El Radar de Plaza Pauta: aves de ciudad, libros de arquitectura y microespacios
El experto Eduardo Pavez detalla cuáles son las aves que abundan en las ciudades. Un microespacio inyecta imaginación para sacarle partido a espacios pequeños.
Pájaros en la ciudad
En estos días de encierro, toda acción fuera de las cuatro paredes de la casa se percibe como un quiebre en la rutina. Una trama monótona que rompe un picaflor o las escandalosas cotorras argentinas, cuyo verde contrasta con el gris del pavimento. No falta el que en Instagram menciona que vio un ave rapaz posada por ahí o el que extraña esas tardes de plaza en que se iban los minutos tirándole miguitas de pan a las palomas, “los ratones voladores” de la ciudad, según algunos mal hablados.
Eduardo Pavez, médico veterinario y doctor en Ciencias Silvoagropecuarias, ha concentrado su trabajo en el estudio y conservación de la fauna silvestre. Fundó y dirigió por 17 años el Centro de Rehabilitación de Aves Rapaces de Chile. En estos más de cien días de encierro producto de la crisis sanitaria, sigue atento a las señales del mundo animal y dice que “más que cambios en la conducta de las aves, esta cuarentena nos ha permitido silenciar la ciudad y ese silencio nos ha permitido escuchar cosas que normalmente no escuchamos, como los pájaros. Cuando uno sale a la terraza o al jardín, en estas condiciones complejas, yo creo que uno se vuelve más sensible a los pájaros, sus movimientos, colores y cantos”. Asegura que “la ciudad de Santiago es tremendamente rica en pájaros. Es una maravilla esta ciudad”.
¿Cuáles son esas aves que están allí para mirarlas y admirarlas?
Aves rapaces: “Tenemos habitantes en la ciudad bien frecuentes, como los tiuques, primos hermanos de los halcones. Son muy oportunistas: pueden comer carroña o puede cazar pequeños animalitos. También se pueden ver pequeños cernícalos, pequeños halcones, típicos de la ciudad. Hay chunchos y lechuzas, que son rapaces nocturnas. Peucos, principalmente en las áreas de la ciudad que tienen arboledas o parques. Aguiluchos y cóndores, estos últimos nos visitan especialmente en las zonas de la ciudad periféricas y próximas a la montaña. Dentro de Chile tenemos dos núcleos muy importantes de cóndores. Uno es la Patagonia, el más importante en Aysén y Magallanes, y en la zona central de Chile, entre las regiones de Coquimbo y el Maule. Con la Región Metropolitana en el centro, tenemos el 21% de la población de cóndores de todo el país. Eso se debe a que tradicionalmente se ha desarrollado una ganadería extensiva en nuestra cordillera, y nuestra ciudad está a los pies de esta cordillera. Los cóndores se desplazan grandes distancias y no es raro que en sus excursiones se metan a la ciudad de manera regular”·
Cotorras argentinas: “Es una especie de origen argentino que se introdujo durante muchos años en Chile como mascota, como pájaro de jaula. Y a principios de los años 80, alguien que no se sabe quién fue, liberó unas que se instalaron y generaron una pequeña colonia en Avenida Bilbao, cerca de un club de golf. Arriba de unas araucarias se instalaron las primeras. Desde entonces estas colonias se han ido dispersando en la ciudad y hoy hay bastantes, no solo en Santiago, sino en ciudades de la zona central. Hay personas que las aman y otras que las odian. Por ser especies exóticas no cumplen ningún rol esencial en la ecología de nuestro sistema. Más bien son especies que se podrían considerar dañinas y que se pueden volver más abundantes y competir con especies silvestres nativas o pueden llegar a generar daños sobre frutos”.
Palomas: “A mí las palomas me parecen bellísimas, me alegran la vida cada vez que camino por la ciudad y las veo. Más objetivamente, las palomas son muy adaptables, inteligentísimas, fuertes, capaces de alimentarse de una gran variedad de fuentes de alimentación y es por eso que han logrado conquistar gran parte de las áreas urbanas. Y las áreas urbanas las han conquistado también porque las estructuras de los edificios que conforman las ciudades, especialmente los edificios antiguos, llenos de recovecos y hoyos, les facilitan la nidificación, ya que son muy parecidos a los acantilados. Las palomas, en su lugar de origen, nidifican en acantilados. Además, tienen un subsidio muy importante de fuentes de alimentación que el ser humano les provee con o sin intención. Probablemente, en una cuarentena estricta una de las especies que se ve complicada son las palomas, que dependen, por ejemplo, de la alimentación que muchas personas les dan en los parques. Dentro de la ciudad las palomas actúan como carroñeros y meten en el ciclo ecológico todos estos elementos que si no las consumieran ellas, lo harían ratas y otros roedores”.
Picaflores: “En Santiago y en toda la zona central tenemos la visita de varias especies de pájaros que vienen del sur. Estas especies se reproducen especialmente en nuestros bosques nativos y durante el invierno, debido a las condiciones metereológicas adversas y al frío, tienden a emigrar a la zona central. Una de ellas es el picaflor, que se alimenta básicamente de plantas que florecen en invierno como los eucaliptus, los abutilones y los quintrales. El picaflor es bastante territorial. Cuando los machos llegan a la zona central se adueñan de un árbol o de un arbusto que sea una buena fuente de alimento y solo toleran la presencia de hembras. Si aparecen otros machos son muy agresivos y pasan todo el día peleando. Estos gorjeos y estos vuelos que se ven, mucha veces son parte de esas peleas. Este es el picaflor chico”.
