Paulo Egenau cuestiona a la política por su mirada “moralizante” sobre la pobreza y el consumo de drogas: “Nunca ha sido una prioridad”
En Pauta Propia, exdirector social del Hogar de Cristo, criticó la falta de políticas públicas sostenidas y la ausencia de una mirada estructural sobre la exclusión y la salud mental. Además, advirtió que el país sigue actuando con respuestas paliativas más que transformadoras.
El exdirector social del Hogar de Cristo y actual director del Instituto Iberoamericano de Reducción de Daños (iiReda), Paulo Egenau, reflexionó sobre la situación social y la crisis de salud mental en Chile, cuestionando la falta de políticas públicas sostenidas y la mirada moralizante con que el país enfrenta la pobreza y el consumo problemático de drogas.
“Tenemos unos presupuestos empobrecidos, falta de capacitación, equipos sobrecargados, infraestructuras deficitarias, falta de acceso expedito con una red nacional de servicio”, dijo en entrevista con Pauta Propia, señalando que el Estado sigue actuando con respuestas paliativas en lugar de transformadoras.
“Siempre estamos al debe”
Egenau sostuvo que, tras décadas de trabajo en terreno, la política social chilena sigue siendo más discursiva que efectiva: “Históricamente ha habido una suerte de retórica más bien publicitaria, pero en el minuto de la construcción y la implementación de políticas públicas financiadas a largo plazo, bien evaluadas, con competencias profesionales, no está”.
“Siempre estamos al debe. Siempre tenemos la sensación de que se podrían haber hecho cosas importantes para cambiar la vida de la gente y lo que estamos haciendo es una cosa más bien paliativa“, agregó.
Una falta de política permanente
A su juicio, parte del problema radica en la inestabilidad institucional y la falta de continuidad en el Estado.
“Yo tengo una crítica importante al sistema que elige a las personas que dirigen los servicios claves para la ciudadanía. (…) Se implementó la Alta Dirección Pública con el propósito de que llegara gente competente, con capacidad, conocimiento, experiencia, y que no fuera el cuoteo político y por lo tanto que trascendiera los cambios de gobierno, si permanecieran en una política más permanente”, planteó.
“Nada de eso es verdad, eso ha sido falso en todos los Gobiernos. Llegan los nuevos gobiernos, sacan a las personas que fueron electas por Alta Dirección Pública, les pagan las indemnizaciones y nuevamente ponen a su gente”, añadió.
“La pobreza nunca ha sido una prioridad política”
El exdirector social del Hogar de Cristo señaló que a la política “le cuesta tener la capacidad” de “creer en el poder de las personas para cambiar sus vidas” ya que —según explicó— todavía predomina “esta concepción moralizante, castigadora, abusiva, que ha generado toda una red de programas de ayuda intolerantes, donde el castigo y el sufrimiento es parte de la ideología”.
Además, lamentó que el país haya dejado de hablar de pobreza y que cuando lo hace, lo aborde desde un enfoque superficial: “Desde que yo tengo uso de razón profesional, hace ya 40 años, he tenido la convicción de que la pobreza nunca ha sido una prioridad política, sino una especie de moneda de cambio electoral”.
Agregó que el país aún no logra dimensionar el impacto real de crecer en condiciones de exclusión: “El nacer y crecer en pobreza daña y afecta la vida de las personas, tanto en el presente como en el futuro”, indicó.
Crisis en salud mental y drogas: “Nos ha ido muy mal”
Respecto al consumo problemático de sustancias, Egenau entregó una evaluación crítica: “Hoy día tenemos una crisis de salud pública. Según la última encuesta de Senda, hay alrededor de 650.000 consumidores problemáticos de sustancia en Chile. (…) De esos, solo 30.000 se atienden y el 50 o 60% no recibe ayuda”.
Explicó que las terapias actuales siguen atrapadas en una lógica moral y punitiva: “Todavía domina el discurso terapéutico donde el castigo y el sufrimiento son parte de la ideología. Tú tienes que tocar fondo, vivir el dolor, la soledad, el hambre. Eso tiene malos resultados“.
Una nueva mirada: la reducción de daños
Desde el Instituto Iberoamericano de Reducción de Daños, se promueve un enfoque centrado en la dignidad y la autonomía de las personas. “Los terapeutas nos debemos a las personas. La salud es un derecho humano, y la no moralización de un problema de salud mental es esencial (…). No podemos seguir pensando que estos temas son una fisura moral o una enfermedad moral”, enfatizó.
El especialista criticó los enfoques que buscan imponer el “amor duro” —”provocar un sufrimiento extremo para que finalmente termines haciendo lo que yo te digo”— y defendió un acompañamiento respetuoso de los tiempos y prioridades de cada persona: “El cambio inmediato no existe, es una retórica más bien anecdótica”.
Inseguridad y exclusión: “El fenómeno de la exclusión social también es una forma de pertenencia”
Consultado por la violencia y la participación de jóvenes en delitos, Egenau planteó que se trata de un fenómeno social más complejo de lo que suele reconocerse: “La exclusión social genera diferenciación cultural. La diferenciación cultural me invita a buscar formas de pertenencia a ese particular entorno que tiene sus valores. Eso es fundamental en la vida de todos los seres humanos”, aseveró.
En esa línea, llamó a mirar las causas estructurales antes que reforzar respuestas penales: “Es una falacia creer que esto se resuelve dentro del dominio penal. La evidencia nos dice que no es verdad, que no funciona. Hay que hacerlo, pero con una mirada previa, preventiva e histórica“, manifestó.
Puedes revisar la entrevista completa con Paulo Egenau en el video insertado en esta nota, donde profundiza en los desafíos estructurales de la pobreza, la crisis de salud mental y la necesidad de cambiar el enfoque hacia la reducción de daños en Chile.