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Columna de John Müller: “La fortaleza de la Constitución de 1980”

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POR Equipo Radio Pauta |

Si algo han aprendido los chilenos en estos cuatro años es que las constituciones no hacen magia.

Chile se va a meter de cabeza en el debate del “A Favor” y el “En Contra” en las próximas semanas, otra vez. La apuesta de la izquierda y el Frente Amplio por el rechazo al texto del Consejo Constitucional era prácticamente segura. Que esta postura se haya atraído al expresidente Lagos y a la DC ya es un éxito para este sector. Hay mucho tacticismo aquí porque los partidarios del “En Contra” saben que tragarse el sapo de apostar por la denostada Constitución de Pinochet supone quedarse con un texto tan fácil de reformar como cualquier ley. ‘Rechazar para reformar’ podría ser su eslogan esta vez.

En la derecha también ocurren cosas significativas. José Antonio Kast ha decidido mostrar liderazgo, acudir al argumento de la incertidumbre (que siempre ha estado) y confrontar al sector más ultra que se ha desprendido en su flanco derecho llamando a rechazar. Kast era el único que realmente podía hacerles frente y su gesto está muy lejos del populismo con el que se caracteriza a la nueva derecha. De hecho, su toma de posición es una muestra de liderazgo y responsabilidad, equivalente a lo que hizo Lagos con el proyecto de la malhadada Convención Constitucional.

Pero qué duda cabe que para la derecha el debate también va más allá del proyecto. En este sector político es donde había menos disposición a sustituir el texto de 1980. Si hacen campaña por el “A favor”, es porque calculan que en menos de cinco años la izquierda y la centroizquierda van a volver a abrir el proceso y quieren cerrarlo con un texto que sea menos fácil de reformar que la actual Constitución.

Llevamos cuatro años en este proceso. La Constitución de 1980 ha mostrado una fortaleza extraordinaria que hasta sus enemigos reconocen a pesar de que la han acusado de poner candados que no eran reales. En este tiempo, los chilenos han aprendido en carne propia que las Constituciones no hacen magia, que no existen los almuerzos gratis y la prosperidad para todos empieza a ser un recuerdo que se desvanece en el tiempo. Lo que será difícil de olvidar es que fue es Constitución la que nos dio el periodo de mayor crecimiento de nuestra historia.