“La influencia marina en Concepción y Viña del Mar determinan que las aves de esas ciudades sean principalmente gaviotas en los edificios. En el caso de Temuco, rodeado de zonas boscosas, se ven con bastante frecuencia loros, como el loro choroy, que se meten a la ciudad y llegan a parques y a zonas como el cerro Ñielol”
Sus recomendados:
Libros: “Se han escrito dos libros sobre aves de Santiago. Está Aves de la ciudad, de Víctor Solar y Rodolfo Hoffmann (Editorial Gabriela Mistral, 1976) y Aves de Santiago, de Guillermo Egli y Juan Aguirre (Unorch, 2000). Si se quiere una guía de aves de Chile, más amplia que solo de ciudad, hay al menos tres muy completas disponibles: Aves de Chile, guía de campo y breve historia natural, de D. Martínez y G. González; Aves de Chile, sus islas oceánicas y Península Antártica, de E. Couve, C. Vidal y J. Ruiz; y Aves de Chile, de A. Jaramillo“.
Una web: Eduardo Pavez recomienda la página de la Unión de Ornitólogos de Chile, corporación de derecho privado sin fines de lucro, surgida a inicios de los 80. Su objetivo es promover la conservación y protección de las aves y de sus ambientes; su estudio e investigación, así como también la difusión y educación en la comunidad nacional. En la página se encuentra la Revista Chilena de Ornitología, que publica información original sobre biología, historia natural, ecología y conservación de las aves neotropicales, con especial énfasis en las aves chilenas, con temas descargables en PDF.
Un documental: “Maravilloso, Winged Migration (Jacques Perrin, Jacques Cluzaud, Michel Derbats, 2003) es una producción francesa; una obra de arte que vale la pena ver”, dice Pavez sobre este documental que muestra con épica y emoción la migración de aves en invierno. Filmado en todos los continentes, relata con poquísimas palabras el esfuerzo físico que se exige a las aves en sus rutas. En el camino se aprecian los peligros que enfrentan, desde desechos artificiales hasta un grupo de cangrejos hambrientos.
Ver aves en Santiago: “El Parque Metropolitano de Santiago es el mejor lugar de la ciudad para ver aves. Y si quieres salir de ella, pero cerca, Farellones en primavera y verano”.
A la espera de nuevos libros
Esperar la vacuna, esperar el fin del confinamiento, esperar un milagro en la economía, esperar los rayos del sol y que florezca los aromos, los ciruelos y los jacarandás. También esperar la publicación de dos libros para adquirir online.
Tadao Ando: Living with nature, de Philip Jodidio: la editorial Rizzoli NY es un lujo y ya entrar a su web y vitrinear sus publicaciones y anuncios causa alegría. Para septiembre de este año tienen programado el lanzamiento de un libro de 240 páginas y tapas duras de Tadao Ando, arquitecto nacido en Osaka, Japón, y que suena y suena como un imprescindible de la cultura actual. En 1969 fundó su oficina Tadao Ando Architect & Associates y desde ahí ha trabajado en proyectos reputados como la Iglesia de la Luz en Osaka y el Teatro Armani en Milán. Ganador del Pritzker, ha realizado exposiciones individuales en el Museo de Arte Moderno de Nueva York y en el Centro Pompidou de París.
El libro promete, porque mostrará casas recientes del arquitecto minimalista japonés y, tan entretenido como eso, profundizará en su proceso de pensamiento a través de más de cien fotografías, dibujos lineales, bocetos y planos.
La fama de Tadao Ando tiene un montón de razones, pero suele mencionarse su minimalismo y uso de materiales como vidrio y concreto. Muy reconocible de su mano son los espacios amplios, los muros de hormigón, los pisos de madera y ventanales majestuosos.
Art House: para esta semana estaba anunciado el lanzamiento de este título de editorial Assouline. Un libro de arquitectura, diseño de interiores, arte y estilo de vida por igual, que muestra el trabajo de Chara Schreyer, una de las principales coleccionistas de arte del mundo, y su colaboración de cuarenta años con el diseñador de interiores Gary Hutton. En estas páginas, entonces, se muestran casas de impacto que tienen el pie forzado de ser hogares-galerías de arte, donde se concentran obras de genios como Marcel Duchamp, Joseph Beuys, Man Ray, Louise Bourgeois, Andy Warhol, Frank Stella y Eva Hesse, como para partir con la lista.
La fotografía promete, ya que se le encargó a Matthew Millman, mientras que los textos son de Alisa Carroll, quien trabajó como editora en jefe de la revista de diseño SFC & G. El prólogo, en tanto, es de Neal Benezra, director del Museo de Arte Moderno de San Francisco.
Nicole Solé es arquitecta de la Universidad Católica y desde 2006 trabaja en Exxacon Desarrollos Inmobiliarios, donde es socia y gerente general. En medio de la entrevista con Plaza Pauta, de Radio PAUTA, del viernes 26 de junio, mencionó a la pasada el programa Never too small, que ve en Youtube. Fuera del aire, le pedimos ahondar en las razones de su preferencia.
“Es muy interesante, porque es una tendencia vivir en espacios pequeños, por precio, por escasez de suelo, por querer vivir donde “está todo pasando”. Lo interesante del programa es que presenta miles de soluciones y alternativas y demuestra que el espacio acotado para vivir no tiene que ser limitado en su riqueza y flexibilidad espacial. Eso se resuelve a través de la buena arquitectura y el diseño y no atenta contra la calidad de vida de las personas, sino que es una tremenda opción y abre un abanico de posibilidades para aquellos entes urbanos que no pueden optar por una vivienda de tamaño más estándar en los centros y subcentros de las ciudades. Las innumerables soluciones creativas que muestran, como el interior y el mobiliario, pueden ir cambiando de acuerdo a las horas del día y a las actividades que se realizan en la vivienda. Es un programa genial que en definitiva apunta que no es el tamaño lo que hace un espacio pequeño, sino la pobreza de su diseño”.