Trump quería que otros en la ONU pagaran más. Nadie le hizo caso
El presidente de EE.UU. intentó presionar a países como Brasil, India y Turquía para que aportaran más al presupuesto de las misiones de paz de la ONU, pero no tuvo resultados. El déficit de los cascos azules es de US$ 220 millones.
La promesa del presidente Donald Trump de ahorrar dinero a los contribuyentes estadounidenses al hacer que otros países aporten más a las organizaciones internacionales fue puesta a prueba en las Naciones Unidas. No salió bien.
Diplomáticos estadounidenses en Nueva York presionaron a países como India, Brasil y Turquía para que aumentasen su apoyo económico al presupuesto para el mantenimiento de la paz de la ONU, de US$ 6.700 millones al año, pero se quedaron cortos durante las negociaciones de este mes. Esto supone un déficit de US$ 220 millones anuales para los “cascos azules”, que hacen un seguimiento de zonas en conflicto, desde Sudán del Sur hasta el Líbano, ya que Estados Unidos se niega a pagar más de una cuarta parte del presupuesto total.
“Lamentablemente, en un cambio profundamente insatisfactorio y decepcionante, todos los países decidieron que la reforma era buena y correcta para la ONU, pero no en cuanto a la forma en que se financia”, dijo el sábado la embajadora Cherith Norman Chalet, representante de Estados Unidos para la reforma de la ONU.
El bloqueo pone de relieve las dificultades a las que se enfrenta la Administración de Trump en su intento por hacer que otros países inviertan más dinero en organizaciones internacionales, desde la ONU hasta la Organización del Tratado del Atlántico Norte, donde Estados Unidos ha sido tradicionalmente el mayor contribuyente. El presidente escribió en Twitter el lunes que otros países “se aprovechan de su amistad con Estados Unidos”.
Estados Unidos sigue siendo el principal contribuyente a los presupuestos de la ONU, y paga más de US$ 10.000 millones al año, cuando se contabilizan todos los gastos. Anteriormente, pagaba alrededor del 28% del presupuesto para el mantenimiento de la paz, pero el Congreso ha limitado esos pagos al 25%. El Gobierno de Obama, subrayando la necesidad de cooperación multilateral, renunció al límite, pero la Administración de Trump lo ha vuelto a introducir y dice que muchos de los esfuerzos de mantenimiento de la paz son inútiles e ineficaces.
Ante la marcha de la embajadora de Estados Unidos, Nikki Haley, en el año entrante, se espera que la persona designada por Trump para reemplazarla, la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, refuerce las críticas de la Administración hacia la ONU y lo que considera su sesgo antiisraelí y sus ineficiencias.
El secretario de Estado, Mike Pompeo, señaló un endurecimiento de esta postura en un discurso este mes, diciendo que la ONU fue fundada como “una organización que acogía a las naciones amantes de la paz”, pero que no estaba claro si continúa sirviendo esa misión de manera adecuada.