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En diciembre sale Merkel, entra Scholz

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POR Lucía Alegrete |

El llamado gobierno semáforo liderado por el socialdemócrata Olaf Scholz sucederá a la canciller alemana tras 16 años en el cargo.

El socialdemócrata Olaf Scholz liderará el nuevo Ejecutivo alemán, tras lograr un acuerdo con otros dos partidos en la llamada coalición semáforo. Así, el nuevo gobierno estará conformado por los socialdemócratas, vencedores de las pasadas elecciones con un 25,7% de los votos, quienes se aliaron con los verdes (14,7% de los votos) y los liberales (11,5%).

El nombre de la coalición viene dado por los colores de los partidos que lo forman: el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) de rojo, el Partido Democrático Libre (FDP) amarillo y los verdes con ese color distintivo. Otras posibles asociaciones que finalmente no culminaron también estaban relacionadas con los colores de los partidos como la coalición Jamaica, Kenia o Alemania.

El pacto aún debe ser aprobado por las bases de los partidos, pero se espera que el nuevo gobierno se pueda conformar finalmente en diciembre cuando supere la votación en el Parlamento prevista para entre los días 6 y 9 de ese mes. Esta situación mantiene en vilo a todo el continente, ya que Alemania es la gran potencia del bloque comunitario por lo que su futuro tras el fin de Angela Merkel afecta a todos.

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Nuevos objetivos del próximo gobierno

El nuevo acuerdo de gobierno liderado por Scholz ha fijado uno de sus objetivos centrales en la lucha contra el cambio climático esperando que lo replique el resto de países europeos. De hecho, los partidos que conformarán el futuro gobierno alemán ya han pactado abandonar el carbón como fuente de energía para 2030, ocho años antes de lo que estaba previsto.

Se espera que un 2% del territorio se dedique a la generación de energía eólica y basada en hidrógeno. Además, se busca que para el 2030 el 80% de la electricidad se obtenga de fuentes de energía renovables y que existan 15 millones de autos eléctricos. A esto se suma la neutralidad de emisiones contaminantes para 2045 y la incorporación de paneles de energía solar en los edificios.

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Entre otros de los objetivos principales del nuevo gobierno estará poner a Europa como prioridad en la política exterior, aumentando la soberanía estratégica europea. Esto significa lograr una mayor autonomía en materias como seguridad, energía y otros asuntos de la agenda internacional. También se busca afianzar los lazos con otros aliados relevantes como Estados Unidos y otros miembros de la OTAN.

Otras medidas que planea implementar el ejecutivo son el aumento del salario mínimo y la vivienda pública, bajar la edad de votación a los 16 años, mayores facilidades para que los inmigranes obtengan la ciudadanía, la creación de un equipo de trabajo para hacer frente al covid, la vuelta al límite de endeudamiento del país que cesó por la pandemia, legalización de la marihuana y mayores facilidades para los médicos que realizan abortos.

El legado de Merkel

Este nuevo acuerdo de gobierno supone el fin de la era de Angela Merkel tras 16 años de mandato. Con ella se va el que ha sido motor de la Unión Europea durante la última década, tiempo donde tuvo que enfrentar situaciones como la recesión económica del año 2008, la crisis  migratoria con la llegada de miles de refugiados que huían e la guerra en Siria y la gestión de la pandemia de coronavirus.

Además de esto, la producción alemana ha crecido considerablemente, manteniéndose como la cuarta economía mundial. Concretamente, desde el inicio de su mandato en el año 2005 a la actualidad el PIB del país ha aumentado un 15% y solo se contrajo en dos ocasiones muy específicas: con la crisis del euro y como consecuencia de las restricciones para enfrentar el covid.

El país tiene el desempleo más bajo de los últimos 40 años gracias a sus políticas para favorecer a las pequeñas y medianas empresas, así como la capacitación del personal en industrias que demandan cada vez personal más especializado. Con todo, todavía pueden sentirse las diferencias con la que fue la Alemania Oriental en materias como la digitalización, donde el este queda atrás del oeste.

A pesar de algunas decisiones cuestionadas durante su larga gestión, la canciller alemana contaba a finales del año 2020 con una aprobación del 66%, 18 puntos más que su sucesor Scholz. Tan contundente fue su mandato que en el peor momento de popularidad tuvo un piso de 47 puntos. Por todo esto, con la conformación del nuevo gobierno abre un nuevo periodo político para Alemania y toda Europa.

Revisa el comentario internacional de John Müller en Primera Pauta, de Radio PAUTA:

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