Columna de Víctor Maldonado: “Los segundos serán los primeros”

“El comportamiento de muchos ciudadanos está lejos de ser conformista. Si no encuentran lo que les satisface, siguen buscando. Las sorpresas pueden continuar. Ya está demostrado que los competidores directos pueden superar a los cabezas de serie”, escribe en su columna Víctor Maldonado.

Los que se caen solos

Antes que los partidos y los líderes hayan entrado en la etapa más intensa de la campaña, se han terminado de enfrentar a los efectos de sus propias debilidades. Por eso, enmendar conducta importa más que criticar a otros.

Quienes están retrocediendo en sus posiciones (como Chile Vamos) o han sufrido derrotas contundentes (como el socialismo democrático) no lo han hecho bajo el ataque de sus contrincantes, han tropezado en sus propios pies.

Se desplegaron como han querido, hicieron las declaraciones que estimaron convenientes sin ser presionados y se concentraron en los temas de su preferencia. Tuvieron plena libertad para hacer lo que quisieran. Nada de lo que les sucedió se explica por variables externas.

Las candidaturas más identificadas con la política tradicional han empleado en las campañas sus recursos tradicionales y la respuesta no ha sido la mejor.

Es el choque de dos sinceridades: tanto Tohá como Matthei han sido plenamente honestas en hacer sus propuestas al país y los electores, con igual sinceridad, han optado por otras alternativas. Pero las debilidades de cada una son distintas.

Tohá ha sido una candidata elocuente, una buena polemista y es, posiblemente, la que haya mostrado el discurso más articulado en su sector. Se dice que su derrota se debe a su falta de cercanía, pero es posible que haya pesado mucho su identificación con la gestión de gobierno, en un área evaluada críticamente por su efectividad para lo vinculado con la vida cotidiana.

Sobre todo incidió el levantarse sobre hombros de supuestos gigantes partidarios que demostraron tener pies de barro. Las primarias no se dirimen por concurrencias extraordinarias de electores muy entusiasmados, se trataba de movilizar todo el apoyo cercano y eso sólo lo consiguió una candidata.

Se dice, como crítica, que Jara movilizó el apoyo del PC y algo más, pero lo que los otros movieron fue muchísimo menos y representaba una minoría de lo que consiguen sus líderes para sí mismos. El apoyo de alcaldes y parlamentarios solo lo tienen para ellos y para nadie más. Esta constatación es una enormidad.

Si te he visto no me acuerdo

El resultado ha sido derrotas electorales o descensos en las encuestas y hay muestras evidentes que recargar una candidatura que ha ido perdiendo energía es mucho más difícil que proponerse un lento, pero metódico ascenso.

Quienes se mantuvieron en la idea de que les tocaba administrar un triunfo que daban por seguro, no han podido reaccionar a tiempo cuando quedó en evidencia que estaban en un error.

Encabezar el pelotón por largo tiempo no ha servido para nada ni en la oposición ni en el oficialismo. Jugar a ganador no está siendo la conducta seguida por la mayoría, a quienes esta circunstancia no termina de impresionar.

El comportamiento de muchos ciudadanos está lejos de ser conformista. Si no encuentran lo que les satisface, siguen buscando. Las sorpresas pueden continuar. Ya está demostrado que los competidores directos pueden superar a los cabezas de serie. Lo que parece es que los que partieron segundos serán los primeros, aunque nadie sabe por cuánto tiempo gozarán del favor popular. Siempre hay otro segundo a la espera de su oportunidad.