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¿El último baile?

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Agencia Uno
POR Matias Bobadilla |

“Prefiero pensar en un primer baile para la nueva camada de jugadores de la Selección”, escribe Fernando A. Tapia sobre el equipo que debe llevar Lasarte para la Copa América.

Asumiendo que las autoridades de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) no darán su brazo a torcer y que la Copa América 2021 se realizará a todo evento, sea donde sea, el debate futbolero se traslada a la decisión que tendrá que adoptar el técnico de nuestra Selección en relación con el contingente con el que afrontará el torneo.

El contexto de pandemia, que motivó la postergación de varios partidos de las Clasificatorias, hace que el campeonato de selecciones aparezca como un problema desde el punto de vista logístico, que recarga el calendario y que podría generar más que un inconveniente en la respuesta física de los jugadores pensando especialmente en la carrera para llegar a Catar, con dos partidos claves apenas días antes, y varios más después del certamen.

La prioridad de Martín Lasarte, y de casi la totalidad de los seleccionadores sudamericanos, está en los partidos que entregarán pasajes para el Mundial. Sin embargo, también es cierto que un eventual fracaso en la Copa podría condicionar prematuramente la evaluación de un técnico, especialmente el de la “Roja”, que vino a apagar el incendio que dejó la prematura salida del entrenador colombiano Reinaldo Rueda. Por eso no es fácil la decisión.

En la previa, la Copa América 2021 no goza del entusiasmo de los hinchas, especialmente en la de los países organizadores, más preocupados, con justa razón, de la forma en que los gobiernos respectivos han enfrentado la crisis sanitaria, especialmente en Colombia, donde se suman los cuestionamientos surgidos por el estallido social.

Como ya expresé en una columna anterior, el torneo de selecciones, apartado del calendario lógico, es un invento de los dirigentes de la Conmebol, que no debió jugarse declarada la emergencia mundial, y que fue motivado exclusivamente para generar ganancias económicas extras. Difícilmente echarán pié atrás, ya que hay contratos millonarios comprometidos, particularmente con las cadenas de televisión dueñas de los derechos de transmisión.

Así las cosas habrá que jugar, y muy probablemente pronto, apenas iniciada la competencia, este debate será considerado estéril o quedará relegado a un segundo o tercer plano. Hay quienes piensan que a un torneo oficial como el que se avecina siempre hay que ir con lo mejor. Y que si bien es cierto llegar al Mundial es prioritario, Chile no puede darse el lujo de dejar fuera a ninguno de los futbolistas que han sido parte de la denominada generación dorada, los mismos que nos han hecho vibrar con dos títulos continentales.

Los más soñadores han hecho referencia a la épica historia del basquetbolista norteamericano Michael Jordan y el brillante equipo de los Chicago Bulls, que exprimió hasta el límite la capacidad y talento de su principal estrella, consiguiendo en la temporada de su despedida un sexto y último título en la NBA. Todo registrado en detalle, incluso con acceso ilimitado en los vestuarios, por la cadena ESPN y llevado al mundo con éxito total en la plataforma Netflix con el título The Last Dance (El Último Baile).

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No suena mal replicar la idea, aunque en rigor las carreras de Claudio Bravo, Gary Medel, Maurcio Isla, Charles Aránguiz, Arturo Vidal y Alexis Sánchez aún tienen capítulos que escribir. Pensar en un “último baile” justo para esta polémica Copa América me parece apresurado, y ciertamente hasta suena como empujando un retiro forzado, trato que ellos no merecen.

Por lo mismo adquiere sentido la decisión que tiene en su cabeza el técnico Martín Lasarte. El DT uruguayo de nuestra selección declaró al sitio oficial de la FIFA que el gran objetivo que hay por delante no es otro que llegar al Mundial, y que por lo mismo, “para la Copa América, como está dada hoy, pensamos en una mixtura, dándoles minutos a aquellos muchachos que no han competido o compitieron poco”.

Es una manera elegante de transformar un “cacho” en una oportunidad, brindándoles una inmejorable chance de prueba a todos esos futbolistas que, hasta ahora, han tenido que esperar en el banco el día en que alguno de los cracks se ausente o por lesión o por suspensión, porque de otra manera es casi imposible entrar. Para todos ellos el mensaje del técnico es claro: es ahora o nunca, porque a ellos “los vamos a necesitar muy rápidamente en las Eliminatorias, y si clasificamos en el propio Mundial”, como señaló en la entrevista con la FIFA.

Hay que jugar la Copa. Perfecto. Pero lo haremos guardando algunas de nuestras mejores armas, aunque ellos signifique un riesgo, aunque asumido de antemano, y más de alguna mueca de desagrado en la dirigencia sudamericana, que obviamente podría ver en ello algún grado de daño para el negocio y el show televisivo.

Por lo demás, es casi un hecho que Lasarte no será el único, ya que este debate se ha observado en todo el continente, salvo en Argentina que, como sabemos, ha fijado como prioridad ganar la Copa. Prefiero pensar en un primer baile para la nueva camada de jugadores de la Selección, un first dance para aquellos que deberán después seguir empujando el carro cuando se agote la generación dorada.

Imagino un gran torneo para nuestro nuevo escudo de hierro, los defensas Paulo Díaz, Guillermo Maripán y Francisco Sierralta. Sueño con un campeonato donde se consoliden jóvenes como Tomás Alarcón, Ignacio Saavedra y Pablo Galdames. Una copa consagratoria para Carlos Palacios. Todos ellos acompañados con varios que ya llevan varias batallas en el cuerpo y que podrían darle una buena capacidad de competencia al equipo como Eugenio Mena, Erick Pulgar y Eduardo Vargas. Y uno que otro de la propia generación dorada al que Lasarte seguro considerará.

¿El último baile? Dejemos eso para el camino a Catar, o por último si hay que hacer un documental, hagámoslo para la Copa América de Ecuador 2023, la de verdad.

Fernando A. Tapia participa en Pauta de Juego, de Radio PAUTA, de lunes a viernes a partir de las 12:30 horas. Escúchelo por la 100.5 en Santiago, 99.1 en Antofagasta, y por la 96.7 en Valparaíso, Viña del Mar y Temuco, y véalo por el streaming en PAUTA.cl