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¿Educación sexual desde el jardín infantil o desde Quinto Básico?

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Agencia Uno
POR Maria Catalina |

Mientras algunos promueven la existencia de un contenido mínimo común, otros creen que se debe ajustar al modelo de cada colegio. La discusión llegó nuevamente a la política.

Cada cierto tiempo la discusión sobre impartir educación sexual en los colegios genera revuelo. Ocurre cuando se debate en torno a la malla curricular o sobre cómo enfrentar la proliferación de enfermedades de transmisión sexual, como algo “derivado”. Ahora, en cambio, es el foco central y así quedó de manifiesto en la sesión de la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados de esta semana.

Comenzó allí la discusión del proyecto de ley que establece educación sexual integral, de la autoría de la diputada Camila Rojas (Comunes) y respaldado por parlamentarios de diferentes bancadas, tanto de la oposición como del oficialismo. La iniciativa busca que los contenidos se entreguen a partir de los niveles preescolares y no desde la Enseñanza Media, como ahora.

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Si bien hay varios proyectos referentes a ampliar el contenido y los cursos en que se imparte educación sexual, como explicó a PAUTA la diputada, “acá se da un primer paso, porque no habíamos tenido la oportunidad de discutirlos y Chile está bastante atrasado en esta materia […] Lo que se busca es que los colegios tengan obligatoriedad de entregar ciertos contenidos y que estos no queden supeditados al modelo educativo de cada uno”.

Esto, como detalló, no implica que cada establecimiento no entregue su visión respecto de ciertos temas, sino que busca garantizar “que los niños accedan a información común, como lo es en Ciencias o Matemáticas, donde sí se entrega un contenido mínimo”.  Acá debe prevalecer el derecho de los niños y jóvenes por sobre el proyecto educativo, piensa Rojas.

“Una aberración”

La postura planteada por la parlamentaria, y compartida por diputados oficialistas como Jaime Bellolio (UDI), ciertamente no es generalizada. Su par RN Leonidas Romero se niega rotundamente a esa opción. De hecho, aseguró que es “aberrante” pensar que se imparta educación sexual en jardines infantiles. Como transmitió, son los padres y no el Estado los que deben hacerse cargo de la educación de sus hijos.

En conversación con PAUTA, el diputado asegura que a pesar de que los han “caricaturizado” por su postura, él insistirá. “Yo digo lo que pienso: los niños de cuatro años no tienen claridad para preguntar sobre estos temas. Yo no estoy de acuerdo con que les permitan tocarse entre ellos para conocer sus cuerpos. La educación sexual debe ser desde Primero Medio. Somos los padres los llamados a educar a nuestros hijos, los Estados tienen otras obligaciones. Acá hay algunos que confunden ser liberales con el libertinaje, y yo no estoy de acuerdo”. 

El mismo interés por respetar el rol de los padres muestra Diego Schalper (RN), quien junto con otros legisladores presentó un proyecto para que los colegios informen a los padres acerca de su política sobre educación sexual. A su juicio, es “fundamental que se respete el derecho preferente de los papás a educar a sus hijos”, siendo la única manera de garantizar una correcta aplicación de esos programas.

La propuesta del Gobierno

Desde el Gobierno, la ministra de Educación, Marcela Cubillos, aseguró que hay consenso en comenzar a aplicar este tipo de programas antes. Durante la semana recordó que, incluso, ministro de Salud, Jaime Mañalich, y ella presentaron un proyecto en esa línea. La iniciativa, eso sí, contempla comenzar a impartir educación sexual desde Quinto Básico, siguiendo el proyecto educativo de cada establecimiento y “según las convicciones y creencias que adopte e imparta cada uno de ellos en conjunto con los centros de padres y apoderados”.

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Según versa el proyecto, el programa debe incorporar, siempre respetando los lineamientos mencionados, “contenidos que propendan a un adecuado desarrollo afectivo y a una sexualidad responsable e informe de manera completa sobre los diversos métodos anticonceptivos existentes y autorizados, que aborde la prevención de las Infecciones de Transmisión Sexual, el embarazo adolescente y el abuso sexual”.

Recaerá en el Mineduc, como se indica en el texto, la tarea de entregar orientaciones a los establecimientos “para la elaboración de su programa de educación sexual obligatorio, formulando a los establecimientos distintas alternativas de programas de educación sexual para su implementación”.

Las diferencias

Mientras el proyecto ingresado por el Gobierno gira en torno a los puntos mencionados, el que lidera Camila Rojas hace hincapié en resaltar diferentes “principios rectores”, entre ellos el desarrollo pleno, libre y seguro de la sexualidad, la efectividad y el género.

Esto, como explica la parlamentaria, “porque para nosotros hay un vínculo indisoluble entre afectividad y sexualidad. Por lo tanto, es evidente que en prekínder y en kínder no se va a ver el acto sexual o los mecanismos de prevención del embarazo, pero sí lo que tiene que ver con el afecto, el autocuidado, el autoconocimiento del cuerpo”.

“La sexualidad nos acompaña desde que nacemos, no puede ser un contenido que vengamos a ver cuando se considera una ‘edad adecuada’. Durante toda la vida debemos tener claro cómo son las relaciones, las responsabilidades. Verlo de esta forma, como contenido integral, aporta a la prevención del abuso y de la transmisión de enfermedades sexuales”, recalca Rojas a este medio.