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La fértil poesía de T.S. Eliot

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BBC America
POR Fernanda Valiente |

“Lo esencial de toda exploración será volver al propio jardín y ver las cosas por primera vez”, dice en uno de sus poemas, Cristián Warnken analiza su obra, fundamental en el siglo XX, con Braulio Fernández.

I. El entierro de los muertos 

Abril es el más cruel de los meses, pues engendra
lilas en el campo muerto, confunde
memoria y deseo, revive
yertas raíces con lluvia de primavera
El invierno nos dio calor, cubriendo
la tierra con nieve sin memoria, alimentando
un hilo de vida con tubérculos secos.

-Extracto del poema “La tierra baldía” (1922) de T.S. Eliot, publicado en 1922.

Versión completa del poema en su idioma original: https://www.poetryfoundation.org/poems/47311/the-waste-land

En “La tierra baldía” (1922), Thomas Stears Eliot, más conocido como T.S Eliot (1888-1965), explora sin tapujos la esencia del alma humana en una época aplastada por las garras de la Primera Guerra Mundial.

En el poema, el escritor de San Luis, Missouri, rescata extractos de distintas culturas desde una mirada melancólica. Sin embargo, no hay que olvidar que su mano es acompañada de la edición de su amigo Ezra Pound (1885-1972), cuenta el traductor Braulio Fernández, quien visitó a Cristián Warnken en Desde el Jardín, en un homenaje por los 131 años desde el nacimiento de T.S. Eliot.

El poema “La tierra baldía” (1922) también recibe la traducción de “La tierra estéril“. Editoral: Visor. Páginas: 123. Año: 2009. Disponible en: Antartica.cl

El director del Instituto de Literatura de la Universidad de Los Andes asegura que “La tierra baldía” es “probablemente el poema más influyente” de la cultura occidental, lo que se debe a varios factores. Uno de ellos es cómo el escritor trabaja con la impersonalidad en su obra maestra, a pesar de que Eliot se basa en gran medida en su propia experiencia para crearla.

Portada del libro Selected Poems of T.S. Eliot. Editorial: Faber & Faber. Año: 2009. Páginas: 128. Disponible en: Amazon.com.

Otro de los temas que explora el poeta estadounidense se encuentra en su obsesión por conocer el tiempo y la mente humana. “El tiempo presente y el tiempo pasado están quizás presente los dos en el tiempo futuro y el tiempo futuro contenido en el tiempo pasado. Si todo tiempo es eternamente presente, todo tiempo es irredimible”, lee Warnken del libro Cuatro cuartetos (1941).

Además, como explica Fernández, el autor de “Los hombres huecos” (1925) siente un fervor por el poder de la palabra, más que en la subjetividad. “El sentimiento contenido en el poema tiene que bastar por sí mismo, no debe depender de la experiencia subjetiva del poeta. La vida es potencialmente poética, pero no es un poema. El poema es el que está plasmado en un lenguaje”, dice.

Si bien el poema “The Wasteland” suele ser reconocido por su traducción como “La tierra baldía”, también ofrece la alternativa de “La tierra estéril”, la que se encuentra cargada de simbolismo. Una asociación importante que logra ocurre cuando se hace una referencia implícita al libro De ritual a leyenda de la escritora Jessie Weston. La profesora de la Universidad de Cambridge indaga en la leyenda del grial, el cual se vincula a ritos antiguos de la fertilidad. 

En el caso de Eliot, quien se convierte al anglicalismo, “todas las imágenes que generan vida, están subvertidas y generan muerte. Las mujeres como símbolos de la vida están todas infértiles, muertas y eso tiene que ver con la propia experiencia del poeta”, señala el traductor. 

Eliot inspira en la pantalla grande 

Dentro del trabajo de Eliot se puede encontrar al hombre vacío porque percibe la llegada de las consecuencias fatales que trae consigo la modernidad, la que vendría acompañada de la destrucción masiva con la llegada de la Primera Guerra Mundial. Escenas cotidianas y personajes prosaicos sirven para representar la pérdida de sentido en su obra. Por ende, en el marco de violencia de la guerra de Vietnam, su obra sirve para algunos como una válvula de escapa de la pulsión de muerte. Tal es el caso del protanogista de la película Apocalipsis ahora (1979), del cineasta Francis Ford Coppola.

El coronel Kurtz, interpretado por Marlon Brando, retrata perfectamente esa desesperación dentro del caos cuando lee “Los hombres huecos” (1925). De hecho, la novela El corazón de las tinieblas (1902) de Joseph Conrad (1857-1924), en la que se basa el guion de la película, era la inspiración que Eliot tenía para iniciar su obra maestra. La frase que introduciría el poema sería “El horror, el horror”, en respuesta a su visión de la colonización; sin embargo, para su editor y amigo Ezra Pound, era un inicio “muy duro” para una obra que ya contenía el hastío de la guerra en la época, señala Fernández.

Revise el programa completo de T.S. Eliot a continuación: