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Árbol de Navidad de Rockefeller Center recibe nueva estrella

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Bloomberg
POR Francisco Ibañez |

Luego de 14 años utilizando la misma estrella, el árbol de Navidad más famoso del mundo se renueva.

Daniel Libeskind parece un niño durante la temporada navideña.

En cierto modo, lo es. El arquitecto y diseñador está muy entusiasmado con su última creación: la nueva estrella que diseñó en colaboración con Swarovski y que se colocará en la punta del árbol de Navidad del Rockefeller Center en Manhattan a partir de este año. Su emoción es enorme y sus expectativas para el brillante elemento central son palpables.

Con un peso aproximado de 408 kilogramos, la nueva estrella mide unos 2,7 metros, tiene 10 centímetros de diámetro y utiliza 3 millones de cristales de cono doble colocados en 70 puntas que irradian desde el centro. Cada punta es creada usando vidrio ESG de seis milímetros con cristales fijados en la cara interior y con componentes de iluminación LED desarrollados por Swarovski. El centro de la estrella se fabricó utilizando 70 componentes de aluminio elaborados a medida, además de 140 puntos de luz LED.

Emitirá 106.400 lúmenes de luz blanca cuando el árbol decorado se encienda oficialmente durante la ceremonia del 28 de noviembre que será transmitida en vivo por NBC. El árbol, un abeto rojo de 12 toneladas y de 21,9 metros de altura traído desde Wallkill, Nueva York, permanecerá en exhibición hasta el 7 de enero de 2019.

El proceso de diseño y construcción de la estrella tardó dos años y se utilizaron piezas que fueron fabricadas en Austria y Rhode Island. Ensamblado en el Rockefeller Center, Libeskind no vio el producto terminado hasta esta semana, apenas unos días antes de su presentación el miércoles 14 de noviembre, cuando se colocó la estrella.

“Fue un gran desafío diseñar algo realmente sin precedentes”, dice Libeskind, quien con su compañera Nina Libeskind creó el Estudio Daniel Libeskind en Berlín en 1989 después de ganar el concurso para construir el Museo Judío en esa ciudad. En 2003, el estudio trasladó su sede a Nueva York después de que Libeskind fuera seleccionado como el planificador maestro para la reurbanización del World Trade Center.

Una obra de arte de luz

“Es una escultura, una estrella panorámica tridimensional que está explotando en luz dinámica”, dice Libeskind. “La tecnología, la forma, la complejidad, los millones de cristales; fue realmente un desafío y una hermosa aventura”.

Para el diseño, Libeskind dice que se inspiró en el concepto abstracto de la luz de las estrellas y en los estudios de Leonardo da Vinci sobre las formas geométricas.

Nadja Swarovski, miembro del consejo de administración de Swarovski AG, considera a Libeskind uno de los mejores talentos creativos del mundo. “Su creación final es una obra maestra de imaginación e innovación, y esperamos que esta estrella irradie luz como un faro de esperanza para la ciudad de Nueva York y más allá durante muchos años”.

Junto a los desafíos técnicos y físicos que presentó la creación de una escultura en tierra que representara el brillo de la luz de las estrellas, el producto final tenía que ser lo suficientemente duradero como para soportar que sea montado a más de 30 metros de altura en el aire, luego desmontarlo, almacenarlo y volver a armarlo los años siguientes. La anterior estrella de Swarovski, que creó en fibra de vidrio y cristal el artista alemán Michael Hammers, se usó durante 14 años.

Libeskind dice que el requisito de sostenibilidad fue sólo uno de los muchos desafíos. “Había dificultades en casi todos los puntos. ¿Cómo integrar los cristales, qué cristales debemos usar que sean realmente luminosos y difundan la luz, cómo conseguir que la luz brille a lo largo de la trayectoria, cómo crear la tecnología de los LED que brillan incluso dentro del núcleo, y cómo crear esa estructura entre el vidrio y el cristal y el acero y el aluminio que es un objeto importante?”

Llévate a casa una estrella

Luego de terminar la estrella, Libeskind se refiere a ella como “uno de mis proyectos favoritos en los que he trabajado”.

Los visitantes que desean ver de cerca la estrella, o llevarse a casa una pieza conmemorativa, están de suerte. Una segunda versión a tamaño completo se exhibirá en Rockefeller Plaza junto a la caseta de navidad Swarovski, que venderá adornos para el hogar diseñados por Libeskind e inspirados en el nuevo diseño.

La primera vez que se colocó un árbol de Navidad en el Rockefeller Center fue en 1931, y el primer árbol formal fue instalado en 1933. Según los informes, 800.000 personas ven el árbol cada día que se exhibe durante la temporada de Navidad. Libeskind vio el árbol por primera vez en 1961, poco después de que emigró a Nueva York desde Polonia.

“Tenía 13 años cuando llegué a esta ciudad en un barco”, recuerda Libeskind. “Uno de los primeros lugares a los que fui fue al Rockefeller Center, porque ¿a dónde van los que acaban de llegar?”

“Recuerdo que, de niño, miraba hacia arriba a ese increíble espacio de la ciudad y a ese increíble árbol”, dice. “Es algo muy personal”.