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Columna de José Toro: “Lo que no queremos para Chile: Milei no es un modelo”

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POR Equipo Radio Pauta |

“Hay que confrontar a quienes, como Kast y Kaiser, quieren importar su receta”, escribe en su columna el secretario general del PPD..

En el último tiempo hemos escuchado a figuras de la ultraderecha chilena, como José Antonio Kast y Johannes Kaiser, alabar sin matices el gobierno de Javier Milei. “Vamos a aplicar una disciplina fiscal rigurosa, donde no vamos a gastar lo que no tenemos. Hemos visto como lo han hecho al otro lado de la cordillera”, dijo hace un tiempo José Antonio Kast. “No es que yo sea cercano a Milei, yo defiendo los mismos principios de reducción de tamaño del Estado que se están aplicando ahora en Argentina”, señaló Johannes Kaiser en una entrevista con La Tercera.

Pero, ¿es eso lo que queremos realmente para Chile?

La realidad tras el discurso libertario argentino es cruda. Milei no solo ha aplicado un ajuste económico brutal, sino que ha tomado decisiones que golpean directamente a las personas más vulnerables. Entre ellas, la eliminación de tratamientos para el cáncer financiados por el Estado, dejando a miles de pacientes sin acceso a medicamentos vitales. Y como si eso no fuera suficiente, vetó la Ley de Emergencia en Discapacidad y la ley que permitía un aumento de las pensiones, argumentando que eran “gastos” insostenibles para el país. “Si la jubilación no les alcanzara, la calle estaría llena de cadáveres”, dijo esta semana el jefe de Estado trasandino.

Estas no son anécdotas ni exageraciones, son políticas concretas que están poniendo en riesgo vidas. La lógica que las respalda es simple y peligrosa: el Estado no tiene responsabilidad en garantizar derechos básicos como la salud o la inclusión. El resultado es que, en el país vecino, familias enteras deben endeudarse o resignarse a ver morir a sus seres queridos por no poder pagar tratamientos médicos.

Cuando Kast y Kaiser aplauden los recortes fiscales, lo que en realidad están diciendo es que para ellos la salud, la educación o las pensiones son bienes de consumo, no derechos. Ese es el modelo que reivindican: un Estado reducido a su mínima expresión, incapaz de responder ante emergencias sociales, y que abandona a quienes más lo necesitan en nombre de una supuesta “libertad” y “recuperación económica” que en la práctica solo beneficia a los más ricos.

En Chile sabemos lo que significa la desigualdad extrema y lo costoso que es reconstruir redes de protección social. Avanzar hacia un modelo a lo Milei sería retroceder décadas. Significaría desmantelar el Fondo Nacional de Salud, reducir las pensiones solidarias, debilitar la educación pública, eliminar la Ley GES y entregar todo al mercado. Y si alguien cree que exagero, basta con mirar las cifras en Argentina: caída récord del poder adquisitivo, aumento de la pobreza infantil y protestas masivas contra un Presidente que gobierna a golpe de veto y recorte.

Por eso, en la discusión política chilena debemos ser claros. No basta con decir “Milei no es nuestro modelo”. Hay que confrontar a quienes, como Kast y Kaiser, quieren importar su receta.

Chile no necesita un Milei. Necesita un Estado presente, una democracia robusta y un compromiso real con quienes más lo necesitan. Porque la verdadera libertad no es la de comprar tratamientos a precio de oro, sino la de vivir sabiendo que, si enfermamos, el país no nos dará la espalda.