Cómo la incertidumbre entra a la esencia humana
En el marco del inicio del Ciclo de Otoño, Patricia May, antropóloga, y Carlos Frontaura, abogado, conversan con Cristián Warnken sobre la vulnerabilidad de las personas ante la ola de la pandemia.
Cuando el ser humano vuelve a pensar en su finitud y en la vulnerabilidad global, la llegada del otoño trae nuevas posibilidades de contemplar y de meditar en quiénes somos realmente.
La antropóloga investigadora de la conciencia humana Patricia May y el abogado docente de filosofía del derecho Carlos Frontaura conversaron con Cristián Warnken en PAUTA para reflexionar respecto de la permanente necesidad de lo tecnológico de controlar a lo natural.
El regreso a lo emocional y al autoconocimiento
“La primera impresión que me nace [de la pandemia] es que nos coloca frente a lo que somos”, afirma Frontaura, “porque el ansia hacia lo infinito no se sacia con la materialidad”. En ese sentido, una de las preocupaciones ha sido el aprendizaje de escolares mediante la pantalla. Pero el abogado rescata un aspecto positivo: “Mi hijo de 12 años le está enseñando a mi hija de seis años a leer”, ilustra.
Para May, la incertidumbre entrega herramientas valiosas para el desarrollo humano. Entre ellas, dar cuenta de la arrogancia. “Esta búsqueda de plenitud siempre asociada con que ocurra esto o que ocurra lo otro […] Es como un falso camino. ¿Qué nos hace esto? Nos lleva a lo cotidiano, a la labor doméstica y a la comida. Y todo eso creo que sicológica y espiritualmente abre una puerta”, afirma.
Dando un paso hacia atrás se dejan de lado las definiciones de roles y se acercan las emociones. “Creo que en ese no tener respuesta está esa puerta al misterio. A la totalidad […] para ir a la inmortalidad”, agrega.
Frente a la posibilidad de salir del dilema global, Cristián Warnken recuerda una frase de Martín Heidegger, un agnóstico. Al preguntarle al filósofo alemán qué podría sacar a la humanidad de su vacío, señaló: “Solo un Dios puede salvarnos”. Para Frontaura, cristiano, Heidegger se refería a la divinidad personal de cada uno.
Revise la conversación entre Patricia May, Claudio Frontaura y Cristián Warnken