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Pablo Astudillo: “Cuando hablamos de ciencia, no hablamos solamente de innovación”

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POR Eduardo Olivares |

El autor de “La ciencia liberada” dice que las empresas tienen una oportunidad al invertir en ciencias básicas.

Primero publicó el ensayo Manifiesto por la Ciencia, donde articuló una mirada sobre el diseño institucional para el despertar científico del país. Y con un ministerio sectorial ya instalado, ahora el investigador Pablo Astudillo apuntó a un objetivo de otro vuelo: en su recientemente lanzado libro La ciencia liberada, triza el paradigma de que solo la ciencia aplicada puede ser de interés público. Y lo hace con una documentación nutrida: a lo largo de los últimos siglos, distintas innovaciones han tenido un origen en la curiosidad de los científicos. 

“Cuando hablamos de ciencia, no hablamos necesaria o solamente de innovación. Hemos estado viviendo esta época en la cual se hace este sinónimo de que ciencia es igual a innovación, lo que me parece un error, porque la ciencia en realidad puede ofrecer muchas más cosas, ya sea que uno esté interesado única o principalmente en la dimensión económica, o por ejemplo dimensión social o dimensión política”, resume Astudillo en conversación con Pauta de Negocios, de Radio PAUTA.

“Y si es que uno cree que el principal propósito de la ciencia debe ser generar, por ejemplo, desarrollo económico –que me parece que puede ser una creencia legítima pero no necesariamente correcta–, eso no implica que uno tenga que financiar solamente ciencia aplicada, o no necesariamente ‘ciencia orientada por misión’ que es esta investigación que está orientada por grandes propósitos que son muchas veces definidos sobre todo desde la autoridad de un sector público. Uno también tiene que financiar ciencia básica, es decir, ciencia que esté orientada a generar conocimientos fundamentales sobre nuestro mundo en múltiples dimensiones”, explica el también académico de la Universidad Autónoma de Chile.

El ejemplo de esta mirada, que el autor detalla en su texto al hablar de ciencia “motivada por curiosidad”, se refleja en la respuesta a la pandemia. “Es aquella ciencia que tal vez no tiene un fin inmediato, que tal vez no obedece a una exigencia o propósito propuesto por la autoridad, pero que igualmente alimenta a aquella ciencia que puede transformarse en innovación”, plantea.

Inversión y desarrollo

Ingeniero en biotecnología molecular por la Universidad de Chile, doctor en ciencias biológicas por la Pontificia Universidad Católica de Chile y con un posdoctorado por la Universidad de Manchester, Pablo Astudillo fue miembro fundador del movimiento “Más Ciencia para Chile” y de Fundación Más Ciencia. Ha vivido por dentro la evolución de la institucionalidad y ciertamente sus carencias.

“Cuando tomas un país que hoy es desarrollado y ves su trayectoria en el tiempo y ves cuánto invertía ese país cuando tenía el PIB per cápita de Chile, por ejemplo, esos países invertían por general entre 300 a 400 dólares per cápita en I+D [investigación y desarrollo]. Si ese mismo ejercicio lo haces hoy y buscas países que tengan un PIB per cápita similar al de Chile, invierten entre 200 a 300 dólares per cápita en I+D”, cuenta. “Si tú ves cuánto invierte Chile hoy per cápita en I+D, es aproximadamente 80 dólares”, cuestiona.

Por lo mismo, ante el principio económico de la administración de la escasez de recursos frente a ilimitadas necesidades, piensa que todo debe comenzar por recursos que ya son insuficientes. “Más allá de que un país tiene que compatibilizar sus múltiples necesidades con los escasos recursos que tiene, eso no resta el hecho de que efectivamente Chile hoy tiene un grave problema de subfinanciamiento y los científicos jóvenes yo creo que hemos vivido con mucha fuerza el impacto de ese subfinanciamiento. Si bien nosotros podríamos haber tenido una trayectoria ascendente en la inversión, lo que tuvimos finalmente fue un estancamiento y estamos hoy día en un sistema que tiene rasgos de hipercompetencia, lo cual a su vez tiene consecuencias para el sistema científico; por ejemplo, perdemos buenas ideas”, reflexiona.

Una nueva oportunidad para las empresas

A juicio de Pablo Astudillo, las empresas también tienen una oportunidad cuando se interesan en la ciencia básica y no solo en la ciencia aplicada.

En su libro cuenta cómo compañías que “apostaron fuerte por investigación básica tuvieron buenos resultados después resolviendo necesidades que eran propias de la empresa. El ejemplo más clásico que yo cito en el libro es de Laboratorios Bell, en el cual hacían investigación básica como aplicada”, con científicos que “hicieron investigaciones básicamente motivados por su propia curiosidad dentro de esa empresa, y que al final terminó traduciéndose en nuevos desarrollos. Esa es una de las razones más potentes que podría tener el sector privado para interesarse en esto”.

Estos son procesos. Toman tiempo. “A lo mejor el sector privado no tiene los incentivos para hacer investigación básica porque no cree en ese modelo [lineal] o porque está siendo guiado por otras visiones, que digámoslo, hoy en día están empezando a demostrar que no son necesariamente visiones exitosas”, agrega.

Revise la conversación con Pablo Astudillo en Pauta de Negocios