A siete meses de la desaparición de Julia Chuñil: los principales hitos del caso

La defensora de los derechos territoriales indígenas salió al bosque a pastorear animales y nunca más regresó. Desde entonces, su familia denuncia que había recibido amenazas y que no se ha encontrado ningún rastro de su paradero.
Ayer domingo 8 de junio se cumplieron siete meses de la desaparición de Julia Chuñil Catricura, la activista medioambiental mapuche que desapareció el 8 de noviembre cuando salía de su casa en Máfil, en la Región de los Ríos.
Al mes de su desaparición, el 8 de diciembre del 2024, su familia, en apoyo de la ONG Escazú Ahora, presentó una querella criminal contra todos quienes resulten responsables.
Después de meses de una búsqueda infructuosa, distintas organizaciones mapuche y medioambientales, exigieron al Gobierno del Presidente Gabriel Boric tomar acciones frente a la desaparición de Chuñil, en circunstancias que aún se desconocen.
Rayén Rupayan, integrante de la Coordinadora Nacional de Mujeres de Pueblos Originarios, acusó que el Estado de Chile no se ha hecho responsable de su desaparición.
La abogada Mariela Santana, representante de Javier Troncoso Chuñil, uno de los hijos de Julia, aseguró en Radio Universidad de Chile que la investigación “no ha cumplido con el rigor mínimo que exige la ley ni con las garantías procesales“.
Cuestionó, además, la rotación de fiscales en la causa, lo que ha provocado, en su opinión, una “estigmatización” de la familia de Chuñil. Asimismo, criticó la filtración de la carpeta investigativa a medios de comunicación cuando ésta era reservada.”
¿Qué ha dicho la Fiscalía?
Uno de los hechos más controversiales se vivió el 30 de enero de este año. A la casa de Jeanette Troncoso, hija de Julia Chuñil, llegó personal de Labocar perteneciente a la Región de O´Higgins.
Según denuncian los abogados de la familia, Troncoso habría sufrido apremios ilegítimos por parte de personal de Carabineros, en presencia de la fiscal Regional, Tatiana Esquivel.
Lo anterior, derivó en un recurso de amparo interpuesto por la familia en contra de todos quienes resulten responsables de haber cometido apremios ilegítimos.
En lo concreto, la denuncia apunta a funcionarios de Carabineros, de la PDI y a la fiscal Regional de los Ríos, Tatiana Esquivel.
Tras la denuncia en su contra, Esquivel envió un oficio a la Fiscalía Nacional, donde declaraba su inhabilidad. Sin embargo, fue rechazada.
“La decisión sobre una inhabilidad de este tipo corresponde exclusivamente al fiscal Nacional”, decía la respuesta al oficio enviado desde Valdivia.
Rechazado el recurso de amparo
El 4 de junio, en tanto, la Corte de Apelaciones de Valdivia rechazó el recurso de amparo presentado por Pablo San Martín Chuñil y su grupo familiar.
“En fallo unánime, la Segunda Sala del tribunal de alzada, integrada por los ministros Juan Ignacio Correa Rosado, Marcia Undurraga Jensen y Karina Ormeño Soto, descartó la ilegalidad de la diligencia ordenada por el Ministerio Público“. señaló el comunicado.
La vida de Julia Chuñil
Julia Chuñil Catricura no solo es madre de cinco hijos y abuela de diez nietos. También es la presidenta de la Comunidad Indígena Putreguel, un grupo de 17 familias que en 2014 fue oficialmente reconocido por la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi).
Ese mismo año, la comunidad vecina Blanco Lepin recibió un predio de 900 hectáreas: la llamada “Reserva Cora Número Uno-A”. Pero el terreno fue pronto abandonado. Alegaron que no servía para lo que esperaban que era cultivar y criar animales.
Fue entonces cuando, en 2015, la comunidad Putreguel, con Julia a la cabeza, decidió ocupar esas tierras.
Desde entonces, según se informa en la querella, se han dedicado por completo a conservar el lugar, proteger la biodiversidad propia del territorio y criar ganado a pequeña escala, creyendo que Conadi les transferiría los derechos de la tierra.
Tras la desaparición de Chuñil, la familia descubrió que Conadi había devuelto el terreno a su propietario original, el empresario que, según afirman, la habría amenazado.
Su hijo Pablo cree que Conadi incumplió su responsabilidad de notificar a su madre la venta del terreno.
Algunos antecedentes relevantes
Ambas comunidades se emplazan en el sector Los Ciruelos, comuna de Máfil, Región de Los Ríos, donde se perdió el rastro a la dirigente.
Ahí vivía Julia, en una pequeña cabaña de madera, en medio de la vegetación de la selva valdiviana. Sin agua potable, sin electricidad ni cobertura de telefonía móvil.
Para Chuñil, según contaron sus familiares a The Guardian, vivir ahí fue un acto de resistencia y una reivindicación de sus derechos.
Reconocida por ser una defensora de la tierra, luchó por los derechos territoriales mapuches y practicó métodos agrícolas y medicinales ancestrales.
Según han declarado algunas fuentes, años después de haber llegado al sector, sufrió amenazas y acoso por parte del dueño de un negocio local, quien le habría ofrecido dinero en distintas ocasiones para intentar que abandonara el predio. Sin embargo, ella se negó en cada oportunidad.
Su desaparición
El pasado mes noviembre, Chuñil emprendió una caminata habitual con tres de sus perros para pastorear animales, y se adentró en las laderas del bosque. Pero solo dos regresaron; Chuñil y su perro Cholito se perdieron, y desde entonces nada se sabe de su paradero.
De acuerdo a la información disponible, se encontraron huellas en el sector, que se cree que son suyas cerca de una cabaña abandonada, junto a huellas de neumáticos, pero no se han encontrado más pruebas que permitan determinar qué pasó.
La familia ha reubicado a los animales de Chuñil y ahora abandonó la propiedad para siempre. “Hemos seguido a los buitres; si estuviera en algún lugar de la colina, nos habrían guiado hasta ella“, dice Pablo, y señala al cielo. “No está aquí. He subido estas colinas todos los días durante meses”.