Economía

El Congreso despacha el nuevo Ingreso de Emergencia: cómo impacta en violencia intrafamiliar

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Crédito: Ivana Divisová, Pixabay
POR Marcela Gómez |

La iniciativa queda lista para ser ley. La evidencia muestra que estas transferencias tienen muchos efectos positivos.

Efectos positivos que van más allá del aumento transitorio del poder adquisitivo y que pueden llegar incluso a la reducción de la violencia en el hogar podría generar el Ingreso Familiar de Emergencia, la nueva política de apoyo con recursos por tres meses para hogares vulnerables.

Tras el acuerdo para un Plan de Emergencia entre el Gobierno y parte de la oposición logrado el 13 de junio, el instrumento fue ampliado sustantivamente en cuanto a su cobertura, montos a entregar, estabilidad de los aportes e incorporando un piso mínimo. Y este viernes 19 de junio el Congreso aprobó, primero en el Senado y luego en la Cámara, la iniciativa que fortalece el Ingreso Familiar de Emergencia, el cual ahora permitirá llegar hasta el 80% de la población más vulnerable, con determinadas características, y que entregará un complemento tal que cada persona en esa condición pueda obtener hasta $100 mil. En todo caso, siempre obtendrá de parte del Estado un mínimo de $25 mil, si califica.

Infografía: IFE 2.0

La investigación de Gallego

El profesor del Instituto de Economía UC y director científico del centro de investigación para la reducción de la pobreza en Latinoamérica J-PALFrancisco Gallego, detalla a PAUTA algunos de los impactos y características de este tipo de transferencias, basadas en la investigación previa de iniciativas de este tipo en el mundo.

Estos mismos antecedentes se discutieron en el seminario sobre medidas de apoyo económico a trabajadores vulnerables, organizado por el Centro de Políticas Públicas de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

Efectos económicos y sicológicos

Cuando los programas de transferencias monetarias no condicionan el uso que se le tiene que dar a los recursos, los hogares tienen la flexibilidad de gastarlos en las necesidades que ellos mismos identifiquen como las más apremiantes. Aun cuando sean ayudas temporales, sus efectos parecen mantenerse en plazos más extensos e ir más allá de un mayor poder de compra.

Francisco Gallego alude a un estudio que detectó que una transferencia monetaria incondicionada de US$ 400 a familias vulnerables aumentó los activos, el consumo y la seguridad alimentaria de los hogares hasta tres años después del programa. Además, mejoró el bienestar sicológico de los beneficiarios en el corto plazo y no se elevó el consumo de alcohol y tabaco.

Los resultados son similares incluso si la transferencia no condiciona el uso de los recursos, pero los intenciona: por ejemplo, se les dice “esto es para educación” pero no se les exige comprobar nada. “Se logran resultados positivos sin tener que poner condiciones estrictas, las cuales pueden complicar administrativamente su entrega”, dice el académico.

Prejuicio: se malgasta

Podría creerse que quienes reciben estos dineros, cuyo uso no está sujeto a exigencias ni seguimiento, lo gastarían en forma irresponsable o para satisfacer “gustos”. Pero la evidencia muestra “que no se malgasta en ‘tentaciones’, lo que rompe muchos prejuicios al respecto”, señala el investigador.

El académico afirma que el uso del dinero entregado es una preocupación típica de programas de transferencias no condicionadas. Y aunque la evidencia disponible no es tan clara al considerar lo que hace el grupo de control, “parece sugerir que en estos contextos de carencias el dinero se usa en necesidades urgentes”.

A su juicio, “al final del día es un mensaje bien esperanzador sobre la capacidad de las personas para decidir libremente cómo usar mejor sus recursos. Es por esto que la evidencia científica rigurosa es tan importante, porque ‘bota’ prejuicios”.

Violencia intrafamiliar

El director científico de J-Pal Latinoamérica apunta también a investigaciones que sugieren que las transferencias se usan “mejor” cuando se entregan a las mujeres y que los efectos en bienestar emocional son mucho mayores en las mujeres que viven en los hogares receptores.

“Esto es medio obvio, porque justo son ellas quienes probablemente están sufriendo más fuertemente el estrés por las carencias”, dice.

Francisco Gallego enfatiza algo muy relevante en el contexto actual: varios trabajos muestran que los programas de transferencias en dinero o especies focalizados en mujeres disminuyeron, en promedio, las experiencias de violencia familiar a corto plazo.

“En particular, las transferencias redujeron las formas de violencia física y sexual en algunos contextos; sin embargo, un estudio documentó aumentos promedio en violencia emocional para un subconjunto de mujeres”, detalla.

Añade que estos efectos se debieron, principalmente, a una disminución del estrés financiero en los hogares beneficiarios. La evidencia apunta al alivio del estrés relacionado con la pobreza y una menor tolerancia a la violencia. El acceso a recursos a través de microcréditos, grupos de ahorro o empleo no tuvo impactos similares.

¿En dinero o especies?

Francisco Gallego añade que, en un contexto general, existen ventajas tanto en las transferencias en dinero como en aquellas en especies (como alimentos).

Por un lado, las transferencias en dinero dan más libertad a quienes las reciben y afectan más resultados. “Por ejemplo, si se comparan $100 en dinero versus igual monto en alimentos, hace que con plata se mejore no solo la alimentación sino también otras dimensiones”, dice.

En cambio, las transferencias en especies son más baratas porque por volumen se compra a menor costo y no se generan presiones en los precios de los mercados locales, “pero son muy costosas de implementar a escala masiva, especialmente con la urgencia que necesitamos ahora”.

Ventaja del “dinero móvil”

En cuanto a realizar las transferencias por medios electrónicos, el economista cuenta que los estudios revelan resultados promisorios. “Parece ser más barato hacer transferencias versus entrega física y debido al ahorro de tiempo se usa mejor el dinero. Además, los hogares que reciben estas transferencias electrónicas tienen dietas más variadas que aquellos que reciben dinero físico”, describe.

Añade que estos resultados sugieren que las transferencias electrónicas pueden ayudar a abordar los desafíos logísticos claves en la implementación de programas contra la pobreza, siempre que exista una infraestructura de pagos electrónicos.

“En Chile con la Cuenta RUT, entre otras cosas, hay buenas opciones al respecto. Además, se gana rapidez y se evitan aglomeraciones”, argumenta.

Nota: este artículo fue actualizado en sus primeros párrafos para reflejar la aprobación por parte del Congreso del proyecto de ley que fortalece el Ingreso Familiar de Emergencia, que ahora queda en condiciones de convertirse en ley de la República.