Deportes

Columna de Fernando Tapia: “Golpe blanco en la ANFP”

Imagen principal
Pauta
POR Equipo Radio Pauta |

“Los rumores y trascendidos confirman los movimientos de la oposición para provocar su salida”

Los pasillos del edificio ubicado en Avenida Quilín 5635, donde se encuentra la ANFP, son testigos de un nuevo capítulo de la lucha por el poder en el fútbol. Casi 5 años después del golpe de Estado que sufrió el expresidente Sebastián Moreno, desplazado del cargo tras el caos surgido por los partidos no jugados tras el estallido social y la pandemia, y su acuerdo de indemnización con TNT, desechado por una comisión de “iluminados”, cuyas consecuencias tienen a la Corporación al borde la quiebra, hoy el sucesor elegido para sortear la crisis, Pablo Milad, terminó por colmar la paciencia de los mismos que lo colocaron allí, debido a su clara y notoria incapacidad para ejercer el mando.

Desde hace varias semanas, los rumores y trascendidos confirman los movimientos de la oposición para provocar su salida. Son los clubes asociados a los representantes de futbolistas los que empujan esta idea, lo que al mismo tiempo alertó a las instituciones que de mala gana han seguido sosteniendo a Milad en la presidencia. El argumento del oficialismo para no acceder a una censura, y provocar un nuevo proceso electoral, es que hoy el riesgo de que la Asociación quede en manos de los agentes de jugadores que controlan clubes es real. Peor aún, no hay en el sector que eligió a Milad ningún otro dirigente dispuesto a tomar la papa caliente que significaría asumir el cargo de Presidente de la ANFP en medio del desorden generalizado.

La crisis económica ha provocado el despido de más de 70 funcionarios en los últimos meses, incluyendo la salida del Gerente General, Pablo Silva, un puesto clave que no ha sido reemplazado desde que se concretó en diciembre pasado. Ante el vacío de poder y el desgobierno de la administración, la solución ha sido lo que en política se llama un golpe blanco. Un movimiento interno que en los hechos se ha traducido en el alejamiento definitivo de Pablo Milad en la toma de decisiones trascendentes. Los pasillos del edificio de Quilín hablan: hoy el real poder lo asumió Jorge Yunge, quien ejerce formalmente el cargo de Secretario General. Es el mismo que llevó adelante las negociaciones con Ricardo Gareca para que asumiera la Selección, y que encabezó la representación de la ANFP en el conflicto con el SIFUP, logrando sellar un acuerdo que apagó la amenaza de paro con la mediación de la Dirección del Trabajo. Es Yunge quien hoy toma las decisiones más importantes en el fútbol chileno, incluyendo las responsabilidades del descabezado cargo de Gerente General, sin tener necesariamente las competencias para ello.

Milad ha sido desplazado del poder, y hoy apenas ejerce un rol simbólico, decorativo, casi de aliño. Lo tienen para los anuncios, cortes de cintas y recepciones oficiales. Eso explica su notoria ausencia en las últimas semanas en medio del despelote general provocado por la amenaza de paro, la suspensión de la Supercopa y la rebelión de los equipos de la Segunda División. Jorge Yunge, empresario maulino, con nexos claros con los dueños de Antofagasta y Rangers, Jorge Sánchez y Felipe Muñoz, respectivamente, y por ende vinculado al denominado “Cartel del factoring”, es quien ronca y decide en la ANFP. A Milad parece no incomodarle su nuevo estatus. Mal que mal puede seguir escondiéndose de la crítica, y mejor aún, viajando y cobrando los suculentos viáticos de la Conmebol, que sigue recibiendo en su condición de Presidente de la Federación de Fútbol.