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Santiago Pavlovic: “Cuando estuve en Ucrania, llegué con la idea de que era un país unificado”

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Agencia Uno
POR Fernanda Valiente |

El corresponsal de guerra visitó en 2014 el país en medio de la revuelta de Maidén. En el este del país, sin embargo, observó diferencias.

No es primera vez que Ucrania está sometida a los caprichos de una superpotencia. “Durante la Segunda Guerra Mundial, los sectores más nacionalistas ucranianos se dieron cuenta de que no obtendrían la independencia con los nazis, sino una forma de dominio y esclavitud. Para los alemanes este país de 600 mil kilómetros cuadrados con una tremenda riqueza agraria sería el lebensraum o espacio vital para la expansión nazi”, cuenta el periodista corresponsal de guerra Santiago Pavlovic.

Ucrania es un país que se le ha dificultado la unificación, pues cuenta múltiples lenguas y etnias. Tiene un sector importante que es pro-occidental y que le gustaría ser parte de la comunidad europea, por lo que el 2014 hubo una fuerte rebelión cuando el presidente Viktor Yanukovych rechazó tal posibilidad.

“Yanukovych quiso unirse a la forma del presidente ruso Vladimir Putin, que era más bien una restauración de lo que había sido el imperio zarista en algún momento, y el imperio soviético, cuando hubo una expansión copernicana”, agrega en Desde El Jardín.

“Cuando estuve en Ucrania, después de la manifestación multitudinaria en Maidán, llegué con la idea de que era un país unificado. Pero al ir al este del país, al estar varios días en Donetsk me di cuenta de que en realidad había un porcentaje muy importante de la población ucraniana que en realidad eran rusos y que no querían estar bajo un mando ucraniano”, profundiza.

Desde el 2014 que Putin comenzó a ayudar al sector prorruso con armas. “En la plaza vi a varios puestos que eran ultranacionalistas, que hasta me parecieron fascistas. Me da la impresión de que esa gente está fundamentalmente del lado occidental, lo cual no quiere decir que no existan fascistas de izquierda, del otro lado, que acostumbran a eliminar a gente o a desplazarlas porque no son prorrusos”, indica.

Por ende, de alguna manera independizaron a Dontesk y Luhansk que tuvo “una especie de cerco para separarlos de los ucranianos”, señala el periodista. Pero no se pudieron expandir para recuperar la región original. Poco después de eso ocurrió la ocupación militar de Crimea por los rusos, “una zona donde alrededor del 98% eran rusos, de modo que recibieron bien la anexión”, cuenta.

Las características de la invasión

Gran parte de la técnica rusa se identifica con la superioridad rusa. “[Además de la restricción de las comunicaciones], atacas con misiles y cohetes los centros de control militar, bajas todos los radares y destruyes todo equipo de detección temprana. Eso hizo Rusia, muy parecido a lo que hizo Estados Unidos con Irak”, explica Pavlovic.

En este entorno, al periodista le sorprendió la falta de resistencia en Kiev, como si los rusos estuvieran apostando a la falta de cohesión. “Entonces pensé que sería una invasión fácil, pero a medida que se fue produciendo la logística no era muy clara. Aparecieron después soldados rusos saqueando supermercados para proveerse, porque no tenían la cadena logística para alimentarse”, comenta.

En paralelo, pensó que nadie en Occidente reaccionaría, por tener un espíritu que rehúye conflictos. Sin embargo, surgió una alianza inesperada en todos los países europeos, donde se sumaron países como Polonia y Holanda. Luego, muchos medios norteamericanos comenzaron a expresar la necesidad de colaborar con Ucrania, y en ese sentido en el discurso anual ante el Congreso, el presidente de Estados Unidos Joe Biden anunció que ayudaría a las tropas ucranianas con 350 millones de dólares. “Pero lo que no van a hacer desde Occidente es enviar tropas, pues los países aliados reconocen que Ucrania no es parte de la OTAN ni de la comunidad europea”, dice Pavlovic.

En busca de la integración

“Ucrania acaba de presentar la petición formal para la Unión Europea, y ya hay ocho países que lo respaldan. Es decir, esto podría cambiar el escenario”, indaga Cristián Warnken.

El periodista, ante este escenario, no es tan optimista. “No creo que se llegue a producir eso. No creo que lo acepten, porque la ayuda a los ucranianos es humanitaria. Se trata de armas, alimento y equipamiento militar. Pero que a partir de eso puedan presumir que ya son parte de Europa Occidental me genera muchas dudas. Tampoco creo que eso vaya a cambiar el destino del conflicto”, expresa el periodista.

Más allá, las callen hablen. “Jóvenes están saliendo a la calle en San Petersburgo y otras ciudades. Eso indica que la posición de Putin tampoco es tan sólida, y quizá una detención de esta ofensiva será en torno a fracasos o muertos, cuando la gente encuentre similitudes con el conflicto de Afganistán donde murieron más de 15 mil soldados, en una ocupación que duró más de diez años”, señala.

Revise la conversación con el periodista Santiago Pavlovic