Columna de John Müller: “El sexo sí importa”

Las mujeres y los jóvenes son los segmentos que van a decantar el resultado de diciembre y los republicanos y la derecha tienen un punto ciego ahí.

Las mujeres y los jóvenes se han convertido en el factor decisivo en muchas de las elecciones realizadas últimamente y en el plebiscito de diciembre en Chile lo volverán a ser. Ambos grupos  decantaron la balanza en la segunda vuelta presidencial de 2021 en Chile a favor de Gabriel Boric, pero se da la circunstancias de que en España, la victoria insuficiente de la derecha en las elecciones de julio de 2023 también obedeció al alineamiento del voto femenino y de los jóvenes con Pedro Sánchez y la izquierda de Sumar.

Los datos de las encuestas que se están desarrollando en Chile de cara a diciembre arrojan un patrón muy parecido. Las mujeres y los jóvenes rechazan el proyecto del Consejo Constitucional con más intensidad que los hombres y los demás grupos de edad, según me han transmitido varios expertos que trabajan sobre el terreno.

Las razones de este fenómeno son muy parecidas en Chile y en España. En Chile, Boric arrastró este voto porque la candidatura de José Antonio Kast no fue capaz de ofrecer certidumbres sobre el aborto y las libertades de las minorías sexuales. Es más, los republicanos enviaban continuamente mensajes beligerantes sobre el aborto y el movimiento LGBT que sólo le restaron votos a Kast.

Lo mismo sucedió en las elecciones españolas de julio pasado, aunque la realidad del aborto y de las libertades sexuales tengan un estatus jurídico muy diferente en ambos países. Los candidatos de Vox calcaron las actitudes de los republicanos chilenos, añadiendo algunas bromas de barra de bar muy españolas. A eso hay que añadir una campaña muy focalizada en los jóvenes por parte de Sumar (circularon mensajes de campaña de frutas con caras de gatitos que resultaban incomprensibles para los adultos mayores, pero muy eficaces con los primeros votantes) que cosechó el voto del segmento entre 18 y 24 años que se mostró extraordinariamente movilizado en esa votación como demostraron los estudios de audiencia de los debates electorales.

Incomprensiblemente, el Partido Popular español se dejó contagiar por los mensajes de Vox en estos dos segmentos y no realizó ninguna acción para contrarrestarlos.

La situación de la campaña por el nuevo texto constitucional guarda similitudes relevantes. Aunque los redactores republicanos sostienen que la ley de aborto con causales que existe en Chile no caerá en inconstitucionalidad con el nuevo texto, los mensajes son ambiguos, han sido contestados desde la izquierda y la ciudadanía no acaba de verlo claro. Si la campaña a favor del texto constitucional, que descansa fundamentalmente en republicanos y la derecha tradicional, no se da cuenta de que debe conquistar los corazones y las mentes de las mujeres y los jóvenes, la votación de diciembre pueden darla por perdida porque la ‘mayoría silenciosa’ que surgió el 4 de septiembre no necesariamente profesa sus creencias y actitudes en estas materias.