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Mina Invierno asegura que no podrá explotar el 97,5% de las reservas de carbón

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Agencia Uno
POR Maria del |

El gerente regional de la empresa critica que en los casos de reclamaciones ambientales una empresa puede esperar por tiempo indefinido por una respuesta.

Como un “verdadero vía crucis” califica Guillermo Hernández, gerente regional de Mina Invierno, el proceso de incorporación de tronaduras que han llevado a cabo en el proyecto ubicado en Isla Riesco, Región de Magallanes. Esto luego de que tras un largo recorrido judicial, el Tribunal Ambiental de Valdivia resolviera hace dos semanas mantener la medida cautelar que prohíbe hacer tronaduras bajo 100 metros por sobre el nivel del mal. El proyecto, que implicó una inversión de US$ 500 millones y que es controlado por Empresas Copec y Ultramar, es decir por las familias Angelini y Von Appen, anunció que paralizará sus faenas, lo que tendrá como consecuencia 150 despidos. 

“Esto partió el año 2015 y luego de haber tenido una aprobación ambiental y de haber tenido dos informes consolidados revisados por 16 servicios y por el Servicio de Evaluación Ambiental  (SEA), que recomendaban la incorporación de tronaduras y aprobaban este proyecto, esto fue rechazado en enero de 2018″, relata Guillermo Hernández en conversación con PAUTA Bloomberg

“Es esa oportunidad advertimos que si no se podían incorporar tronaduras a Mina Invierno existía una alta probabilidad de que se viera fuertemente afectada esta actividad, con el riesgo eventual de llegar a una etapa de cierre. Lamentablemente lo que se veía como algo lejano y de baja probabilidad de ocurrencia, dada la irracionalidad con que se ha actuado estamos llegando a una etapa muy crítica”, asegura Hernández. 

“Eso se traduce en la práctica en que si no es posible de revertir, el 97,5% de las reservas remanentes de carbón que quedan en la mina no pueden ser explotadas”, argumenta el ejecutivo. Sin embargo, originalmente el proyecto no contemplaba las polémicas tronaduras, sino que su explotación se haría con el uso de palas hidráulicas, un mecanismo que por su mayor costo haría menos atractivo el proyecto de Mina Invierno hoy. Hernández, sin embargo, refuta este argumento y defiende la posibilidad de introducir cambios a los proyectos durante el camino.

“Si no fuera así, cómo sería posible ir incorporando a los proyectos innovaciones tecnológicas”, se pregunta el gerente. “Tú te quedarías estancado y eso sería irracional”, plantea. “Nuestros detractores han hecho uso y abuso del Sistema de Evaluación Ambiental y no para mejorar un proyecto, sino que para destruirlo y cerrarlo como públicamente han declarado”, se queja Hernández. 

La principal crítica del ejecutivo apunta precisamente al SEA. “Aquí hay una gran falencia del sistema. Una reclamación ambiental que llega al Tribunal Ambiental no tiene tiempos establecidos para ser resuelta. Una empresa hoy que tiene la aprobación ambiental, está en discusión en los tribunales ambientales y ahí el tiempo es elástico. No importa el daño que se está haciendo a la empresa”, señala. “Hoy tenemos una empresa de calidad que cumple estándares ambientales y resulta que se ve asfixiada”, asegura el gerente. 

 

Respecto del futuro de la mina, Hernández es categórico. “El futuro es realmente en extremo delicado y yo diría incierto, incierto porque dependemos de una decisión arbitraria de un tribunal ambiental”, sentencia. 

Escuche la conversación completa en PAUTA Bloomberg acá: