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Sebastián Piñera, el superministro

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Agencia Uno
POR Maria Catalina |

El despliegue público del Mandatario en materias de las diferentes carteras genera opiniones dividas. En el oficialismo lo califican de estrategia efectiva. En la oposición, en cambio, lo critican de opacar a sus ministros y no lograr delegar tareas.

A las 11:06 de la mañana del pasado 8 de febrero, el Presidente Sebastián Piñera anunció a través de su cuenta en Twitter que había decidido -por segunda vez en el mismo periodo- interrumpir sus vacaciones y atender personalmente las emergencias que enfrentaba el país. Esta vez, debido a la crisis que se registraban en la zona norte del país producto del invierno altiplánico.

Formalmente, las vacaciones del Mandatario se iniciaron la tarde del viernes 25 de enero, cuando viajó a encontrarse con su familia en Lago Caburgua. Pero como ha sido su estilo, se mantuvo conectado y activo en redes sociales.

Sólo tres días pasaron (26, 27 y 28 de enero) sin que el Jefe de Estado se pronunciara respecto de los temas que se tomaban por esos días la agenda: la designación de Guarequena Gutiérrez como representante de la Asamblea Nacional de Venezuela en Chile o sobre la detención de un equipo periodístico de TVN en Caracas.

Luego vendrían sus declaraciones a propósito del fallo del juez Alejandro Madrid en el caso del homicidio del expresidente Eduardo Frei Montalva, sobre una nueva baja en las bencinas y sobre la cantidad de bolsas plásticas que se han ahorrado desde que entró en vigencia la ley que prohíbe su distribución en el comercio.

Tras esto, el 4 de febrero, comunicaba que tomaría un receso de su descanso, para presidir el Comité de Operaciones de Emergencia que se realizaba en Temuco producto de los incendios forestales activos en la zona.

Si bien estas son situaciones que se dieron en un espacio de dos semanas y media, sirven para graficar el rol que ha jugado el Mandatario en los primeros 11 meses de su segunda administración.

Algo positivo, consideran algunos, porque lo posiciona como un Presidente “en terreno”, donde la gente lo necesita y encabezando la toma de decisiones. Negativo, piensan otros, porque muestra que quiere acaparar espacios y no logra delegar funciones. Todos coinciden en que se trata de una línea absorbente y, en la práctica, omnipresente.

Liderar las gestiones de las emergencias de este verano es solo un ejemplo de los asuntos que Piñera ha decidido encabezar. En este mismo período estival también ha estado dirigiendo agenda en temas del Ministerio de Educación, Relaciones Exteriores, Transportes y Telecomunicaciones, Justicia, Defensa, Medio Ambiente, Interior y hasta Deportes.

Sebastián Piñera, entre alguna de sus actividades, estuvo presente cuando se presentó Aula Segura y Admisión Justa. Ha comandado las definiciones en la Cancillería respecto de la postura ante la crisis en Venezuela. Inauguró, como es tradición presidencial, la nueva Línea del Metro. Presentó el Instructivo de Transformación Digital. Difundió el plan de modernización de la carrera militar. Encabezó la demolición de muros en La Legua. Fue el encargado de mostrar al Grupo Fuerza Especial de Tarea de Carabineros para la Araucanía, más conocido como “Comando Jungla”. 

Ha optado, además, por varias entrevistas en matinales.

Y su más reciente incursión: anunciar que Chile, en conjunto con Argentina, Uruguay y Paraguay, buscará organizar el Mundial de Fútbol 2030, materia por naturaleza del Ministerio del Deporte. 

Esto es lo que da pie a aquellas voces críticas que lo acusan de opacar a su gabinete o de poseer una “energía autorreferente inagotable”, como aseguró en su columna para La Tercera el exdirector de la Secretaría de Comunicaciones, Carlos Correa.

“Es su personalidad”

Para la diputada de Renovación Nacional Ximena Ossandón, el Mandatario está lejos de querer eclipsar a sus ministros. “Él es un Presidente de primera línea, que es sumamente inteligente, que domina un montón de materias. Es su forma de ser, su estilo de vida. Yo personalmente prefiero que esté al frente y tratando de solucionar los problemas”, dice la parlamentaria a PAUTA.

Los actuales secretarios de Estado, considera Ossandón, al asumir el desafío conocían cómo era el Mandatario y tenían claro cuál era su objetivo, “que tanto dista de querer obtener una ganancia política. Un ministro está buscando el resultado final, no un posible retorno político. Hoy el trabajo en conjunto es lo que realmente vale”.

Estoy orgulloso de ser chileno, por la solidaridad, el coraje y el temple de nuestra gente. Hoy estuvimos en Huara, Región de Tarapacá, donde compartimos con 30 personas que llevan una semana aislados y les llevamos agua potable, víveres, frazadas, alimentos y también sorpresas a los niños. Lo que es emergencia, ya está siendo enfrentado y prácticamente resuelto, pero aún queda mucho por hacer para llegar a las condiciones que existían antes en infraestructura, salud y obras de agricultura, y mejorarlas. A los damnificados de las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá y Antofagasta, les digo que no los dejaremos solos. Destinaremos más de $60 mil millones para su reconstrucción para que puedan levantarse con fuerza. También, y tal como nos comprometimos, estuvimos en la Región de Coquimbo donde presentamos el Plan de Recuperación y Reconstrucción por el terremoto de enero. Contempla más de $12 mil millones y entrega soluciones habitacionales, infraestructura y la recuperación de servicios educacionales y de salud para seguir el camino del desarrollo. Crédito de la primera foto: Agencia Uno

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Desde el mismo partido, el diputado Alejandro Santana expresa una postura similar: “Todos conocemos cómo es el Presidente Sebastián Piñera. Es un hombre extremadamente diligente que no administra desde La Moneda. Le gusta participar y tomar decisiones (…) Hay un trabajo en equipo con los ministros”. Santana es de los que cree que, dada la posición de minoría que tiene el oficialismo en el Congreso, “se requiere que él entregue un mensaje”, ya que no es indiferente tener una oposición “que se niegue a legislar”.

El nuevo secretario general de la UDI y alcalde de Los Álamos, Jorge Fuentes, se suma a esta postura. Ve el despliegue del Jefe de Estado como “destacable”, dando cuenta de que “es un gran líder”.

“Lo que los chilenos quieren es tener un Presidente que no solo se preocupe de los temas, sino que también se ocupe. Es parte del trabajo en equipo, que no tiene nada que ver con deslegitimar el trabajo que hace su gabinete; de hecho, lo potencia”, sostiene.

“Le pasará la cuenta”

Gabriel Silber, diputado democratacristiano, adelanta que esta suerte de sobreexposición le pasará la cuenta a Piñera, y que también, en casos como los incendios de este verano, responde “al relajo” que percibió en sus secretarios de Estado. “Comunicacionalmente termina opacando la figura de sus ministros y además es una estrategia bastante riesgosa. Ante cualquier costos o error, no va a existir ningún cortafuegos. Siempre la sobreexposición a corto plazo genera un rédito, pero en el mediano genera un peligro evidente desde la opinión pública”, menciona en conversación con PAUTA.

Afirma que el Presidente tendrá que saber delegar y empoderar a los integrantes de su gabinete. “El riesgo es también que sus ministros no tomen decisiones con cierta instantaneidad por el temor de verse justamente desautorizados por él […] A la larga será sinónimo de errores no forzados y autogoles”.

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Su par del Partido Socialista Manuel Monsalve considera que más que obnubilar a su gabinete, el Mandatario lo que hace es reemplazarlos, “cuando los temas lo favorecen desde el punto de vista de la imagen”. Subraya: “Es algo que lo caracteriza”.

El legislador identifica en el Jefe de Estado “ansiedad” por lograr aprobación ciudadana, en desmedro de los ministros que “trabajan para lograr posicionarse frente a los temas de su cartera. El trabajo que realizan termina siendo reemplazado por la actividad comunicacional del Presidente”.

Esto, agrega, no es bueno ni para el gabinete ni para el Gobierno. Explica que justamente nombrar ministros tiene que ver con ser más eficiente y no centralizar todas las decisiones. “Ninguna persona puede estar a cargo de todo”, sentencia.

De acuerdo con Pablo Velozo, presidente del Tribunal Supremo del PS y panelista de Primera Pauta, el estilo superministerial de Piñera es “bastante peligroso”. A su juicio, el Presidente no considera “competentes” a los ministros. “No confía en ellos”, comenta. “Denigra y hace invisible a los ministros a cargo”, enfatiza Velozo. Añade que ese desplazamiento y la “ineficiencia y errores” de esta administración solo terminarán “menoscabando” la figura del Mandatario.

La desconfianza que cree que hay en el Jefe de Estado, dice, también cruza la labor de quien es su hombre de mayor confianza, el titular de Interior, Andrés Chadwick. “Piñera no delega en nadie, tampoco en su primo. Incluso antes de lo ocurrido con Camilo Catrillanca, a Chadwick se le veía apagado y con poco margen de maniobra. Debe ser tarea imposible ser un buen ministro para Piñera, aunque él le es leal en el sentido de que los sostiene”, cuestiona el exsecretario general de la tienda.

“Nunca lo dejó ser un interlocutor con la oposición y siempre se adelanta en tareas que son de Interior”, puntualiza.

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El Presidente Piñera regresará oficialmente a sus funciones el jueves 21 de febrero.