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La vida después de los 60 años: cómo se resignificó la tercera edad

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Fernanda Monasterio/PAUTA
POR Matias Bobadilla |

Más de dos millones de chilenos forman este grupo etario, que se duplicará a 2035. Geriatras, antropólogos y neurosicólogos definen y analizan sus nuevas características y hábitos.

A partir de los 60 años se pasa a formar parte de la tercera edad. Y al contrario de lo que ocurría en décadas pasadas, las personas que integran este grupo tienen crecientes niveles de autonomía y expectativas de vida. Por esta razón, nuestro Contestadog, de Watchdog PAUTA, se contactó con los especialistas para responder a la siguiente pregunta que llegó al buzón: ¿Qué es hoy día la tercera edad?

¿Qué caracteriza a la nueva tercera edad?

Según la Ley Nº 19.828 que creó el Servicio Nacional del Adulto Mayor (Senama), un adulto mayor  o de tercera edad se define como toda persona que ha cumplido los 60 años. De acuerdo con los datos del Censo 2017, este grupo está formado en Chile por más de dos millones de personas, cifra que podría seguir aumentando debido a que las proyecciones realizadas por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) prevén que para 2035 se llegue a un total de 3,9 millones adultos mayores en el país.

Esto responde a varios factores, pero uno de los principales es el aumento en la esperanza de vida, que hoy asciende a 81,8 años en las mujeres y 76,7 años en los hombres. Esta mayor proyección de la vida ha llevado a que ya no solo se hable de la tercera edad sino también de la cuarta edad, cuando las personas sobrepasan el rango de los 80 u 85 años.

“La noción de cuarta edad remite a adultos mayores que necesitan, en forma permanente, de prestaciones socio-sanitarias […] y a medida que aumenta la longevidad de las poblaciones se diferencia también una quinta edad, la cual refiere a personas centenarias“, sostiene Marcelo Arnold, antropólogo y docente en el diplomado de Envejecimiento y Vejez, Nuevos Desafíos para el siglo XXI de la Universidad de Chile.

Sobre este último punto, el director del Senama, Octavio Vergara, cuenta que hoy existen un poco más de 4.500 personas de más de 100 años en Chile y se espera que este número suba a cerca de 30 mil personas hacia el año 2042.

Por otra parte, Gerardo Fasce, jefe de la Unidad del Adulto Mayor de la Clínica Las Condes, explica que este aumento en la expectativa de vida se debe a numerosos factores, tales como un buen sistema de alcantarillado y agua potable, los programas nacionales de inmunización, la educación escolar obligatoria y los programas de nutrición. “Todo esto redunda hoy día en una posibilidad de poder contener muchas de las enfermedades que determinaban una mortalidad muy precoz”, agrega.

Pese a que el criterio por edad permite clasificar a los grupos que comparten ciertas características, en el caso de la vejez eso está siendo insuficiente. “Muchos autores han empezado a hablar de vejeces, como para resaltar que no hay una sola forma de envejecer”, plantea Macarena Rojas, directora del programa Adulto Mayor de la Universidad Católica. Dentro de las características que determinan esta etapa, complementa, se encuentran la propia historia, las oportunidades, el país en el que se envejece, la seguridad social, la salud y la genética.

“Son personas que están defendiendo que tienen algo que decir todavía, porque como sociedad tendemos a dejarlos fuera. Están más empoderados y más disponibles a seguir entregando sus conocimientos”, dice Claudia Dechent, neurosicóloga de la Sociedad de Geriatras y Gerontología de Chile.

“Son un grupo de personas muy diversas que suelen mantenerse activos, autónomos, con sueños y cumpliendo roles en la sociedad”, agrega Macarena Honorato, geriatra de la Clínica Alemana.

Son estas las características que, según los expertos, deben ir contribuyendo a definir a quiénes se encuentran en esta etapa de la vida, junto con reflexionar sobre cómo estas personas pueden mantenerse vigentes en la sociedad, más allá de sus años. “La invitación es justamente a no clasificar por edad, aun cuando esta obviamente sigue siendo un marcador importante en nuestro país para las pensiones, el mundo laboral o el sistema de salud”, afirma Sara Caro, académica de la escuela de Trabajo Social UC.

La edad cronológica y la edad fisiológica

Cada persona es distinta al momento de transitar a la tercera edad y todo esto depende de las condiciones de vida que tuvo durante su adultez. Según el antropólogo Marcelo Arnold, las habilidades o deterioros de los adultos mayores no se relacionan con la edad cronológica; esto es, los años de vida que tiene una persona, sino que con la edad biológica, la que corresponde a la forma en que envejecemos y a la funcionalidad de nuestro organismo. “La edad cronológica muchas veces no se correlaciona con la edad biológica de las personas mayores. Es por esto que hay que tomar la edad cronológica como lo que es, un número, y tratar de mantener la edad biológica lo más ‘joven’ posible”, añade Honorato.

La autonomía alcanzada al llegar a la vejez se ve condicionada por diferentes factores, como la salud física, el sexo, la genética, la condición sicológica, las diferencias culturales, el nivel socioeconómico, el nivel educacional, la localización residencial, la situación familiar y las actividades que han desempeñado. Por este motivo, es necesario evaluar estos elementos a la hora de ver el estado de salud de las personas, pues al llegar a esta edad saben que aún les quedan años por vivir y la jubilación les otorga más tiempo para autodeterminarse.

Sin embargo, Dechent advierte que es importante tener definido un proyecto de vida luego de jubilarse, porque de lo contrario se puede producir una depresión. Esto genera mayor preocupación en el caso de los hombres, ya que “me da la impresión de que la mujer tiene más capacidad de incorporarse en actividades diversas y nuevas. Los hombres tienden a centrarse más en una cosa que es más limitada y enfocada en su trabajo”.

Envejecer de forma saludable

A pesar de que la “nueva” tercera edad incluye a personas mayores más activas y entusiastas, Jorge Browne, geriatra de la Red de Salud UC CHRISTUS, opina que este aumento de energías y expectativas de vida no significa que las personas deban dejar de cuidarse. “Lo interesante es que los años de vida ‘ganados’ no necesariamente son años sanos. Hay muchos años de vida que vivimos con enfermedades crónicas”, afirma. 

Según Dechent, hay algunos conceptos clave para vivir una salud emocional positiva al envejecer. El primero es tener la capacidad de adaptarse a los cambios propios de la vida y, en segundo lugar, mantenerse con proyectos de vida y con motivaciones. Por lo tanto, lo importante es mantener una actividad y estar dispuestos a aprender y aceptar nuevos desafíos.

En ese sentido, Claudia Rodríguez, coordinadora general del Centro Integral de Envejecimiento Feliz de la Universidad de los Andes (CIEF), enfatiza que los cuidados en esta etapa son importantes, sobre todo considerando que “comparada con la de antaño, hoy día es una tercera edad muy joven que tiene mucho que aportar”. Agrega que algunas recomendaciones de estrategias de prevención de salud de manera temprana son caminar por lo menos 30 minutos al día tres veces a la semana, tener una alimentación saludable, aumentar la frecuencia de las consultas médicas y tener una conexión digital. 

WatchDog PAUTA es un proyecto de fact-checking conjunto entre la Facultad de Comunicación de la Universidad de los Andes y PAUTA. Busca tomar temas en la agenda y rastrear su veracidad desde una perspectiva positiva, no inquisitoria.

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