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Luigi Zoja, sicoanalista italiano: “Es muy difícil aceptar el mal al interior de nosotros”

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Puerto de Ideas
POR Fernanda Valiente |

Desde Milán, el escritor recuerda junto con Cristián Warnken la paranoia de los seres humanos ante situaciones límite.

Licenciado en Economía, sicoanalista y escritor, el italiano Luigi Zoja (76) vive en un departamento en Milán cerca de un parque. “En mi terraza tengo plantas de frutas, especiales para estos tiempos”, ríe. Hoy, le llaman la atención tanto el silencio de las calles como la limpieza de aire.

“En un artículo hablas de por qué la pandemia ha golpeado tanto a Italia. Dices que los italianos sufren como una especie de desorganización a la italiana. ¿Qué rasgo cultural es ese y cómo puede haber influido en esta pandemia?”, pregunta Cristián Warnken, anfitrión de Desde el Jardín, de Radio PAUTA.

“No existe la colaboración bipartisan que hay en general en los países anglosajones: que frente a un peligro en particular se pueden dejar de lado las peleas para juntarse. Esto no pasó. Hubo bastantes divisiones entre el gobierno central, las regiones, etcétera. Y esto es parte de la mala tradición. Incluso en las mesas de diálogo de la televisión y de la radio siguen las peleas”, señala Zoja, quien realizó su práctica clínica en el Instituto Jung de Zúrich.

Una de las grandes diferencias con otros países europeos, agrega, se debe a que Italia recortó los gastos para la salud pública

La paranoia

“Durante el 11 de septiembre del 2001, vivía en Nueva York. Lo más interesante fue la reacción, el día 12 de septiembre. Incluso nosotros los analistas nos volvimos demasiado paranoicos. Donde vivía había una reserva de agua de la ciudad y toda la gente tenía miedo de que los terroristas la envenenaran. Y no pasó nada. Lo único que pasó es que todos compraban agua mineral. Pero tenemos una tendencia a exagerar. La paranoia ocurre con algo real, porque hubo un ataque. El problema es perder las proporciones”, afirma.

Porque después llegaron las guerras y las invasiones por parte de Estados Unidos. Se decía que tras el atentado el ser humano iba a cambiar, pero al parecer eso no sucedió, expresa. Por ende, en el marco de Covid-19 tiene incertidumbre de lo que vendrá.

Mientras los australianos vuelven a disfrutar de sus playas, en Alemania algunas protestas irrumpieron por las precauciones que intenta mantener el gobierno germano de que las personas mantengan un metro y medio de distancia. 

“Vamos a ver que pasa cuando se levante la cuarentena, porque la primera reacción es ambivalente. Algunos son muy felices y otros tienen mucho miedo”. 

El individuo cuando se siente atacado por otro tiende a atacar. Y para ayudarlo, “el análisis fomenta la introspección en los cambios interiores”, señala.

Para el sicoanalista, la proyección del virus de los científicos arrojada por Harvard articula más bien una negación. “Hay lo que [Sigmund] Freud llamaba la negación. Un fenómeno de comprensión, de represión y de olvido”, dice. Se habla de una proyección por aquellos que no saben que están contaminados, por lo que el número no baja. Sin embargo, Zoja afirma que el público ya conocía esta información, porque “el virus está circulando y por ahora no hay remedios”.  

A su juicio, la desconfianza y la paranoia son muy similares al libro Los novios (1827) de Alessandro Manzoni, una de sus lecturas escolares. En la novela, la población italiana de 1630 es fuertemente atacada por la peste milanesa. 

“Hoy podemos decir que de nuevo se viene a instalar la paranoia y el pánico colectivo. Afirmas en El Clarín que esta plataforma se empieza a propagar como una infección síquica. Y que se pierde el sentido de la proporción. Hablemos de tu reflexión de la paranoia en los colectivos humanos y cómo se está dando ahora y cómo se está dando en esta pandemia, Luigi”, pregunta Warnken, el anfitrión de Desde El Jardín.

“Todos los seres humanos tenemos límites. Y un límite muy fuerte está en nuestra relación con el mal, en un sentido muy general. Es muy difícil aceptar el mal al interior de nosotros. Entonces tenemos el instinto de apuntar con el dedo. Y eso lo describe el análisis sicoanalítico. Pero también los análisis antropológicos nos dicen que en cada cultura hay una tendencia a buscar un chivo expiatorio”, afirma Zoja.

Ocurre que es un recurso que utiliza la mente para aliviar la sensación de lo negativo. “Lo mismo ocurrió en el siglo XX con Adolf Hitler, ¿no? En la gran inflación alemana tras la guerra […] fue más fácil echarles la culpa a las oposiciones y a los judíos […] Es una cuestión general, no la cosa individual mental clínica”, apunta.

Puede ser explotada por líderes. ¿Hasta qué punto eran por ejemplo Hitler o Iósif Stalin paranoicos ellos mismos? ¿Y hasta qué punto era una simplificación de su propaganda, que funcionaba como esta terapia colectiva muy agresiva y primitiva?, se pregunta Zoja, quien asistió al festival cultural realizado en Valparaíso Puerto de Ideas el 2014.

El inconsciente

“También se ha hablado de la noción del inconsciente colectivo. Carl Jung analizando a pacientes en el periodo de la guerra mundial descubrió que aparecía en algunos sueños el dios destructor Wotan y hay ciertos héroes también de la mitología germánica. ¿Qué importancia tiene el inconsciente en situaciones como estas? ¿Qué sucede en esa tierra ignota que está en la fantasía?”, dice Warnken.

“Esa es una pregunta muy interesante, porque se asocia a la tendencia paranoica. La primera forma de nuestros procesos mentales es la imaginación, ¿no? Ya al interior de la mamá, un niño tiene sueños y puede expresarse con el lenguaje muy posteriormente. En la evolución de la civilización las imágenes preceden a los conceptos, tanto en la ontogénesis, es decir, en la historia del individuo como en la humanidad en las distintas culturas. […] Y el bien y el mal necesitan personificaciones que son representados a través del mito”, explica.

La guerra es la forma más sencilla, porque surge el adversario. Pero en el virus, no existe. Por eso, de a poco nacen las teorías de complot para darle una personificación.  

Tipos de sociedades

Zoja no es usuario de Facebook ni de Twitter. “Pero lo que entiendo por mis hijos y mis pacientes es que la tendencia es a hacer mensajes más y más cortos. Hay muchos estudios que fomenta el mensaje paranoico”, señala.

Por eso, agrega que lo que suele hacer la comunicación virtual es la comprensión de los tiempos.

“La masa es de alguna manera organizada. No sé, cuando el sindicato de trabajadores llama a una huelga y ellos se encuentran en una gran plaza de la ciudad, tienen alguna finalidad e ideas. La multitud se encuentra en la plaza, pero ocasionalmente. No es programado. […] Eso puede ocurrir en el siglo XXI en la comunicación virtual, ¿no? Los encuentros casuales y los encuentros intencionales”, propone.

“¿Cuál es la sicoterapia que pueden hacer los políticos y los medios en esta crisis?”, pregunta Warnken.

“He visto bajar los números de la radio y de la televisión de una manera impresionante en los últimos 30 años en Italia. Esto corresponde a un empeoramiento de la calidad. […] Y un gobierno que emplea demasiado Twitter como [Donald] Trump. Activa la impaciencia de la gente que se va en una dirección bastante peligrosa”, señala el sicoanalista.

En tal escenario la paranoia puede surgir en los populismos, con un discurso que no logra penetrar en la élite. Muchos políticos dicen que esta crisis es una guerra. “Lo que me parece peligroso, porque personifica al enemigo, cuando en realidad es un virus”, expresa.

Vea el programa con Luigi Zoja: