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Gabriel León y el poder de contar historias “de contrabando” para acercar la ciencia a todos

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POR Sofía Cereceda Sotta |

El divulgador científico acaba de lanzar “La Ciencia Pop 3”, la tercera entrega de una exitosa saga que ha acercado la ciencia al público general desde un enfoque narrativo, accesible y entretenido.

El doctor en biología molecular y divulgador científico Gabriel León conversó en Pauta Global sobre su libro La Ciencia Pop 3, la tercera entrega de una exitosa saga que ha acercado la ciencia al público general desde un enfoque narrativo, accesible y entretenido.

En la entrevista, León abordó el concepto de “ciencia de contrabando”, una idea que —según relató— tomó prestada de un divulgador argentino. “Él hablaba justamente del poder que tienen las muy buenas historias para hablar de algo que es entretenido, pero que a la larga tiene que ver con ciencia, sin que se presente directamente como una clase de ciencia, o con la intención de enseñar ciencia”.

Agregó que “eso tiene que ver con la idea de que siendo una actividad humana, la ciencia tiene un montón de historias fascinantes con respecto a estos hombres y mujeres, -los científicos y científicas, a los que les pasan cosas-. Esta idea de que la ciencia es una línea temporal, donde en el pasado un señor barbón tuvo una idea brillante y resolvió algo, es falsa”.

Según explicó, “la mayor parte del tiempo tenemos un montón de hechos que convergen, muchas veces por accidente, por casualidad, por talento, por perseverancia, por supuesto también, pero hay muchos elementos narrativos que son despojados de esa historia para beneficiar a datos como el qué, el cuándo, pero queda afuera el cómo”.

Ese “cómo”, explicó, es clave: “esconde historias que son tremendamente entretenidas y se transforman en vehículos narrativos para hablar de ciencia, sin que se note. Por eso hablamos de ciencia de contrabando”.

En ese contexto, reveló una de sus estrategias narrativas favoritas: partir historias con la frase “¿se han fijado qué…?”, una técnica que, dice, también utilizan los humoristas para generar identificación y enganchar con el público. “Es una manera de invitar al lector a reconocerse en lo narrado”, aseveró.

Uno de los ejemplos que más impacta en su nuevo libro es la historia real de Mike, el pollo sin cabeza que vivió un año y medio. “Este señor, después de haber decapitado a tantos pollos, le falló el pulso… Le quitó parte importante del cerebro y un oído, pero le dejó un oído y parte de una estructura cerebral que se llama tronco encefálico”, contó León. El ave sobrevivió gracias a un coágulo y se convirtió en una atracción ambulante en EE.UU. “Murió como un rockstar, ahogado en un motel en Las Vegas”.

Más allá de lo insólito, León rescata el valor educativo y reflexivo de estas anécdotas: “La historia no se acaba cuando termina. La historia se acaba cuando yo dejo de pensar en ella”.

Revisa la entrevista completa: