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Pohlhammer: la vacilación, el sentido y el pensar en medio de la crisis

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PAUTA
POR Fernanda Valiente |

Desde su hogar en Concón, el poeta conversa con Cristián Warnken. “Si acepto la incertidumbre desde el miedo, se convierte en el pantano de la podredumbre”, dice.

“Es fundamental que el corazón de la salud humana esté bueno. El alquimista convierte todo el metal en oro. Y como el oro viene del tesoro del yo profundo…señoras y señores, ustedes son el yo profundo”, dice el poeta Erick Pohlhammer.

¿Y cuál es su importancia? El yo profundo transmuta el temor en templanza. Transmuta el tedio en incertidumbre, explica. 

“¿Cómo convertir esta incertidumbre en esa albricia, en esa lumbre, en esa aventura? Tengo la impresión de que la poesía siempre ha navegado en las aguas de la incertidumbre, por lo tanto, tiene una experticia que quizás la filosofía y la ciencia no tienen”, apunta Cristián Warnken, anfitrión de Desde El Jardín.

“No ha existido un artista que no viva en la incertidumbre. Pero si yo acepto la incertidumbre desde el miedo, esto se convierte en el pantano de la podredumbre. Esta pandemia uno puede vivirla desde el temor o la pena, porque a algunos se le van a morir parientes. Se me han muerto tres amigos y he llorado harto”, cuenta Pohlhammer.

El aporte de los filósofos en la crisis 

Pero finalmente, como el cuerpo siempre vuelve a la tierra, el poeta rescata el ser interno. “Ahí yo entro en el tema de la meditación fundamental o de la oración profunda”, apunta, donde Sócrates (470 a.C. – 399 a.C.) fue un pionero cuando señaló “conócete a ti mismo y conocerás al universo entero”.

“La mezcla perfecta para este tiempo es Epicteto (50 – 125) y Epicuro (342 a.C. – 270 a.C.). Porque el estoicismo enseña a resistir los embates, las tormentas, los vendavales más oscuros con templanza estoica. Y Epicuro decía ‘uno viene a disfrutar la vida. Viene a disfrutar todos los placeres'”, señala el poeta.

“Y lo mínimo puede traer placeres”, agrega Warnken, “desde tomar un vaso de agua y comer lo que uno tiene como si fuera un banquete”.

La meditación

Para Pohlhammer vivimos en un mundo de apariencias. Por eso, un espacio puede ser un infierno o un paraíso, de ahí la importancia de la perspectiva.

En ese sentido, afirma que cuando uno medita, sea bajo el pensamiento de Osho o el de Maharishi Mahesh Yogi, hay que hacerlo sin expectativas.

“Hay un entendimiento previo. ¿Quiero pensar todo el día o quiero tener ratos para no pensar? Porque como dice Eckhart Tolle, existe el vicio de pensar. Si uno piensa tanto es porque se quiere aferrar a algo”, explica Pohlhammer.

La única forma de volver a ver las cosas por primera vez es simplemente no pensar. 

“Pero ese no pensar”, dice, “requiere que haya plenitud dentro tuyo, la que emerge de un estado de pasividad. De abandono. De no forzar la respiración”.

Para desconectarse es importante respirar durante 15 minutos en un lugar tranquilo. Y practicar el no hacer. A veces es bueno no ser productivo por un rato. “Va a emerger una ansiedad en ti. Uno de los propósitos de la meditación es apagar el brasero de la ansiedad”, describe. Para lograrlo, el poeta afirma que hay que volver a ser un niño, para conectarse con la sabiduría universal.

“Tal vez lo que necesitamos es vaciarnos”, señala Warnken.

Disfrute la conversación entre Cristián Warnken y Erick Pohlhammer