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Alcanzable, la fundación que impulsa las viviendas sociales en arriendo

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Agencia Uno
POR Rita Cox |

La iniciativa trabaja en varias fórmulas para contrarrestar el creciente déficit habitacional. Entre ellas, un modelo de fondo de inversión y otro de corredora social de propiedades.

Promover la vivienda accesible a través del arriendo es el objetivo de la fundación Alcanzable, cuya idea comenzó a gestarse hace dos años, pero desde mayo de 2021 tomó cuerpo a través de esta figura legal. 

El proyecto nació de la experiencia del empresario inmobiliario Roberto Pons, gerente general de Surinvest, director ejecutivo de Surmonte Inmobiliaria y parte de la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios (ADI). A él se unieron otros ocho profesionales que conforman el directorio de Alcanzable, entre ingenieros, arquitectos, sociólogos y abogados. Personas con diversas miradas desde el mundo inmobiliario, de los negocios, legal, social y de la política pública.

“Nuestro objetivo son personas con dificultades para poder proveerse de una vivienda en el mercado; familias de ingresos bajos y medios que tienen un subsidio de arriendo disponible, pero no lo pueden aplicar”, explicó la directora ejecutiva de Alcanzable, la socióloga Pía Mora, en conversación con el programa Plaza Pauta, de Radio PAUTA.

“Yo también estaba en ADI, trabajando desde la Universidad Católica, y llegó gente del Ministerio de Desarrollo Social que recién comenzaba a implementar el programa Vivienda Primero, orientado a personas en situación de calle. Se buscaba encontrar oferta a precio accesible para estas personas y la respuesta no fue tan calurosa como uno hubiese esperado. Había un cierto escepticismo en integrar a estas personas a la oferta privada. Es a partir de esa motivación, y de involucrar al sector privado más activamente en la provisión de vivienda alcanzable, que surge la fundación”, detalló.

Vivienda social
Se estima que el déficit habitacional en el país bordea las 500 mil viviendas. / Créditos: Agencia Uno.

El camino del arriendo

“Hay un problema enorme de déficit habitacional. De acuerdo al Censo y la Casen está entre las 500 mil unidades, aunque algunas autoridades hablan de 600 mil. Hay un problema de explosivo aumento de los campamentos, de las personas hacinadas, allegadas y en situación de calle. El Estado ha implementado distintos mecanismos para hacer frente a este problema, algunos son de viviendas en propiedad, y también ha implementado un subsidio de arriendo, el DS 52, que le permite a las personas acceder a una vivienda con un apoyo público. Pero es un subsidio que, en la práctica, ha tenido muy baja aplicación”, detalló Mora.

¿Las razones? “Por un lado, el elevado precio de los arriendos en localizaciones más céntricas y viviendas de mayores tamaños. Por otro lado, identificamos problemas de disposición de las personas que tienen viviendas y el temor de que las personas de menores ingresos no paguen a tiempo o dejen de pagar. También hay una percepción de burocracia frente a estos subsidios”, explicó. Agregó que “hay temas desde la demanda, que muchas veces necesita una asesoría o apoyo para acceder de buena forma a estos programas y poder aplicar estos subsidios. Y, una vez que la persona accede a la vivienda, a veces necesita apoyo para mantenerse, ya que puede, por ejemplo, perder el trabajo y el subsidio exige un copago. Ahí se abre el desafío de acción social y apoyo hacia la familia”.

Corredores de propiedades sociales

La directora ejecutiva de Alcanzable explicó que trabajan en distintas fórmulas para crear y administrar distintos modelos de vivienda, empoderar a la gente y que ella se integre a la ciudad, y promover mejores políticas públicas y prácticas privadas.

Uno de los modelos es el de “renta atomizada de inversión de impacto”. “Junto a una administradora de fondos queremos invitar a inversionistas privados a apostar por la vivienda alcanzable y con esos fondos adquirir un stock de renta atomizada que nos permitiría comprar viviendas nuevas o usadas, y nosotros contar con esas viviendas alcanzables. El inversionista recibiría una rentabilidad asociada a su inversión menor a la de mercado, a cambio de generar un impacto social medible. En algunos casos vamos a hacer descuentos respecto del valor de mercado del arriendo para que la carga financiera nunca supere el 30% de los ingresos”.

“Otros modelos que estamos explorando es el de gestionar viviendas de terceros, de propiedad pública o privada, y nosotros operar como corredores de propiedades sociales, y poder hacer el link entre la oferta y la demanda. Por ejemplo, viviendas de pequeños inversionistas que quieran que nosotros administremos, enfocados a estas personas que tienen necesidad de arriendo y que hoy tienen un subsidio a la mano, pero no lo pueden aplicar”, contó Pía Mora.

Concluyó que “estamos en proceso de conocer la demanda y juntarnos tanto con usuarios como con personas que trabajan con estos hogares, como la corporación Nuestra Casa“.

Revise la entrevista completa con Pía Mora en Plaza Pauta