Economía

El destino de las constructoras de Lava Jato

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POR Gabriela Villalobos |

Odebrecht selló un millonario contrato, pero eso no significa que sus problemas se hayan terminado.

Comenzó como un caso de lavado de dinero y terminó con la destitución de una presidenta junto a la prisión para un ex mandatario en la trama de corrupción más grande en la historia de Brasil. El llamado caso Lava Jato se hizo público en 2014 y destapó la existencia de un cartel de constructoras que sobornaban a funcionarios de Petrobras para adjudicarse millonarios contratos. Estos dineros, a su vez, iban para ejecutivos y también para personeros del Gobierno.

La principal cara del cartel de las constructoras involucradas era Odebrecht, seguido por OAS, a las que se sumaban otras como Camargo Corrêa, MPE, Andrade Gutiérrez, Queiroz Galvão, UTC, Engevix, GDK, Iesa, Mendes Júnior, Promon, Galvão, Skanska, Toyo Setal y Techint. En el caso de la primera, se llevó los principales contratos, mientras que la segunda era la que tenía los mayores lazos con Chile.   

Lava Jato involucró a la entonces presidenta brasileña Dilma Rousseff, la cual fue destituida, y al ex mandatario Lula da Silva, quien se encuentra actualmente en prisión. Las constructoras, en tanto, siguen caminos dispares.  

Odebrecht, por ejemplo, selló a comienzos de mayo un acuerdo para construir un puerto por US$600 millones en el estado de Espirito Santo. Con ello, busca reforzar su debilitada situación actual. El número de empleados ha caído a un tercio desde que se destapó el caso en 2014. Además, entre este año y 2017 las ganancias de la compañía cayeron 44%.

El nuevo contrato de Espirito Santo llegó a semanas de que México prohibiera los negocios con este compañía por un plazo de dos años y medio. Además, se encuentra negociando un crédito para poder hacer frente a sus compromisos de deuda. Por lo mismo, ha trascendido que vendería su unidad ferroviaria Supervia Concessionaria de Transporte Ferroviario.

Pese a este contexto, la empresa no pierde las esperanzas. “Odebrecht está empeñada en su reestructuración empresarial y de gobernanza para honrar sus compromisos y volver a crecer”, dijo hace un tiempo la compañía.

OAS, en cambio, se acogió a la ley de quiebras en Brasil a fines de 2015 y comenzó un proceso de venta de activos. En Chile, la compañía fue conocida de manera masiva tras establecerse lazos con el ex candidato presidencial Marco Enríquez-Ominami, reformalizado además por el caso SQM. Actualmente, el tema del financiamiento de su campaña presidencial está en investigación a cargo de la fiscal Ximena Chong.

Pero la presencia de la firma en Chile no terminaba ahí. La compañía trabajó junto a Hyundai en la construcción del puente Chacao, pero tras una serie de no pagos de la brasileña, la coreana tomó el control del proyecto. Las obras comenzaron a fines de febrero, pero sin la cuestionada constructora brasileña.