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Columna de Gonzalo Cordero: populismo y desacuerdos

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Agencia Uno
POR Equipo Radio Pauta |

“Tener una opción distinta en lo fundamental y sostenerla con convicción no es bloquear; es otra cosa, se llama democracia”, dice Gonzalo Cordero, sobre la discusión de pacto fiscal.

El gobierno presiona para alcanzar un acuerdo en sus dos reformas emblemáticas: tributaria y previsional. A la primera, la llama “pacto fiscal”; si no se me ha olvidado el derecho civil que mis profesores intentaron enseñarme, para que haya un pacto se requiere el acuerdo de voluntades de dos partes, al menos.

Personas cuya opinión respeto, como Ignacio Briones, sostienen que el bloqueo que pesa sobre nuestro sistema político incentiva el populismo. Es verdad, pero es interesante precisar si todo desacuerdo es bloqueo y específicamente si rechazar un acuerdo en estas reformas concretas lo sería. Me parece que es exactamente lo contrario.

El populismo es un fenómeno complejo en sus causas, la insatisfacción de la gente es una de las principales. Por ello, el estancamiento económico es una razón obvia y la incertidumbre tributaria produce ese estancamiento. El problema es que, según nos enseña la experiencia, no existe reforma tributaria que sea suficiente para quienes hoy nos gobiernan; cada reforma hecha en el pasado ha sido el peldaño a partir del cual se empieza a proponer la siguiente.

Entonces, no existe ninguna razón, que no sea el voluntarismo, para pensar que el propuesto “pacto” disminuiría la incertidumbre tributaria. Al contrario, sólo se lograría aumentar la carga impositiva y empezaríamos a caminar hacia la próxima, esa en la que sí se va a establecer el impuesto al patrimonio y cuyo rechazo se calificará rápidamente como “bloqueo” o algo equivalente.

Si llegáramos a un acuerdo tributario con el gobierno ayudaríamos a que la economía siga estancada y lo único que crecería es el riesgo del populismo. Entonces, rechazar esta propuesta es lo que contribuye a evitar un populista. Lógica elemental.

Pero hay otra razón por la que rechazar estas reformas ayuda a evitar el populismo. La democracia necesita entregar alternativas claras, proyectos contrastantes, que le ofrezcan a la gente opciones dentro del sistema. El “que se vayan todos” surge, en buena medida, cuando esas opciones no existen, cuando la gente percibe que son todos lo mismo. Bueno, si todos quisieran subir impuestos, quitarle a la gente parte de sus cotizaciones y terminar con las AFP, entonces efectivamente seríamos todos lo mismo.

Bloquear es no dejar gobernar, es acusar constitucionalmente al ministro de educación por intentar que los colegios vuelvan a clases. Tener una opción distinta en lo fundamental y sostenerla con convicción no es bloquear; es otra cosa, se llama democracia.