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Las luces de una ex primera dama

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Rosa Miti Markmann Reijer, en una fotografía de Alfredo Molina Lahitte. Molina Lahitte, Alfredo, fotógrafo, 1906-1971. [Rosa (Mitty) Markmann Reijer] [fotografía] Alfredo Molina Lahitte. Archivo Fotográfico. Disponible en Biblioteca Nacional Digital de Chile http://www.bibliotecanacionaldigital.gob.cl/bnd/629/w3-article-162999.html . Accedido en 12/7/2019.
POR Barbara Campos |

Rosa “Miti” Markmann, esposa del expresidente Gabriel González Videla, es la protagonista del libro “Una luz en la sombra”, de Ana Campos, que entre otras cosas muestra su contribución al voto femenino.

La periodista Ana Campos es nieta de Rosa “Miti” Markmann, esposa de Gabriel González Videla. Tras recibir un legado cientos de cartas y escuchar las apasionantes historias de su abuela, decidió escribir en primera persona el libro Una luz en la sombra, donde retrata a aquella primera dama que instaló su oficina, al lado del despacho de su esposo presidente, para darles más derechos a las mujeres de la época. 

Ana Campos recuerda que un día, conversando con su abuela Miti, “ella llegó con una maleta llena de cartas. No se me ocurría qué hacer, pero me di cuenta de que era un tesoro, un legado, y que había literatura. Ahí había romance, dolor, lucha, había un guion”, relata la periodista. “La mayor cantidad de cartas, deben ser unas 800, es de cuando ellos [Markmann y González Videla] tuvieron un romance secreto cuando ella tuvo entre 15 y 18 años […] En esos tres años no se deben haber juntado muchas veces, porque él estaba en La Serena y ella en Santiago. Se veían en secreto y él empeñaba los trajes para invitarla a tomar té”, recuerda Campos. 

Sobre la faceta más feminista de Miti Markmann y su contribución a desarrollar proyectos sociales y principalmente a impulsar el derecho a voto de la mujer en Chile, Ana Campos recuerda que su abuela “tuvo la suerte de tener una educación laica, tenía una madre muy poderosa. Ello lo heredó y lo sacó de a poco, porque al principio era muy tímida, pero cuando fue primera dama tomó este rol. Abrió la oficina de las mujeres, donde ellas le mandaban cartas, y ahí se dio cuenta de la total indefensión social y cívica que ellas tenían. Y dijo: ‘Si tengo algún papel en mi vida, es hacer algo por nosotras mismas'”.

En esta lucha, “mi abuelo le dice: ‘Hagan lo que quieran, pero ustedes vayan a convencer a todos estos congresistas porque nadie quiere el voto de la mujer’. Así, ellas fueron oficina por oficina y los convencieron”.

Revise la conversación entre Maritxu Sangroniz y Ana Campos en Un Día Perfecto: