La vida después de la prohibición de las bolsas plásticas
La prohibición de las bolsas plásticas afectó a la industria. Algunos fabricantes quebraron. Algunos se reconvierten y miran otros negocios y mercados.
El domingo 3 de febrero de 2019 entró en vigencia la ley que prohíbe la distribución gratuita de bolsas plásticas en los comercios de todo Chile. Supermercados, farmacias, incluso almacenes de barrio dejaron de regalarlas para que los usuarios se llevaran sus compras. Ahora cada cliente debe preocuparse de llevar sus bolsas reutilizables para transportar los productos.
Gran parte de la opinión pública celebró la iniciativa. También lo hicieron, por supuesto, los grupos ambientalistas. Sin embargo, hay un grupo que no está tan contento. Se trata de los fabricantes de estas bolsas, especialmente las de tipo “camiseta” que se entregaban mayoritariamente en el comercio.
Con la ley operando hace casi un mes, ¿cómo los ha afectado esta situación? ¿Qué planean hacer para sobrevivir ante un cambio tan dramático en el mercado?
En PAUTA Bloomberg el socio gerente de Plásticos Mendoza, Claudio Morales, explica el impacto que este cambio normativo ha tenido en la industria y traza las líneas de acción que seguirán para hacer frente a una situación que, reconoce, los tiene complicados.
Morales afirma que la mayoría de la gente reutilizaba las bolsas de los supermercados para disponer de la basura, y que con esta nueva normativa debe comprarlas, aunque aclara que el negocio de las bolsas de basura es diferente a las ahora prohibidas bolsas de supermercados. “La principal diferencia es que la bolsa convencional es una bolsa que se hace con materia prima virgen. La bolsa para la basura, hoy día hay empresas que importan basura para hacer ese tipo de bolsas”, afirma. “Yo no sé si eso es mejor que lo que teníamos”, cuestiona, y explica que se trata del scrap, desechos de polietileno que se procesan para convertirlo en bolsas. En otras palabras, residuos plásticos que son la materia prima de muchas de las bolsas de basura que hoy hay en el mercado.
Las bolsas plásticas de los supermercados que ellos fabricaban, diferencia Morales, se hacían a partir de materia prima nueva. “El polietileno, que es con lo que se hacen las bolsas, es un material reciclable. El polietileno viene del etileno, que es un desecho del petróleo. Si yo dejo de hacer bolsas de polietileno, ¿qué voy a hacer con el etileno?”, plantea. “El tema va mucho más allá. Yo creo que la medida es mucho más efectista que efectiva”, complementa.
La crisis
“Nosotros, muy complicados, seguimos trabajando”, plantea Morales, quien cuenta que las ventas mensuales bajaron de $1.200 millones a cerca de $500 millones. “Con ese nivel de ventas tú no puedes seguir manteniendo la planilla de gente que tenías. Y no es que nosotros seamos demonios empresarios que queremos despedir a la gente, simplemente tuvimos que sacar a parte importante de la gente”, señala.
Morales destaca que una de las mayores dificultades fue el acceso a financiamiento. “La banca, al momento en que empezó a escuchar estos ruidos, cerró las líneas”, indica. Agrega que a los bancos los siguieron las aseguradoras de crédito. “Hay muchos [fabricantes de bolsas plásticas] que ya cerraron sus puertas”, lamenta.
¿Plástico o papel?
“La tendencia mundial es la economía circular y el ciclo de vida. Cuando uno analiza reemplazar las bolsas plásticas por bolsas de papel, veamos la huella de carbono del papel y veamos la huella de carbono del plástico”, propone Morales. El empresario del plástico plantea que Chile ha comprometido bajar la huella de carbono, y que un cambio de bolsas plásticas a bolsas de papel aumentaría dicha huella. “No me cuadra lo que estamos haciendo”, afirma.
Morales se reconoce como parte interesada en el conflicto, como afectado directo, y asume que su defensa puede ser corporativa. “Pero pongámonos en la mesa. Nosotros sabemos bastante de este tema, porque estamos metidos en esto. Busquemos soluciones”, dice.
“Las bolsas compostables, que son bolsas realmente biodegradables en ambientes de compostaje, también están prohibidas en Chile”, plantea el socio de Plásticos Mendoza. “En Chile no existen plantas de compostaje y el Gobierno no está dispuesto a invertir en plantas de compostaje. Nosotros queremos parecernos a los [norte]americanos, a los europeos, y resulta que en Chile el 90% de la basura va a vertederos o a rellenos sanitarios”, dice, y agrega que en Europa ese porcentaje alcanza como máximo 30%.
La reconversión
“Nosotros teníamos un plan de reconversión, ya sabíamos que venía esto, desde el año 2013”, cuenta Morales. “Nosotros hicimos inversiones por más de 5 millones de euros […] Nosotros nos íbamos a dedicar, y hoy día ya estamos en eso, a film para alimentos, film para la industria papelera, otro tipo de films que en el fondo no se estaban cuestionando”, detalla. “En eso estamos hoy día, tenemos una línea de producción y estamos orientados a eso, pero el tiempo que demoró esta ley son seis meses […] Y en seis meses nadie se reconvierte”, plantea.
Morales enumera los negocios en los que se han debido enfocar desde la prohibición de las bolsas: films para alimentos, para la agricultura, la minería. También están exportando bolsas, las mismas que en Chile se prohibieron. “Las exportamos a Perú, básicamente”, cuenta. “Ellos fueron mucho más cautos que nosotros. […] En mayo de este año ellos debieran empezar a cobrar las bolsas en los supermercados. Y aparte de cobrar la bolsa, tienen que cobrar un impuesto, que son 10 céntimos de sol por bolsa. Son como 20 pesos chilenos. Y aparte de eso, en un año más ellos van a cobrar 20 céntimos de sol”, explica.
Morales opina que la ley peruana es más cauta, y que no destruye la industria como, a su juicio, lo hizo la chilena. En el mercado peruano de las bolsas plásticas, y en los films para diferentes industrias a nivel local, está el futuro de parte de la industria del plástico de Chile. Al menos por ahora.