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El ministro Jackson es incompatible con la seguridad jurídica

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PAUTA
POR Andres Sepúlveda |

“Sus nociones sobre el beneficio que puede lograr el Estado de las tomas y ocupaciones de terrenos privados son incompatibles con un Estado de Derecho”, dice John Müller.

Hay que agradecer la sinceridad del ministro Giorgio Jackson cuando comparece en los nuevos medios. Su entrevista en Twitch pasará a la historia como la más sincera confesión de intenciones de un político.

A mi juicio, lo más grave que dice no es la endiosada crítica a las generaciones precedentes que le lleva a decir que su escala de valores y principios es mejor. Tampoco es la falta de autocrítica cuando dice que su generación tiene “infinitamente menos conflictos de interés” que otros políticos a los que no señala.

Aquí, Jackson muestra que es incapaz de luchar contra sus propios sesgos porque ni siquiera sospecha que los tiene. Es verdad que su generación puede tener, por una cuestión de edad, menos conflictos de interés económicos, pero hay varios de los altos cargos de Gabriel Boric que tienen conflictos de interés con sus tesis doctorales y están dispuestos a aplicarlas como si fueran toda la verdad y nada más que la verdad.

Pero lo peor que dice Jackson es que da por buena la doctrina de los resquicios legales que utilizó Salvador Allende para expropiar empresas al sector privado y crear el área social de la economía. Su idea de que el Estado puede obtener un beneficio de las tomas u ocupaciones de terrenos privados, de que se puede generar una situación ganadora para todos a partir de una acción ilegal que él debería perseguir, es incompatible con el Estado de Derecho y la seguridad jurídica. Es una mirada más propia de un delincuente mafioso que de un ministro de Estado.

Recordemos que a las tomas propiciadas por la UP se respondió con contratomas y que esto desencadenó una violencia insólita en el país.