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“Es sentido común… Creo que el acoso no es tan difícil de entender”

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POR jorge Román |

Suzanne Goldberg, especialista en género y leyes sobre violencia sexual de la U. de Columbia, analiza el movimiento feminista chileno y explica la importancia de crear un ambiente apropiado para hablar sobre sexualidad y acoso.

En un año marcado por la llamada “ola feminista”, que ha convocado marchas, tomas y ha provocado una revisión de protocolos y estatutos en distintas instituciones educacionales, son muchas las dudas y voces que se han alzado para abordar estos temas. ¿Cómo distinguir el acoso sexual de una interacción incómoda? ¿Cómo combatir las situaciones de acoso y violencia sexual en forma efectiva? ¿Podemos cambiar una cultura que facilita y normaliza la violencia sexual y la discriminación en especial hacia las mujeres?

Suzanne Goldberg es académica de leyes de la Universidad de Columbia, Estados Unidos, especialista en género, sexualidad y defensora de las comunidades LGBTIQ+. Esta semana estuvo de visita en Chile para dar a conocer el trabajo que ha realizado desde hace más de tres años en la Oficina de Vida Universitaria de dicha universidad. Entrevistada por PAUTA.cl, la académica explica la importancia de crear un ambiente de prevención del acoso sexual, donde no se victimice nuevamente a quienes han sufrido violencia y acoso sexual.

Goldberg explica que el consentimiento sexual debiera ser tan sencillo como entender que si alguien le presta el auto a una persona una vez, eso no significa que le han regalado las llaves para siempre. Pero, culturalmente, “el sexo es algo difícil de hablar”: es esto lo que crea las dificultades y es por eso que cambiar el ambiente, mejorar la comunicación es tan importante.

“La gente que vive el acoso debe sentirse cómoda hablando de eso”

La académica explica que el movimiento #MeToo ha sido importante en el cambio de ambiente. Aun así, aunque hay cierta conciencia a nivel racional de que el acoso es reprochable, a la gente aún le falta entender “en sus corazones que el acoso no está bien”. Si alguna de las partes no consiente afirmativamente, “eso significa ‘no sigas adelante'”.

La imposición de beber el té

El acoso sexual debería ser algo que se entienda a través del sentido común. Utilizando analogías, Goldberg explica que todo el mundo entiende que, si alguien ofrece una taza de té y le dicen “quizás”, eso puede significar que esa persona quiere un poco de té, u otro tipo de té, pero no necesariamente el té que le están ofreciendo ni toda la taza de té. Es ahí donde la comunicación es clave: si se pudiera hablar de sexualidad tan libremente como de ofrecer una taza de té, probablemente el tema del consentimiento sexual quedaría más claro.

Finalmente, se trata de comprender lo evidente: “Es sentido común… Creo que (el acoso) no es tan difícil de entender”.

Enfrentando las denuncias

Goldberg dice que las políticas claras son necesarias no solo para investigar las denuncias de acoso y violencia sexual, sino también para contener las reacciones posteriores. Según explica, son comunes las represalias, no solo por parte de quien ha sido acusado, sino también por parte de amigos y familiares. Entonces es importante llevar a cabo lo que llama “directivas de no contacto”: mientras la investigación está en curso, se prohíbe el contacto entre las personas involucradas y, si es necesario, se ponen en secciones distintas del campus.

La importancia del “sí” explícito 

¿Cómo reconocer el acoso sexual? Goldberg reconoce que a veces el límite no es claro, pero que en la gran mayoría de los casos no hay lugar a dudas. A grandes rasgos, el acoso sexual es, para ella, “un contacto sexual no consentido, ya sea algo físico, o una presión no deseada para tener una cita o un acto sexual”. Además, dice que en la Universidad de Columbia, si no hay un “sí” explícito, es la otra persona quien tiene la responsabilidad de asegurarse de que hay interés en una relación afectiva o sexual.

“Las estudiantes chilenas han puesto el foco en las estructuras del sistema”

Consultada por la ola feminista en Chile, la académica dice que las estudiantes han conseguido no solo apuntar al acoso sexual, sino que también han remecido las estructuras sociales que permiten la existencia de las situaciones de abuso. Por parte de las universidades y otras instituciones, “eso implica un compromiso […] que traspasa a todo el personal, la facultad y los estudiantes”. Goldberg concluye que “si formamos parte de esta comunidad, tenemos la responsabilidad de respetarnos entre nosotros”.

Vea la entrevista completa: