Economía

La ascendente industria chilena de videojuegos

Imagen principal
POR Periodista Practicante |

Van a ferias mundiales, están unidas en un gremio y venden casi US$ 6 millones. Hoy existen cerca de 60 compañías locales que proyectan un futuro auspicioso.

Hace pocas semanas, Danae Zamorano (24) se dio cuenta de que su videojuego favorito para el celular era de la empresa Gamaga, la compañía chilena más grande en la creación de aplicaciones del país. En 2017 facturó un millón de dólares y rompió así un récord para el mercado nacional. “Siempre pensé que estaba jugando un juego norteamericano, no sabía que esto se hacía en Chile”, cuenta Zamorano. Como ella, cientos de personas en el mundo, en distintas plataformas, juegan videojuegos desarrollados en Chile, industria que en los últimos años ha ido en constante ascenso.

La producción de videojuegos crece a pasos gigantescos por todo el mundo. Y en Chile también. El escenario es muy diferente para los desarrolladores nacionales respecto de lo que era hace 10 años. Si antes los emprendimientos apenas se sostenían, en la actualidad los estudios independientes proliferan y facturan al nivel de importantes compañías latinoamericanas.

“Hoy vemos un aumento y la proliferación de más estudios independientes con reconocimiento, y un nuevo estudio de escala internacional (Giant Monkey Robots). En mi opinión, vemos una consolidación de nuevas empresas que permiten proyectar que los próximos cinco años serán muy interesantes para nuestro país”, dice Rodrigo Contreras, CEO y cofundador de Gamaga. 

Los inicios del videojuego chileno se remontan a los años 90, cuando en el mercado existían cerca de cinco empresas independientes. Sin embargo, no fue sino hasta 2007 que se vislumbró la idea de establecerse como gremio. Esto permitió la creación de VideoGames Chile (VG Chile), asociación que acoge a los desarrolladores locales. “Tuvimos que esperar hasta el 2010 para constituirnos como gremio, ya que no contábamos con las ocho empresas que se piden de requisito mínimo para fundarlo”, dice Alejandro Woywood, uno de los fundadores de VG Chile, profesor del curso “Creación de Videojuegos” en la Pontificia Universidad Católica de Chile y fundador de Amnesia Games.

En 2016 no eran más de 30 empresas, y actualmente agrupan a casi el 75% de los 60 estudios del país.

El punto de inflexión de la industria nacional llegó en 2011, cuando VG Chile se puso en contacto con ProChile, organización estatal encargada de la promoción de exportaciones nacionales. Los desarrolladores buscaban su internacionalización.

“VG Chile se acercó a ProChile al ver que efectivamente el grueso del mercado de la industria del videojuego está afuera. En Chile tenemos un mercado muy pequeño, no hay demasiado negocio y, en general, todo lo que se hace en videojuegos en Chile no está muy maduro. Lo principal está afuera, por lo que era más lógico buscar un partner que ayudara al sector a ejecutar una estrategia de internacionalización”, señala Julio César Marambio, gerente general de Octeto Studios.

Así, comenzaron a ver dónde estaba el potencial y dónde tenían que dirigirse para la realización de negocios.

Despegue mundial de los videojuegos chilenos

Fanny González, coordinadora nacional de industrias culturales para ProChile, en conversación con el podcast de PAUTA Premio de Consola, afirmó que “al principio eran delegaciones de cinco o seis empresas, hoy hablamos de delegaciones de más de 20”. En 2012, Chile fue la primera delegación de esta industria en Iberoamérica en estar presente en la Game Developers Conference en San Francisco, el mayor encuentro para desarrolladores de videojuegos. Ahí comenzó su despegue a nivel mundial. Hace un año, en la misma feria, Chile presentó su stand con 28 estudios distintos, todo un récord para América del Sur. Fue seguido por Brasil, con 18, y Argentina, con 16.

La inflexión provino de las grandes avenidas que son las tiendas de servicios digitales. “Antes era difícil, pero desde que Apple [Store], primero, y luego Google Play se abrieron y permitieron que desde tu casa puedas desarrollar juegos para plataformas móviles, todo cambió”, resume Alejandro Woywood.

Chile ha sido el único país sudamericano que se ha presentado sin interrupciones en la feria y, a la vez, supera a los otros países de la región, en gran parte gracias a las gestiones de ProChile, que lidera las delegaciones a ferias internacionales. “Hoy estamos presentes en casi todos los continentes en las ferias clave en torno al desarrollo de negocios de la industria del videojuego. Antes había que buscar las entrevistas, ahora nos van a buscar al mesón”, contó González.

Este año, el país ha asistido a la Gamescom en Colonia, Alemania, considerada la feria de videojuegos más grande del mundo en términos de asistencia, además de la Tokio Games Show, en Japón. Junto con eso, asistirá a la Montreal International Game Summit de Canadá en noviembre, entre otras planificadas. Eso no es todo para la industria del videojuego.

El viernes 5 de octubre el estudio de juegos móviles TinyBytes Games recibió un fondo internacional de 1,4 millones de dólares, equivalente a unos 950 millones de pesos chilenos. Así lo informó el sitio especializado en juegos para móviles Pocket Gamer. Estos recursos fueron aportados por Initial Capital y London Venture Partners, compañías que anteriormente ya habían invertido en desarrolladoras, pero que por primera vez apoyan a una empresa de juegos latinoamericana. Además, esta empresa el 4 de octubre pasado lanzó mundialmente el juego Massive Warfare: Aftermath para dispositivos iOS y Android. “El gremio se está expandiendo, está creciendo, y está siendo reconocido globalmente. Acabamos de ver cómo una empresa local recibió una gran inversión por parte de un fondo europeo, y eso es un gran hito”, afirma Rodrigo Contreras. 

Otra compañía que en este último tiempo ha logrado acuerdos con empresas internacionales es Bekho Team. La compañía chilena inició una “asociación estratégica” con la polaca Vivid Games, que va mucho más allá que un acuerdo de publicación para un juego determinado. “Según lo que nos contó nuestro director comercial en Polonia, inicialmente acordaron financiamiento para desarrollar siete juegos, compartiendo las ganancias y la propiedad intelectual de ellos”, cuentan desde ProChile.  

El golpe que despertó talentos

Como todo auge, existen laderas que deslizan algunos éxitos hacia abajo. En 2016 la empresa japonesa DeNa abandonó Chile, lo que afectó tanto a la facturación de la industria como a cientos de chilenos que trabajaban en la compañía. A esto se le sumó, el año pasado, el cierre de Behavior Santiago, filial del estudio independiente más grande de Canadá.

Con la salida de estas grandes empresas transnacionales, la industria chilena pasó de tener más de 12 millones de dólares de facturación en 2016 a recaudar cerca de seis millones de dólares en 2017. Es decir, una baja del orden del 50%. “Gente que tenía un buen nivel de ingresos, muchas veces por lo mismo, en vez de volver a la industria de videojuegos en otra empresa o crear una empresa, decidieron buscar otros horizontes, salir del país o se fueron a otras industrias. Efectivamente, también fue un impacto por el lado de la facturación”, plantea Julio Marambio.

Lo que pareció ser un gran problema para la industria nacional, desde el gremio lo han visto como una nueva oportunidad y dicen que se encuentran en un punto de inflexión. Estas empresas ayudaron a generar un capital humano muy capacitado y a entregar estas herramientas para poder competir en mejores condiciones con el mercado internacional. “El cierre de ambos estudios fue un golpe inesperado para muchos. Sin embargo, quienes fueron empleados de éstas, ahora son fundadores de sus propios emprendimientos o se sumaron a reforzar aún más los estudios existentes. Incluso, varios exempleados se encuentran hoy siendo verdaderos embajadores en empresas en el extranjero, mostrando el talento nacional”, opina Leonardo Valderrama, cofundador del estudio Battle Mango y actual director de VG Chile. 

