Educación desde la docencia: una escuela en medio del desierto
En medio de altos grados de temperatura, Carlos Sáez, profesor de la Escuela Oasis del Desierto trabaja la interdisciplinariedad en su modelo educativo, como método para generar el interés de los alumnos.
El vínculo. La importancia que trae la escuela a la vida del ser humano. Tal pensamiento es el que identificó a la poeta chilena Gabriela Mistral.
Y en pleno desierto nació una escuela que creó una comunidad rural, en la cual comparten inmigrantes peruanos y bolivianos, además de chilenos no creyentes y evangélicos. “La historia data de la época de la salitrera”, cuenta Carlos Sáez, profesor de la Escuela Oasis del Desierto, ubicada en la Región de Tarapacá, en Desde El Jardín de Radio PAUTA.
“El colegio era una casa patronal, donde habitaba el señor feudal. Luego que aparece la locomotora se convierte en el vergel y abastece de verduras desde Quillagua hacia el norte. Ahí aparece esta escuela, que ya tiene unos 80 0 90 años por lo menos”, agrega. El 2020 hay 85 estudiantes en total, que van desde prekínder hasta octavo básico.
Cuando llegó a trabajar se trataba de colegio de emergencia que funcionaba en contenedores. “Estamos hablando de 35°C a 40°C con 15 alumnos, desde las 11 de la mañana”, dice. No existía una comunidad educativa en estricto rigor. “Lo primero que enseñamos fue que el éxito o el fracaso no es del profesor o de la escuela, sino de la comunidad”, expresa. Así, desde el trabajo colaborativo, todo cambió. De la mano, se implementó la interdisciplinariedad para poner el foco en el aprendizaje, más que en la diferenciación de materias.
El interés por la pedagogía
“La educación rural en Chile siempre ha sido postergada”, afirma Sáez. A temprana edad se dio cuenta de que la única forma de abrir puertas en el mundo era la educación. Por ende, desde la solidaridad y la sensibilidad se acercó a enseñar. Si bien el sur le dio la “experiencia”, el norte le dio la “parte más teórica”, donde pudo obtener su Licenciatura en Matemáticas.
Pero antes de dirigirse a la escuela que se ubica en la Colonia Agrícola de Pintados, a 100 kilómetros de Iquique, partió al sur de Chile.
“¿Qué te llevó a Puerto Montt?”, pregunta Cristián Warnken.
“Cuando uno es joven, recién salido de la universidad, uno no sabe mucho lo que quiere. Pero de Chiloé, otro lugar que visité, me llevé uno de los aprendizajes más grandes de mi carrera que es saber quién está al frente tuyo. Identificar de dónde viene un estudiante, y no verlo como un número y un apellido”, expresa el docente.
Tomando como referente el modelo educativo finlandés, recuerda una vez en la que visitó el país y se asombró al ver que todas las clases tenían murallas de vidrio. “Al preguntarle a la profesora por qué era así me respondió ‘¿tienes algo que esconder’? En cambio, acá tenemos un cuadrado con murallas y una ventana que crea un ambiente inquisitivo”, expresa.
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