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Gran Sala Sinfónica Nacional de la U. de Chile realizó prueba de afinación con público antes de su apertura oficial

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POR Sofía Runin Pérez |

La jornada contó con la batuta del director invitado Christian Lorca y marcó uno de los principales hitos en la antesala de la inauguración oficial.

Entre violines, violoncellos y más tuvo lugar la segunda prueba de afinación de la Gran Sala Sinfónica Nacional este viernes. Esta vez, abierta el público y con la presencia de la Orquesta Sinfónica de Chile y grandes invitados como el embajador de Argentina y todos los estamentos de la Universidad de Chile, reuniéndose autoridades, estudiantes, funcionarios y los trabajadores que fueron parte de la importante construcción del espacio.

En el espacio, la rectora de la Universidad de Chile, Rosa Devés expresó con emoción que este espacio es un sueño hecho realidad. La construcción de este salón comenzó en 2019 y pasó por el estallido social, la pandemia hasta llegar a ser finalizado este 2025.

También, el recuerdo al fallecido director de la orquesta, Rodolfo Saglimbeni estuvo presente, tanto en el discurso de Devés como en las palabras del concertino Alberto Dourthé. Y una de las cosas que más destacó el violinista previo a la afinación, es que la sala es el instrumento más importante y para ellos, tocar en una sala con características tan profesionales es como aprender a tocar de nuevo, ya que cada vez se adaptan y mejoran en diferentes aspectos.

El proceso de afinación no solo considera la disposición orquestal o la ubicación del público, sino además los ajustes de los llamados “plafones acústicos”, que son grandes estructuras de madera suspendidas sobre el escenario, que permiten configurar la respuesta sonora de la sala para distintos formatos musicales. Así, cada ajuste busca encontrar un balance entre las secciones instrumentales y la proyección del sonido.

La directora del Centro de Extensión Artística y Cultural (CEAC), Dominique Thomann, indicó que “las posibilidades de ajuste son infinitas, pero lo que escucharán hoy es una de las configuraciones iniciales”. También, agregó que esta sala “cambia la manera de escuchar y hacer música sinfónica, tal cual como la conocemos, evolucionando ambas experiencias hacia una mayor excelencia, llevándonos a puntos sin precedentes en Chile”.

La experiencia de afinación

Estas jornadas contemplaron la ubicación de sensores en distintos puntos del auditorio, los que midieron el comportamiento sonoro, mientras los ingenieros a cargo de la acústica, Gustavo Basso y Andrea Farina, recorrían diferentes ubicaciones de la sala para evaluar la llegada del sonido.

También, uno de los momentos más impactantes en esta prueba, fue la realizada con globos que fueron reventados en tres puntos distintos del escenario. Su estallido contiene todas las frecuencias posibles, por lo que este ejercicio tenía el objetivo de medir el comportamiento del espacio frente a esta totalidad de estímulos.

Basso es violinista e ingeniero en telecomunicaciones y es una de las mentes maestras en este diseño sonoro. Explicó que “estas salas modernas casi no tienen absorción acústica, no tienen cortinados ni muchas alfombras. Toda la absorción acústica la tienen las butacas o el público”. Por ende, la audiencia se convierte en un elemento vital para completar la acústica de la sala.

Asimismo, el profesional especificó que la afinación consta de dos partes, donde la primera tiene que ver con los movimientos y pruebas de los plafones. “Lo que nos dimos cuenta en estos días, es que la sala es muy sensible a esos cambios. O sea, modificaciones muy pequeñas, de dos o tres grados, se oyen. La segunda parte de la afinación es que la orquesta aprenda a tocar en al sala, que es una sala nueva. Es como un instrumento nuevo”.

La presentación

Un paso por varias obras fue el que realizó la Orquesta Sinfónica Nacional y al finalizar, los aplausos no se hicieron esperar. Y es que el sonido mágico de quienes fueron protagonistas esta jornada logró capturar y llenar cada espacio de la Gran Sala Sinfónica, que espera albergar a más de mil personas cuando abra sus puertas al público el próximo 10 de julio y llenar las 1.076 butacas que tiene.

Diseñada bajo la normativa vigente de accesibilidad universal, el espacio destaca también por el entorno inclusivo para todo público, con ascensores, accesos y espacios habilitados especialmente para personas con movilidad reducida. Así, el 10 de julio a las 19:30 horas inaugurarán el espacio con un primer concierto protocolar y la Orquesta Sinfónica Nacional ya se prepara para abrir este espectáculo al público en uno de los mejores auditorios de Sudamérica.