkel y el presidente de Francia François Hollande, conocido como Mink-II, pero los choques nunca cesaron, pues Putin señaló que Ucrania no estaba siguiendo las reglas.

Tras años de inestabilidad en la zona, el 2018 Volodímir Zelenski triunfó en las elecciones presidenciales de Ucrania con más del 70% de aprobación, prometiendo un cambio, ante su opositor Petro Poroshenko (24%). Se trataba de un político con inicios en la comedia y el mundo audiovisual, quien apoyó directamente al ejército ucraniano durante los enfrentamientos del Donbás, y que cautivó a los votantes con un discurso que prometía la lucha contra la corrupción, el alto al ingreso de inmigrantes, la recuperación de Crimea mediante el diálogo, además de poner fin a la guerra. Pese a que intentó cumplir sus promesas en torno a una mayor transparencia y mejorar la economía, ellas sufrieron una serie de dificultades, desde documentos que desaparecían misteriosamente, rechazos de proyectos, hasta la falta de cooperación de Putin, a quien Zelenski llamó ‘enemigo’ antes de ganar la candidatura.

A continuación, se presenta una breve lista de puntos en común entre Rusia y Ucrania, junto con elementos que distinguen a estos países, para ahondar en las raíces de la crisis desde una óptica social.

La seguridad

Tanto Rusia como Ucrania no pertenecen a la OTAN, pese a que han sido invitados en reiteradas ocasiones. Putin sigue viendo como un gran error que cualquier país exsoviético sea parte de la organización, pues ese vínculo de cooperación supone transparencia y una estrecha colaboración para dialogar sobre la seguridad internacional.

Las tendencias demográficas 

Las tendencias demográficas de ambos países muestran señales similares, ya que comparten bajos índices de natalidad, concentrando la población entre los rangos de edad de 30 y 44 años, seguido del grupo etario entre los 45 y 59 años. Además, subieron la edad de jubilación, como una forma de enfrentar el envejecimiento de la población: en Ucrania los hombres tuvieron un alza de los 60 a los 62 años y las mujeres de los 55 a los 60 años, mientras que Rusia creció el retiro de los 60 a los 65 años para los hombres y de los 55 a los 63 años para las mujeres.

La salud

El sistema de salud es bastante vulnerable para ambos estados, ya que en la práctica la asistencia médica se financia mediante una combinación de fondos estatales y privados, los cuales no son suficientes para responder a los problemas de salud gatillados por la falta de infraestructura y de educación médica.

La libertad de expresión 

Quizás, una de las diferencias más potentes entre ambos países, y aunque suene dramático, debe ser la libertad de elección que posee Ucrania. La independencia ha sido muy costosa, pese a que supuestamente lleva más de una década en un régimen democrático. Las protestas por las modificaciones en las urnas, los atentados a ciudades y aviones generó un clima de desconfianza ante la institucionalidad. Sin embargo, Ucrania es el único de los grandes exestados soviéticos que logró establecer la democracia como eje que continúa inspirando el ideal de dejar de depender de Rusia y de poder acercarse a instituciones como la OTAN.

La geografía 

Revisando el aspecto territorial, Ucrania se compone principalmente de llanuras planas, y de áreas montañosas en su frontera, como los Cárpatos ucranianos y las montañas de Crimea. Sin embargo, su paisaje también presenta diversidad, ya que sus llanuras están interrumpidas por laderas altas y bajas. Rusia ofrece un espacio mucho más contrastante y diverso, pues abarca desde desiertos, estepas semiáridas, bosques hasta tundra ártica. De esta forma, se trata de un país reconocido por ser una tierra de superlativos.

Las diferencias étnicas 

De acuerdo con una encuesta realizada el 2001, la población ucraniana se compone de una mayoría ucraniana (77.8%), seguida de un porcentaje significativo de rusos (17.3%), por otras etnias (3.3%), y por minorías de bielorrusos (0.6%), moldavos (0.5%) y tártaros de Crimea (0.5%). Pese a que, durante el 2012, se reafirmó el ucraniano como lengua oficial del país, también se decretó una ley para darle potestad a las autoridades locales de conferir estatus legal a las lenguas minoritarias. Por ejemplo, en Crimea las lenguas oficiales son el ruso y el tártaro de Crimea, y en la cuenca del Donbás se mantiene el ruso. En Rusia, existen 120 grupos étnicos, que hablan una gran diversidad de lenguas y siguen múltiples de tradiciones, a pesar de que el segmento más importante es el ruso, que se encuentra principalmente en la región fértil que rodea Moscú.

Revise además la conversación con el historiador Fernando Wilson, en Pauta Final