Vecinos de Ámsterdam presentan demanda para frenar el turismo en la ciudad
La iniciativa “Ámsterdam tiene una elección” busca bajar el número de turistas que se hospedan en la ciudad, ya que ha superado el límite de 20 millones anuales.
Durante este lunes 22 de septiembre, vecinos de Ámsterdam presentaron una demanda contra el municipio, puesto que ya van varios años consecutivos en que se ha superado el límite de 20 millones anuales de turistas que se hospedan en esta ciudad.
La demanda realizada por la iniciativa ciudadana “Ámsterdam tiene una elección” cuenta con 50.000 euros ($56 millones chilenos) recaudados entre vecinos y asociaciones locales, quienes demuestran su preocupación por la conservación de la ciudad y las dificultades que enfrentan los residentes en su día a día para movilizarse.
“Todo empezó en 2020, durante la pandemia, cuando lanzamos una petición para limitar las pernoctaciones turísticas. En pocos días reunimos 30.000 firmas, suficiente para un referéndum. El municipio no lo quiso, así que negociamos y en 2021 se aprobó una ordenanza que fijaba un máximo de 20 millones de pernoctaciones al año”, explicó a EFE Jasper van Dijk, uno de los impulsores de esta demanda.
Solo en 2023 se registraron 22,9 millones de noches de hotel.
Esta ordenanza también obligaba al ayuntamiento de Ámsterdam a hacer previsiones y tomar medidas en caso de superar ese umbral, pero se advirtió que en 2027, los hospedajes de turistas pueden aumentar hasta 28 millones.
Las autoridades ya habían tomado algunas medidas estos últimos años, como el aumento de la tasa turística con un 12,5%, prohibieron la construcción de nuevos hoteles y redujeron a la mitad el número de cruceros fluviales y marítimos. Pero estas medidas no han sido suficientes para los vecinos.
También impuso medidas para reducir las molestias en el centro histórico, como las multas por fumar marihuana, prohibición de beber alcohol y campañas destinadas a grupos de jóvenes que acuden de fiesta a la ciudad, como para despedidas de soltero o rutas de bares.
Entre las propuestas de los vecinos, se busca aumentar de nuevo el impuesto turístico y restringir el acceso de los turistas a los “coffeeshops”.
“Ámsterdam no rechaza el turismo, pero tiene que haber equilibrio. Si uno de cada cinco vecinos evita el centro histórico más bello del mundo porque ya no lo siente suyo, entonces algo va muy mal”, concluyó Van Dijk.