Fórmula Gamaga

La compañía de videojuegos móviles Gamaga es actualmente la más grande del rubro en el país y cuenta con 30 empleados para desarrollar, gestionar y vender videojuegos. En 2017, Gamaga se convirtió en la primera empresa independiente chilena en romper la facturación de un millón de dólares durante un año.

Según Rodrigo Contreras, CEO y cofundador de Gamaga, existe más de un factor que ha permitido que Gamaga se encuentre dónde está hoy en el mercado. Contreras atribuye el éxito de la empresa tanto a los productos que han desarrollado, como al equipo de trabajo que los ha elaborado. “En Gamaga también hemos desarrollado una habilidad de gestión de la empresa superior a muchas otras, que nos permite sortear el día a día para cumplir nuestros objetivos. Nuestra estrategia, cultura y habilidad de gestar la ejecución, ha sido clave para crecer y romper, año a año, nuevos hitos que permiten a la industria nacional ser reconocida a nivel mundial”, cuenta.

“Estoy muy entusiasmado. Veo empresas creciendo y logrando importantes hitos. En particular TinyBites, AceTeam y Giant Monkey Robots. Junto con Gamaga, ellas tienen gran potencial de crecer y ser grandes referentes nacionales”, dice Contreras. 

Gamaga se prepara para lanzar su tercer juego, “Red Crimes: Hidden Murders, el cual será copublicado con iEntertainment Network, en asociación con el canal de televisión Investigation Discovery.  

Jugadores casuales

Según un estudio realizado por la consultora especializada Newzoo en 2016, aproximadamente el 45% de los chilenos jugaba algún tipo de videojuego, lo que equivalía a 7,7 millones de personas. Este crecimiento en el número de jugadores se debe principalmente a una nueva generación de aficionados, bautizados como jugadores “casuales”, que ya no obedecen a los cánones del usuario tradicional. “Este juego casual es aquel juego que tú puedes entrar y salir fácilmente, no necesitas instrucciones para empezar a jugar y que normalmente es gratis”, explica Alejandro Woywood.

Los usuarios de este “juego casual” son aquellos jugadores que no se sienten identificados a una marca o bien, a una saga de juegos. Además, el jugador casual cimenta su afición en redes sociales.

“Hoy en día los juegos móviles y casuales son muy populares en cuanto a número de usuarios, casi todas las personas juegan algún tipo de juego casual. De los jugadores, un alto porcentaje es casual, es decir, no profundizan demasiado en la interacción con el juego y en ese sentido, si bien es muy difundido, es muy poco profundo”, dice Woywood. 

A pesar del aumento de este tipo de usuarios, los juegos de consola siguen siendo fundamentales para la industria chilena, que se encuentra cada vez apuntando más en esa dirección. “Las empresas que ahora tienen más herramientas están apuntando a lanzar proyectos de mayor impacto en las principales plataformas a nivel mundial: Playstation 4, Xbox One, Nintendo Switch, PC, aparte de todo lo que se está haciendo en móvil durante el último tiempo y que hoy en día está teniendo mucho más impacto”, dice Julio Marambio. 

Actualmente, la industria nacional espera con ansias el lanzamiento de “Omen of Sorrow”, juego de pelea desarrollado en Chile para PlayStation 4 por la compañía AOne Games que genera altas expectativas en el rubro. Estará disponible el 6 de noviembre y se podrá conseguir tanto en formato físico como digital.

“Tenemos muchas expectativas en el sector con respecto a proyectos que se están lanzando prontamente, es decir, a finales de este año, principios del próximo, porque nos empezamos a dar cuenta de que quizás sea el momento en el que podemos empezar a consolidar este trabajo de largo plazo que se ha venido dando de manera constante este último tiempo”, manifiesta Julio Marambio.