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TV de adultos para niños que no duermen

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POR Eduardo Olivares |

Un estudio del CNTV muestra que niños entre 4 y 12 años se quedan despiertos hasta pasada la medianoche viendo telenovelas como Perdona nuestros pecados o espacios como Morandé con Compañía. “El que no duerme, se muere”, resume la siquiatra Andrea Aguirre.

Es el qué y el cuándo. Pero sobre todo el quién: son niños y niñas.

Es una mano de una pequeña de cuatro años sobre un control remoto. Unos minutos para la telenovela adulta Perdona nuestros pecados (MEGA), otros minutos para el colorido “Pasapalabra” (CHV). Un chico de seis años podría enfrentar solo un reportaje sobre el crimen de Daniel Zamudio en “Efecto Mariposa” (MEGA). El viernes esos mismos ojos estarán viendo “Morandé con Compañía” (MEGA).

Ahí está la evidencia.

Un estudio del Consejo Nacional de Televisión (CNTV) muestra que el rating de los niños entre cuatro y 12 años en los programas nocturnos supera los nueve puntos incluso pasada la medianoche. La sintonía es similar en el par de horas previas. Y entre la medianoche y la 1 de la mañana baja un poco, pero de todos modos supera los cinco puntos de rating.

Es cierto que los niños están viendo menos televisión abierta. Pero es el promedio de su visionado diario. Otra cosa es el impacto de su concentración ante esas pantallas en la noche.

La falta de sueño y la muerte

Siempre hay excusas de los padres y madres que dejan que sus hijos vean televisión hasta tarde. Lo escucha a diario la siquiatra infanto-juvenil Andrea Aguirre, de la Clínica Universidad de los Andes. “Los niños de cuatro años requieren al menos 10 horas de sueño, y los de 10 años, ocho horas”, dice la especialista. Como la memoria se fija durante la etapa del sueño, la privación del descanso complica todo el resto: se altera el aprendizaje, hay problemas de irritabilidad y comportamiento. Desde el punto de vista biológico, el sueño además cumple una función en la regulación de las hormonas, y por lo tanto se conecta con el crecimiento, el estrés y la ansiedad, describe.

La televisión emite una luz azul. Esa luminosidad perturba la melatonina que se libera cuando hay oscuridad, precisa la siquiatra Andrea Aguirre.

“La señal lumínica es la que nos dice que hay que partir el día”, resume Alejandra Goity, bioquímica de la Universidad Católica. “Es muy difícil que un cerebro se pueda poner en modo descanso, y pare de haber trabajar si le damos el estímulo lumínico. A ese niño, mientras está viendo tele, más difícil le será irse a dormir”, sostiene en La Invención del Futuro. Por eso, no basta con que solo no vea televisión hasta tarde, sino que la pausa debe activarse antes de enviarlo a la cama en lo que se denomina la “higiene del sueño“.

Andrea Aguirre sintetiza el problema en forma directa: “El que no duerme, se muere. Así de simple. Es parte de las vulnerabilidades del ser humano”.

La TV de adultos para niños

“En TV abierta los niños/as y adolescentes ven fundamentalmente tres géneros: telenovelas (25,9%), informativos (21,9%) y misceláneos (19,8%). Ninguno de ellos está dirigido exclusivamente a esa edad, ya que se trata de programas familiares o incluso para adultos”, dice el informe del CNTV.

Las telenovelas más vistas por los niños son Isla Paraíso y Si yo fuera rico. En la franja prime nocturna, que parte a las 21 horas y cierra a las 01 hora, “las telenovelas nocturnas más vistas por esta audiencia son Perdona nuestros pecados, Casa de muñecos y Madre hay una sola, todas emitidas por Mega. Cabe destacar que la telenovela nacional emitida en horario de tarde Verdades ocultas (Mega) es la telenovela más vista por menores de 12 años”, describe el estudio.

En cuanto a los programas misceláneos, hay dos grandes bloques: el de los matinales y que va de 18 a 0 horas. “En estos horarios [nocturnos] los programas misceláneos más consumidos son ‘Pasapalabras’ (CHV); ‘Rojo, el color del talento’ [TVN] y ‘Morandé con Compañía’ (viernes [Mega])”, agrega el informe.

Es bastante evidente que los contenidos de adultos son para… adultos. Y si los niños se enfrentan a ello, les pueden generar más complicaciones en su desarrollo. “Ni siquiera a los 12 años están preparados para ver esos programas. No han vivido esas experiencias ni las entienden. Después tenemos casos de altos niveles de ansiedad, de estrés”, cuenta la siquiatra Andrea Aguirre.

Aunque los datos del informe muestran que los niños están viendo, en total, menos televisión abierta que antes, también es cierto que consumen más TV de pago. Además, “el consumo infantil y adolescente son los targets que han diversificado sus formas de consumo mediático en el último tiempo. Entre ellos, se ha instalado y consolidado el cambio, particularmente el traslado de los contenidos de su interés a internet”, dice el CNTV.

Un estudio de la Subtel y VTR revela que el 31% del tráfico de los celulares corresponde a la reproducción de videos, con un peak que ocurre entre las 20 y 23 horas. Y sucede que siete de cada 10 niños ya cuenta con un celular a los nueve años. Ese acceso a internet los expone a redes sociales con contenido dudoso y, en ocasiones, muy peligroso.

Claro, algunos progenitores no alcanzan a llegar más temprano a casa, y otros creen que entreteniendo a los niños con un celular no es un asunto tan importante. Para Aguirre, la solución no pasa por nadie más que por esos mismos padres y madres: “Para criar a tus hijos felices, tienes que sacrificarte. Nada es gratis. Pero el costo de no sacrificarte pueden ser cabros desregulados y con distintos problemas”, advierte.