La columna de Fernando Tapia: “El último muro”
En su columna de opinión para Pauta, Fernando Tapia habla sobre la reforma a las SADP. “Llama la atención que justo ahora, cuando la pelota está casi entrando al arco, se vuelva a instalar la incertidumbre sobre el éxito del debate”, dice.
Por segunda semana consecutiva la reforma a las sociedades anónimas deportivas no fue puesta en tabla en la comisión de Constitución del Senado. Curioso, porque después de ocho años sólo resta una última sesión para dar por terminado el trabajo y despachar las modificaciones para que se transforme en Ley. Cambios necesarios y urgentes, ampliamente debatidos, en los que se consiguieron grandes consensos, y que permiten abrigar una esperanza de provocar soluciones para una actividad en crisis.
No ha sido fácil llegar a este punto. Por lo mismo llama la atención que justo ahora, cuando la pelota está casi entrando al arco, se vuelva a instalar la incertidumbre sobre el éxito del debate en el que han participado todos los actores de la industria, incluyendo organizaciones civiles. Por ahora hay otras prioridades, explicó la Senadora Paulina Núñez (RN), Presidenta de la Comisión, al justificar la decisión de postergar la votación final.
Pero la verdad es que desde el fútbol se niegan a dar por cerrada la batalla por evitar la separación de la ANFP con la Federación, uno de los aspectos clave entre los cambios propuestos. En las últimas semanas, aprovechando la coyuntura política, han vuelto a la carga con un intenso lobby que ha hecho dudar a los parlamentarios.
No es casual que justo cuando el Senador Matías Walker (DEM), el más activo en empujar la reforma desde el minuto cero, salió salpicado por el llamado caso “muñeca bielorrusa”, además de los resultados de la primera vuelta presidencial, hábilmente, dirigentes del fútbol volvieran a la carga para hacer dudar a los integrantes de la Comisión en el Congreso. Es una jugada táctica que pretende despejar en la línea de sentencia la esperada separación de la ANFP con la Federación.
En entrevista con “The Clinic”, Juan Tagle, presidente de Cruzados, reconoció la incomodidad del mundo directivo con la propuesta de la separación, y dio a entender que para los dueños de los clubes esa es la madre de todas las batallas. La razón de fondo no es otra que económica. Para los clubes se trata de mantener un flujo de millonarios recursos que produce la Federación, hoy totalmente controlada por la ANFP, y que subvencionan la actividad privada, y que provienen de la venta de los derechos televisivos y comerciales de las selecciones nacionales, especialmente de la adulta masculina.
Ante el descrédito de Pablo Milad ha sido Juan Tagle, gran sostén político de la actual directiva del fútbol, quien tomó el sartén para encabezar la última ofensiva para detener la reforma en este aspecto fundamental. El presidente de Cruzados cuestionó la separación, calificándola como una medida refundacional, recalcando que fue una indicación del actual gobierno y comparándola incluso con la fracasada primera asamblea constitucional, en un guiño inequívoco con el posible resultado en la segunda vuelta de la elección presidencial.
La Federación debe ser un ente independiente de las ligas profesionales. Así también lo ha sugerido la propia FIFA. La reforma se planteó eliminar todo tipo de conflicto de interés, y es extraordinariamente preocupante que después de tantos años de discusión y debate, los parlamentarios sucumban a maniobras de última hora, y aparezcan cediendo a quienes durante todo este tiempo apostaron por mantener el “Status Quo”. Ojo con los que sólo pretenden instalar un último muro a la reforma.