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El recambio: tres para ilusionarse

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POR Matias Bobadilla |

“Ben Brereton, Tomás Alarcón y Marcelino Núñez tienen la capacidad de romper el pesimismo reinante”, escribe Fernando A. Tapia. “Al menos, si hablamos de recambio de la mitad para arriba, aquí hay tres para ilusionarse”.

Semana a semana la prensa deportiva fija su mirada en Europa y en la actualidad de los chilenos de la denominada “Generación Dorada”. Los años no pasan en vano, y cada vez se hace menos habitual verlos en el primerísimo primer plano. Como en cualquier disciplina deportiva de élite, la competencia no da tregua, y el paso de los años, que merma la capacidad física, va marcando una nueva realidad que nos cuesta aceptar.

Hemos podido disfrutar –y lo seguimos haciendo– de futbolistas que gracias a la Divina Providencia coincidieron en una misma época. Difícil será volver a encontrarse con jugadores de la altura de Arturo Vidal, Alexis Sánchez, Claudio Bravo, Gary Medel y Charles Aránguiz, todos en una misma línea de tiempo. No es un insulto señalar que todos ellos ya comienzan a transitar por una curva descendente, y que pese a ello, gracias a su impresionante capacidad competitiva, han logrado mantener viva la ilusión de una última estación de gloria, que sería por ejemplo alcanzar una tercera clasificación a una copa del mundo con la Selección. Pero si así no sucediera, nada podría hacer cambiar el valor que para la historia todos ellos ya tienen. Su lugar en el sitio más destacado de La Roja está asegurado y es por eso que la obligación del medio futbolístico es que, el análisis, siempre, debe hacerse desde el respeto absoluto por lo que ya han logrado.

Pero al mismo tiempo nos preguntamos ¿y después qué? ¿qué sucederá luego que la generación de oro se extinga definitivamente? O como decía la celebérrima frase del “Chapulín Colorado”: ¿y ahora quién podrá defendernos?

Lo más pesimistas creen que el fútbol chileno y la Selección transitará nuevamente por el desierto. Que simplemente volveremos a lo que hemos sido casi siempre, salvo excepciones de otras generaciones que, pese a su calidad y talento, se quedaron en el casi casi. La búsqueda del recambio ha sido quizás el concepto más acuñado en los últimos años, especialmente tras la frustrante eliminación del Mundial de Rusia 2018, ratificando la preocupación por el futuro.

Tras la derrota con Perú en Lima, en la última fecha triple clasificatoria, muchos creímos que la suerte estaba echada, y que el sueño de un nuevo mundial había quedado sepultado. Pero luego de los triunfos ante Paraguay y Venezuela, y una casi milagrosa combinación de resultados, la ilusión se volvió a recobrar. Los fanáticos descubrieron un nuevo héroe, un ángel caído desde el cielo, y que ha ayudado a recuperar la fe. Ben Brereton representa esta última esperanza. En tiempo récord consiguió meterse en el corazón de los hinchas, y más importante, ganarse la consideración de sus pares dentro del camarín.

¿Qué tiene de especial este chileno-británico descubierto casi por azar? Ciertamente su eficacia en el área. Nos hacía falta el gol, y Ben hasta ahora ha respondido. Pero no sólo eso. El destacado periodista Sergio Gilbert, Premio Nacional de Periodismo Deportivo en 2005, lo resumió de manera perfecta en su última columna para el diario El Mercurio. Brereton entiende perfecto los conceptos del fútbol moderno, señala, en la que “las posiciones fijas ya no son trascendentes, sino el cumplimiento de misiones específicas”. ¿En qué posición juega el jugador del Blackburn Rovers? Y la única respuesta correcta es en todo el frente del ataque. La movilidad, la rotación y la búsqueda permanente de los espacios es su trabajo. Por momentos aparece por la banda izquierda. Si el equipo lo necesita retrocediendo para bloquear al lateral contrario, allí lo vemos. Pero también puede ir por el centro, o si hay que sacrificarse se puede posicionar por la banda derecha. Lo importante es que se va acomodando a la circunstancia del partido y los momentos del juego.

Su incorporación ha sido sin duda un gran acierto. El tema es quién más asoma como opción real de recambio que pueda ponerse a la altura de los históricos o al menos no desentonar. A mi juicio hay al menos otros dos que también incorporan en su juego el concepto de fútbol moderno que hoy se practica en las competencias de élite. Uno de ellos ya está en Europa, ganándose rápidamente elogios en la liga en España. Tomás Alarcón, formado en O’Higgins, no necesitó de tiempo de adaptación para transformarse en un indiscutido en el Cádiz. Por algo en Rancagua se le conocía como “Viejo Chico”, ya que pese a su juventud parecía llevar años de experiencia. Nuestro compañero José Luis Villanueva, que le ha comentado partidos del volante chileno en la cadena ESPN, lo resumió claramente: “Alarcón juega de todo”. Por ahora no está entre los preferidos del entrenador Martín Lasarte, pero tarde o temprano deberá llegar su protagonismo en la Selección.

El otro es, sin duda, una de las figuras del torneo chileno. Uno que, también, muy pronto cruzará el Atlántico. Marcelino Núñez es considerado un mediocentro ofensivo. Pero ciertamente esa definición queda corta a la hora de enumerar sus características y habilidades. Su gran pegada, y dominio de ambas piernas, lo hacen un jugador especial. De esos que no se ven habitualmente. Pero no es solo eso. El volante de la Universidad Católica entiende perfectamente el juego, incorporando conceptos que hoy priman en Europa. A su buena técnica, suma su capacidad de desmarque y rapidez de decisión. Uno o dos toques como máximo le permiten al equipo ganar espacios. Y si la jugada pide velocidad, ha demostrado su capacidad de conducción vertical.

Lo dijo alguna vez el gran Johan Cruyff, integrante de la Naranja Mecánica que instaló el concepto del fútbol total hace 50 años: “El promedio que un jugador entra en contacto con la pelota es de 3 minutos. Lo que hace los otros 87 minutos determina la calidad del futbolista”. En otras palabras, la generación y la ocupación de los espacios resulta decisivo en el juego.

Ben Brereton, Tomás Alarcón y Marcelino Núñez tienen la capacidad de romper el pesimismo reinante. Aunque es cierto que en un juego colectivo existen muchas más variantes que determinan el éxito o fracaso, al menos si hablamos de recambio de la mitad para arriba aquí hay tres para ilusionarse.

Fernando A. Tapia participa en Pauta de Juego, de Radio PAUTA, de lunes a viernes a partir de las 12:30 horas. Escúchelo por la 100.5 en Santiago, 99.1 en Antofagasta, y por la 96.7 en Valparaíso, Viña del Mar y Temuco, y véalo por el streaming en PAUTA.cl.