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Europa vuelve a mirarnos

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Agencia Uno / PAUTA
POR Andres Sepúlveda |

“La pregunta es: ¿De no haber existido la regla de sub 21, acaso Marcelino Núñez, Diego Valencia, Víctor Méndez y Tomás Alarcón, no habrían podido ganarse por sí mismos un lugar en el primer equipo?”, dice Fernando A. Tapia.

Tuvieron que pasar cinco años para que en una misma ventana de ventas en el mercado del fútbol, tres jugadores chilenos salieran del país con contratos firmados con clubes europeos. Casi simultáneamente Marcelino Núñez, Diego Valencia y Víctor Felipe Méndez consiguieron dar el salto al viejo continente, reactivando un mercado que se había mostrado estancado desde el 2017.

La última venta desde Chile al extranjero la había protagonizado el defensa Guillermo Maripán, entonces traspasado desde la Universidad Católica al Alavés de España. Sin duda una buena noticia para los jugadores involucrados, los clubes vendedores y, en general, para todo el resto de las instituciones, que ven en estas transacciones una señal de reactivación del mercado internacional.

Núñez y Valencia, de la UC, además de Méndez de la Unión Española, son jugadores jóvenes, provenientes de las divisiones inferiores, y que rápidamente mostraron sus condiciones para ganarse un espacio en los respectivos primeros equipos. Los tres, además, ya habían sido considerados en la selección nacional adulta. Considerando la ventana que se abre a mitad de año en el fútbol europeo, también se podrían considerar las salidas al extranjero del volante de la “U” Luis Rojas y del mediocampista de O’higgins Tomás Alarcón, concretadas el 2021. Desde la ANFP interpretan estas ventas, en gran medida, como producto de la polémica regla sub 21, que obliga a los clubes de primera división alinear a al menos un jugador de esta categoría un piso de el 70% de los minutos de juego que se disputan a lo largo del campeonato, con la amenaza de, si no cumplen, los equipos se exponen a multas económicas y la pérdida de entre 3 y 9 puntos en el torneo.

Fue Jorge Guerrero, director de desarrollo técnico de la ANFP y encargado del plan nacional del fútbol formativo, quien atribuyó el mérito a la regla a esta reactivación del mercado. Discutible, por decir lo menos, si comparamos que, sin obligación de colocar en el equipo titular a un futbolista sub 21, el año 2014 el fútbol chileno pudo vender hasta 5 jugadores en una misma ventana hacia el extranjero.

Además el caso de Luis Rojas no podría ser considerado como producto de la norma, toda vez que partió a Europa casi sin haber jugado en el primer equipo de la Universidad de Chile. Lo suyo más bien fue una oportunidad de mercado, en el que su representante jugó un papel decisivo, convenciéndolo de dejar el país para firmar un contrato con el Crotone de Italia, actualmente en la tercera división, donde además el futbolista no ha podido consolidarse.

La pregunta es: de no haber existido la regla de sub 21, acaso Marcelino Núñez, Diego Valencia, Víctor Méndez y Tomás Alarcón. ¿No habrían podido ganarse por sí mismos un lugar en el primer equipo y aspirar dar el salto a Europa?. Está claro que en el fútbol el que es bueno no necesita de una regla para ganarse un puesto. Por eso, intentar otorgarle todo el mérito a la norma es desmedido.

A las condiciones y calidad de estos jugadores, habría que poner en el análisis también cómo el mercado europeo, víctima de una ola inflacionaria sin precedentes, ha vuelto a volcar su mirada hacia países como el nuestro, con precios más baratos respecto de otros mercados sudamericanos exportadores por excelencia como Brasil, Argentina y Uruguay. Chile, en el pasado, dio garantías de calidad a través de los máximos referentes de la denominada generación dorada. Pero se entiende que desde la ANFP se pretenda defender la regla sub 21, muy criticada por entrenadores y dirigentes de clubes, que la ven como una medida que les resta competitividad.

A falta de 7 fechas para finalizar el campeonato, apenas dos equipos ya han cumplido con los minutos exigidos: Universidad de Chile y Unión Española. He aquí lo preocupante, ya que en los hechos los técnicos utilizan a estos jugadores jóvenes por obligación y no por convicción. De hecho los datos establecen que, de los jugadores sub 21 que sumaron minutos en el campeonato pasado, el 80% no tuvo continuidad luego de sobrepasar la edad y han tenido que seguir esperando una oportunidad en el banco de suplentes o emigrar a equipos de la primera B o la segunda división profesional.

Pese a todo, no creo sano eliminar esta norma que rige el campeonato chileno. Sobre todo ante el preocupante y voraz avance de los representantes de futbolistas en la propiedad de clubes, cuyo objetivo de venta y compra de pases de futbolistas es un serio peligro para el desarrollo de proyectos deportivos de largo plazo. Esta cuota de proteccionismo en la industria del fútbol chileno es probablemente una de las pocas herramientas que permiten que las instituciones se vean en la obligación de darle alguna importancia al fútbol formativo. Por ahora hay que alegrarse que Europa vuelva a mirarnos. 

Fernando A. Tapia participa en Pauta de Juego, de Radio PAUTA, de lunes a viernes a partir de las 12:30 horas. Escúchelo por la 100.5 en Santiago, 99.1 en Antofagasta, y por la 96.7 en Valparaíso, Viña del Mar y Temuco, y véalo por el streaming en PAUTA.cl.