Francisco Aboitiz advierte que aún no hay claridad sobre cómo la tecnología está afectando el cerebro y la conducta humana
En Pauta Propia, el neurocientífico y académico de la Universidad Católica advirtió que la evidencia sobre los efectos de la exposición a pantallas, redes sociales e inteligencia artificial sigue siendo limitada. Llamó a la prudencia y destacó la importancia del control parental y de recuperar hábitos que fortalezcan la atención y la motivación.
El neurocientífico Francisco Aboitiz, director del Centro Interdisciplinario de Neurociencia de la Universidad Católica, analizó en Pauta Propia los posibles efectos de la exposición constante a estímulos digitales, redes sociales e inteligencia artificial en el cerebro humano, advirtiendo que la evidencia científica sobre estos impactos sigue siendo limitada.
En la conversación, primero el académico, explicó que buena parte de nuestra conducta está guiada por la búsqueda de gratificación y recompensas, un proceso profundamente arraigado en el cerebro.
“Todos los animales buscan gratificación de alguna manera, buscan lograr obtener algún tipo de recompensa y de eso se trata la vida”, señaló, aludiendo al rol del sistema dopaminérgico, que motiva la conducta orientada a metas.
Sin embargo, añadió que lo más estimulante para el cerebro no es la recompensa en sí, sino lo inesperado: “Lo que te produce el peak de dopamina no es tanto la recompensa, sino lo inesperado de esa recompensa”.
Esa misma lógica, sostuvo, está detrás del atractivo de las redes sociales, los videojuegos y otras tecnologías que ofrecen estímulos inmediatos y variables.
Evidencia limitada y llamado a la prudencia frente al impacto de la tecnología
El doctor en neurociencia advirtió que esta exposición permanente a recompensas rápidas puede alterar el equilibrio entre los circuitos cerebrales que regulan la motivación y la frustración.
“Cuando no te llega la recompensa que esperas rápido se te produce una depresión que te impulsa a buscar otras claves. Y ese es el drama de los adictos”, comentó.
Aunque reconoció que la tecnología puede moldear el cerebro y alertó que estos “están cada vez más bombardeados de información”, subrayó que el fenómeno es reciente y que todavía carece de evidencia científica sólida.
“Todavía no tenemos una película totalmente clara (…) hay estudios que dicen que sí hay efecto y otros que no”, sostuvo.
Cómo recuperar la concentración y la motivación
El neurocientífico enfatizó la importancia del control parental y la contención familiar como factores protectores frente a la sobreexposición tecnológica. “El control parental es fundamental. (…) En los colegios también. Ahora, el colegio solo no da. O sea, aunque se restringe el celular en el colegio, eso no es suficiente”.
Aboitiz planteó que, más allá de soluciones tecnológicas, las claves para fortalecer la regulación emocional y la atención siguen siendo simples: “A mí me funciona hacer deporte, leer harto y buscar una motivación, un sentido de vida. Los niños ahora están poco interesados, poco motivados en cambiar el mundo, y eso es un problema tremendo”, aseveró.
En la entrevista completa, disponible en el video insertado en esta nota, Francisco Aboitiz profundiza en los desafíos que plantea la era digital para el cerebro y la conducta humana.